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La putita amiga de mi esposa, otra vez
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Mientras me deshacía del condón, Bere se limpiaba mi venida, había sacado muchísima que la guapa amiga de mi esposa riendo se limpiaba.

B: ¡Sacaste mucha!

L: ¡Tú me inspiraste!

B: ¡Uhm y aun se ve duro!

L: ¡Si lo pruebas se endurecerá más!

Me miro con ojos de satisfacción, con sus tetas comenzó a masturbarme mientras lamía mi cabecita, ¡yo disfrutaba del trabajo!

B: Normalmente esto ya hubiera acabado, ¡pero quiero más!

L: Uhm, nena, ¡vamos ponme más duro!

Berenice se encargó de ponerme duro como mástil, esta vez no saco ni un condón y la nena subió a cabalgarme!

El arreglo entre Lety y yo de no tener sexo con las amistades del otro ya se había roto, ¡ya con toda la rienda suelta podríamos disfrutar y yo ya llevaba un buen rato gozando con Berenice!

Lentamente se ensartaba en mi verga lubricada por su saliva, sentía riquísimo su vagina, ¡nos besábamos y ella empezó a mover su cadera!

Lo hacía rapidísimo, yo estaba en la gloria, esos movimientos ya hubieran acabado a cualquiera, pero estaba dando más de mi cien, ¡quería disfrutar cada pose con ella!

L: ¡Ah, dios, te mueves fenomenal!

B: ¡Que duro, mas, muévete papi!

L: ¡Si, agh, toma, toma nena!

B: ¡Que rico, uhm!!!

Berenice se colocó dándome la espalda y cabalgaba aún más rico, me encantaba ver como movía sus nalgas, las cuales apretaba y acariciaba sin fin, su movimiento me daba un rico placer, mi verga estaba sintiendo como nunca antes, me sentía importante, me sentía su macho!

¡Luego de darle en esa pose, nos pusimos de pie, viéndonos frente afrente, levante una de sus piernas abriéndolas un poco y la penetre, ella hacia muecas muy excitantes, mi verga entraba y salía con fuerza!

B: ¡Que rico, uhm!

L: ¡Ah, nena, uhm!

La amiga de Lety se estaba volviendo mi puta, se tragaba mi verga como toda una hambreada de sexo, nos fuimos a su sofá, ¡ahí ella se dejó caer en sentones!

Me fascinaba ver rebotar sus nalguitas, ¡apretaba sus tetas y le apretaba los hombros para empalarla por completo!

L: Ah, mami, déjame tu culo, ¡quiero tu culo!

B: ¡Agh, pero agh, me va a doler, la tienes enorme!

L: ¡Me vale madres, te la quiero dar por ahí!

B: ¡Ok, pero no seas tan rudo, agh!

De pie, se inclinó un poco apoyándose en el respaldo del sofá, ¡yo baje y lamia su culo!

Aprovechaba para saborear todo su rico tarsero, mi lengua lamía de su jugosa vagina hasta su anito, el cual poco a poco comenzaba a dilatarse, ¡para ser penetrado por mí!

La tomé de su rica cadera y lentamente introduje mi cabecita, ¡ella hacia pucheros al sentir como entraba en su apretado culo!

B: ¡Ah, papi, ah!

L: ¡Bere lo tienes apretadísimo!

B: Ah, ¡casi no lo hago por ahí!

L: ¡Ah, que rico, toma, uhm!

Logre meterle un cuarto, entonces ella comenzó a mover su trasero riquísimo, era un poco más de la puntita, pero se sentía fenomenal, yo sin agarrarla miraba como lentamente ella se encajaba mi verga en su rico culo.

Solita ya tenía más de la mitad de mi verga dentro, ¡entonces la tomé de sus manos y sometiéndola comencé a embestirla!

Le daba con mucha fuerza, sentía como entraba todita, ella gemía y abría la boca como sedienta, su saliva escurría, sus quejidos eran muy fuertes, ¡estaba haciendo mío su rico culo!

L: ¡Toma, uhm, que rico culo!

B: ¡Agh, me duele, agh!

L: Eres la mejor, que rico, coges riquísimo, ¡valió la pena todo!

B: ¡Si, agh, mas, dame más!

Se empino en el sofá, su tarsero se veía fantástico, sesta vez, ¡me apoye en el respaldo del sofá y se la deje ir de un solo golpe!

Eso genero un gran quejido en ella, pero era un quejido de placer, tomaba sus nalgas y las abría, quería que mi verga entrara toda, yo seguía empalándola, ¡seguía dándome a la amiga de mi esposa!

La lleve a la cama, ¡ahí subimos los dos y de perrito su culo seguía siendo mío!

B: ¡Ah, así, mas, uhm!

L: Que rico, uf, ¡tienes un culo delicioso!

B: ¡Me encanta, mas papi, agh!

L: ¡Como digas, toma, uhm, toma!

La tomaba de su carnoso tarsero y piernas y me empujaba como una bestia, ella gemía y yo igual, era magnifico, su ano apretaba mi verga muy rica, ¡una y otra vez estrujaba sus entrañas!

La fuerza de mis embestidas era tanta que termine por tumbarla boca abajo, ahí apretando su cabeza a la cama más fuerte me empujaba, ¡más rápido y duro penetraba su rico culo!

B: ¡Ah, dios, ah, mas, ah!

L: ¡Te voy a preñar perra!

B: ¡No!! ¡Ah, mi culo, agh!

L: ¡Oh, me vengo, me vengo!

Comencé a llenarle el culo de semen, ella lo movía riquísimo, ¡le encantaba la sensación de mi semen caliente dentro de sus entrañas!

Tuvimos un muy buen orgasmo, después de quedar pegados como perros, se la saqué toda aguada y escurriendo, ella toda acabad, se quedó recostada en su cama, tenía que regresar a casa ya que según fui a trabajar, pero me la pase cogiéndome a la amiga de mi esposa, ¡una vez más!

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