Quiero confesarles que por primera vez me di a una flaquita como me gustan.
Es una chica que trabaja en una cafetería en una plaza. Es una chica delgada, blanca tiene algunos tatuajes, eso me fascina, tiene cabello negro poco más abajo del hombro, es linda y es muy simpática.
Con el tiempo la fui bromeando, la invité a salir algunas veces hasta que un día decidimos ir a por más.
Ya en el hotel yo estaba a mil me reventaba el pantalón y es que ella no es nalgona, ni tiene tetas grandes, tiene poco menos de lo normal si se puede decir, pero a mí me pone muy caliente como es ella, linda pero con pinta de traviesa y que es muy delgada.
Cuando estábamos ya en pleno manoseo se arrodilla y en medio de mis piernas, estando yo sentado, me baja el pantalón sacándome la verga y su carita al ver mi polla, que es algo grande 24 cm pero aún no la tenía toda parada, me encantó, de sorpresa, sus ojitos y sus palabras de no mames, es mexicana, hicieron que mi verga tomara más dureza y pronto ella tomo mi verga morena con sus manos blancas y empezó a lamerla y chuparla de una forma tan deliciosa que tuve que pararla después de algunos minutos, le pedí que la mordiera y por el costado me la mordió como si fuera su hueso, después ella sola me pidió que le pegara con mi miembro, me dejó sorprendido algunos segundos pero lo hice y ella me decía más, más fuerte y entre mi excitación y la sorpresa no me di cuenta sino hasta el final que tenía ya su carita roja.
Después nos quitamos el resto de ropa, la subí a la cama y en el típico misionero le abrí sus piernas delgadas y le empecé a meter mi verga con dificultad, ella decía que no pero gimiendo y apretaba sus labios, yo le empecé a masturbar para dilatar su vagina que estaba muy estrecha y cuando fue entrando se sentía delicioso como toda su vagina apretaba mi polla, ella seguí gimiendo, sus ojos apretados y su boca jadeando cuando empecé a clavarla más rápido, ese morbo de ver su vagina apretada comerse mi polla y la fuerza con que la penetraba hicieron que nos viniéramos en pocos minutos.
Después repetimos, pero esa primera vez fue muy rico. Estamos viendo si se la meto por atrás, pero le da miedo porque nunca lo ha hecho.