Soy Mónica después de un tiempo de ausencia me animé a escribir otra experiencia.
En mi relato anterior les conté de Carlos y cuando fui su puta por primera vez, pues resulta que después de un tiempo y de muchas veces de sexo terminamos estableciendo un noviazgo que terminó muy mal, estuve deprimida por muchos meses y el al cabo de unos días ya andaba con la que hoy es su esposa.
Todo esto para mí fue muy duro y por más que intentaba tener otras relaciones jamás tuve la sensación como con Carlos, hasta que una nueva coincidencia nos puso en el mismo trabajo.
Seré directa así que omitiré más historia, hasta llegar al punto donde todos nos preguntaban el por qué nos veíamos con odio y cada quien contaba su versión, la de él era que yo era una puta que se cogia a todos y no quería nada más conmigo. En una ocasión olvidé mi celular en el trabajo y tuve que regresarme por él, al entrar me di cuenta que todos se habían ido menos Carlos y una chica de servicio social, a la cual tenía abierta de piernas en su escritorio y dándole como a mí me gustaba. En lugar de salir de ahí me dieron celos y fui a armarle un lío, para lo cual la chica salió corriendo de inmediato.
Carlos después de todo solo se reía y eso me enfurecía más, el cabrón sabía que estaba celosa. Lo amenace con acusarlo pero él dijo que no le importaba ya que era amigo del jefe, pero que como yo tenía la culpa de que su amante se fuera tenía que terminarle el trabajo. Al principio lo rechace aunque en el fondo lo deseaba con todo mi ser, así que no dije nada y me arrodillé a chuparle la verga que sabía extraño por estar hace unos momentos en la vagina de aquella chica. No me importo y yo lo hice como la primera vez. Hasta que lo escuché decir:
-Ahh se nota que sigues siendo mi puta, que rico lo haces.
Yo saqué su verga de mi boca y le dije siempre seré tuya pero tú eres mío, y la volvía chupar aún con más ganas.
-Eso es perra trágatela, ninguna otra lo hace como tú.
-Ni tu esposa?, Ni tus amantes?
-Cállate y date la vuelta que ya extrañaba este culito
Me volteo con fuerza y comenzó a metérmelo justo como lo recordaba, yo cerraba los ojos y disfrute tanto ese momento. Después de un rato se sentó en su silla y me dijo que lo montará, yo obedecí cada indicación y terminamos juntos después de un buen rato, también volver a sentir su leche dentro de mi fue maravilloso.
C: muy bien perrita de ahora en adelante tendrás que venir a darme esas nalgas cada que yo las quiera, pero la condición es que sigamos siendo esas personas que se odian, aceptas?
Yo: claro que sí, no me perderé la oportunidad de tener tu verga otra vez.
Y ese fue el inicio de muchas más infidelidades de él hacia su esposa y yo con mi novio el cual creo que comienza a sospechar.