Besé tus labios con sabor a néctar poseído, bajé lentamente a tu templo prohibido succionando tus puertas cerradas, abriendo gemidos apagados entre suspiros omitidos y risas prohibidas.
Besé tu cuerpo apagado por el tiempo que dejo tu sonrisa abandonada.
Besé tu mirada mientras entraba en tu deseo perdido por el beso omitido.
Besé tus pensamientos por sudor cansado por el clima de lluvia seca por el olvido omitido por el pensamiento denegado por el auto complacimiento impaciente, sentido.