Después de descubrir el gusto de mi novio por mis pies, comencé a darle la libertad de hacer lo que él quisiera, los besaba, los lamía, me pidió masturbarlo con ellos e incluso en más de una ocasión se ha venido en mis plantas sin avisarme, sencillamente se masturbaba y se vaciaba en ellos si así lo quería.
Comencé a darme cuenta que yo también disfrutaba con eso y que comenzó a estimularme bastante, no solo lo que él hacía físicamente si no que era excitante el saber que tenía control total sobre él y que podía aprovechar eso.
Comencé a limitar su contacto con mis pies, seguíamos teniendo sexo, pero sabía que él no lo estaba disfrutando tanto por la actitud que tomé con respecto a su fetiche. Llegó un punto en el que me preguntó por qué había cambiado con respecto a sus gustos y le dije que yo merecía algo a cambio de ceder (obviamente no le comenté que ya le había tomado gusto yo también).
Me dijo que haría lo que fuera para volver a tener mis pies a si disposición y fue cuando comencé a dominarlo para darle pequeñas probadas de lo que quería.
Literalmente lo convertí en mi esclavo de tiempo completo y esa noche comencé a utilizarlo a voluntad.
Me senté al borde de la cama y le ordené ponerse de rodillas frente a mí. Le dije que a partir de ese momento me tenía que decir ama y obedecer todo lo que le ordenara.
Él solamente contestó. “si, ama”. Y bajó la cabeza esperando órdenes mías.
Era increíble como rápidamente aceptó su destino y quedó sumiso ante mí. Abrí las piernas y le dije “para empezar aquí está tu comida, no quiero que te separes hasta que yo termine”. A lo que contestó “si, ama”.
Voy a ser honesta, era bastante bueno. En cuanto su boca comenzó a recorrer mi raja húmeda comenzó a provocarme placer de una manera extrema. En el instante que comenzó a juguetear con su lengua entre mis labios y haciendo mayor presión en mi clítoris comencé a escurrir de una manera abundante, llegando su boca y su cara con mis fluidos.
No tardé más de 5 minutos en llegar a mi primer orgasmo y no dejé que se alejara un instante de mí. Tomé su cabeza y pegué si cara a mi cuerpo para dejarlo bañado completamente de mí.
En ese instante le dije que me la metiera de golpe y abrí las piernas invitándolo a penetrarme.
No lo dudó un segundo y comenzó a embestirme como loco, yo noté que estaba intentando subir mis piernas pues me tenía agarrada de los tobillos, pero no sé lo permití y le hice saber que no podía hacerlo, que está vez lo iba a hacer gozar de una forma diferente.
Me hizo llegar al orgasmo rápidamente, notaba su frustración y su enojo por no permitirle hacer lo que él quisiera como en otras ocasiones y fue entonces cuando lo solté.
-papi no te gustaría verme cogiendo con otros?
Él no detuvo sus embestidas, pero noté en su cara una mezcla de frustración y excitación enorme, sentía que iba a terminar en cualquier momento.
-que dijiste puta?
-si papito, háblame así. A poco no te gustaría verme con otros?
-eres una pinche puta
-pues parece que te gusta por qué sigues bombeando cabrón
-no sé por qué dejaría que estuvieras con otros
-porque si lo haces, podría convencer a mis amigas de estar contigo
Al escuchar esto comenzó a bufar y me quité de inmediato para que se vaciara en mi boca como tanto me gusta.
Su explosión fue impresionante, parecía que no hubiera terminado en mucho tiempo.
Después de limpiarlo bien con mi lengua nos recostamos y seguimos hablando para terminar de convencerlo de dejarme probar a otros hombres con su consentimiento.