Me llamo Manuel, tengo 28 años, me considero un gay discreto, mido 1.70, moreno claro, cuerpo atlético consecuencia de natación, buenas piernas y tengo que admitir que tengo unas nalgas respingadas, paraditas y redondas. Esto me pasó hace dos semanas, al gimnasio donde voy a entrenar también asiste un compañero del trabajo con el que me llevo bastante bien.
Rubén tiene 38 años, casado, alto, mide 1.80, moreno, actitud de macho, varonil, fuerte, cuerpo atlético, un cuerpo altamente trabajado en el gimnasio, unos brazos enormes, unos pectorales que de acero, unas piernas musculosas y unas nalgas muy bien trabajadas, paradas y redondas dignas de un macho como aquel. Su tés morena y esa sonrisa me derretían pero lo mejor era que al verlo en esa bermuda gris y sport oscura, su cuerpo sudado y ese miembro que se movía libremente bajo esa bermuda. Era una escena demasiado excitante el verlo hacer ejercicio. Era claro que Rubén notaba mis miradas morbosas porque en ciertas ocasiones solo volteaba a verme y me guiñaba el ojo.
Llevamos trabajando 2 años en la misma empresa, cada uno en un departamento diferente aunque nos llevamos bien y por si fuera poco, somos vecinos.
En la empresa la mayoría saben que soy gay, el ambiente de trabajo es bastante bueno y suelo putear en plan juego con algunos de mis compañeros, Rubén incluido. Hace dos meses empezamos a platicar por inbox, esas platicas que son después de medianoche y sabes que siempre tienen otro fin, como por ejemplo la curiosidad de Rubén acerca de los roles sexuales en los gays, que tan cierto era que los gays maman mejor que una mujer y dudas de ese tipo.
Dos semanas atrás me lo encontré en los vestidores del gimnasio y platicamos hasta el estacionamiento donde me comento que tenía ciertos problemas con su esposa, no estaban bien y tenían más de 3 meses sin coger, mientras platicaba esto no podía evitar mirar cómo se jugaba discretamente su verga por encima de su bermuda, pude notar como ligeramente la tenía erecta, fue cuando me dijo que ya tenía que irse y que estábamos en contacto, obvio yo quede todo caliente y con antojo de esa verga. Ese mismo día, viernes, no tenía plan por lo que llegue a mi departamento, me di un baño prepare mi cena y me puse a ver una película.
Alrededor de medianoche recibí un inbox de Rubén preguntándome que hacía, le dije que veía una película, le pregunte que hacia él, me dijo que se había peleado con su esposa llegando del gimnasio y que ella decidió irse a casa de sus papas por lo que estaba solo y había estado bebiendo unas cervezas, y que andaba algo horny, le pregunte si podía hacer algo para ayudarlo, al principio fue de como crees, estoy casado, le dije que podía ir, llevar unas cervezas y platicar nada más, a lo cual acepto y obviamente yo más que puesto, a los 10 minutos ya estaba en la puerta de su casa, salió a abrirme en un bóxer negro ajustado y una playera sport, fue casi impulsivo como mi mirada se posó en su bóxer pero lo que más llamaba mi atención era lo que se marcaba por debajo, era increíble que aun dormida pudiera verse de esa proporción, reaccione y voltee a verlo, sonrió y me dijo que pasara que no me quedara fuera. Al acercarme me dio un abrazo de bienvenida, sentirme rodeado por esos brazos fuertes, musculoso, de macho, me erice, y pude sentir ese aroma a cerveza, su aliento, entramos y nos quedamos en la sala platicando y tomando cerveza mientras discutíamos trivialidades.
Manuel: necesito orinar, préstame tu baño
Rubén: yo igual necesito orinar, vamos te acompaño
Por un momento creí bromeaba pero no fue así, me enseño el camino al baño, llegando se sacó la verga y comenzó a orinar.
Rubén: no ibas a orinar?
Manuel: claro, voy.
Rubén: Es que no habías visto otra verga antes- solo se carcajeo
Manuel: claro que si he visto otras es solo que tienes una muy buena verga
Rubén: y eso que no la has visto despierta
Rubén tenía razón, al estar orinando su verga estaba dormida y aun así podía notar que era enorme, despierta debía ser algo descomunal. Estábamos orinando y por alguna razón el ver a ese macho a mi lado orinando al mismo tiempo que yo, viendo su verga y el olor a orina hizo que mi cuerpo reaccionara y no pude evitar tener una erección.
Rubén: te gusta lo que estás viendo?- lo dijo con una sonrisa sexosa y burlona
Manuel: te mentiría si te digo que no- fue lo único que se me ocurrió decir
Fue cuando termino de orinar y comenzó ligeramente a masturbarse, no pude más que quedarme viendo hacia su verga fijamente lo cual él noto.
Rubén: quieres tocarla?
Manuel: puedo?
Rubén: adelante
Creo la mezcla alcohol y falta de sexo lo hizo desinhibirse un poco, no lo pensé dos veces y fue cuando por primera vez pude tocar su verga, aun semidormida pero ya lograba sentir lo caliente que la tenía, como poco a poco la sangre iba llegando a esa verga para dejarla lo más erecta posible.
Durante un par de minutos lo masturbe y cuando mis ganas no podían más fui acercando mi boca a aquella enormidad. Olía a hombre, un olor que me encanta. No puede evitar pasarla por mi cara y comenzar a lamer la punta, Rubén solo dejaba escapar unos gemidos y yo sentía que mi verga estaba por reventar dentro de mi bermuda, en un segundo ya estaba metiéndome la cabeza entera a mi boca, era enorme, tuve que abrir más mi boca para que pudiera entrar toda, la estaba llenando de saliva de manera involuntaria y eso me encantaba, comencé a metérmela cada vez más, podía sentir como alcanzaba el fondo de mi garganta.
Rubén: vas muy bien, que rico.
Aquello me animó y sumado a que me cogió la cabeza con las manos, me ayudó a empezar a meterla mucho más profundamente. Tenía la boca totalmente llena. Intentaba meterla más profundo cada vez que la sacaba, pero notaba que se paraba al llegar a mi garganta. Rubén me sujetó la cabeza una de las veces que me echabas hacia atrás hasta casi sacarla, y me dijo que no hacía falta metérsela entera, pero aquello me provocó ganas de hacerlo aún más, y la siguiente vez que la metí, noté como la cabeza de aquella enorme polla atravesaba mi garganta haciéndome ver que sí que podía, en ese momento mire hacia arriba y pude ver como tenía la cabeza hacia atrás y solo gemía, el macho que tanto había deseado estaba disfrutando la mamada que le estaba dando, era mío en ese momento, él no dejaba de gemir y me agarraba cada vez más fuerte del cabello para poder tragármela toda, yo disfrutaba como nunca.
Cuando no podía estar gozando más, Rubén saco su verga de mi boca, dejando ese vacío, deje de mamar.
Rubén: guau, que rico, que mamada, hace mucho no disfrutaba tanto- me dijo mirándome con esa lujuria en sus ojos-. Quieres continuar en la sala?
Manuel: claro, vamos- no lo pensé dos veces, no sabía lo que venía pero sé que podría superar este momento.
Salí primero rumbo a la sala, cuando de repente note que se puso detrás mío, me agarraba las nalgas y me iba metiendo mano por debajo de mi bermuda, llegando a la sala me agarro con esos brazos enormes y me coloco mirando hacia la pared, lo que siguió fue algo que no creí pasaría, me quito rápidamente la bermuda arrancándome el bóxer, dejando mis nalgas expuestas, lo que siguió fue una serie de caricias que disfrutaba seguidas de unas nalgadas a las cuales respondí con un gemido.
Rubén: te gusta putito? Te gusta que te nalgueen- su voz era de macho dominante
Manuel: si, me encanta, hazle lo que quieras son tuyas- mi momento de ser su putito había llegado.
Sus manos comenzaron a separar mis nalgas y pude sentir como mi culo quedaba expuesto a él.
Rubén: que rico culito tenemos aquí. Es mío?
Manuel: es tuyo papi, todo tuyo.
No podía evitar sentirme su putita en ese momento, lo único que anhelaba es que ese macho me dominara e hiciera suyo. Siguió jugando con mis nalgas y fue cuando sentí algo húmedo en mi culo, pude notar que había humedecido con saliva uno de sus dedos y había comenzado a jugar conmigo intentando meterme un dedo, mi reacción fue arquearme y dejar que hiciera lo que fuera conmigo. Casi gritaba de placer cuando empezó e meterme un dedo, durante unos minutos estuvo jugando.
Se separó un segundo y yo casi me quejo, cuando descubrí que había ido a por un tubo de lubricante.
Rubén: creo será más fácil si lo usamos
Se echó una buena dosis en la mano y en mi culo, se acercó a mi oreja la cual mordió suavemente, acercándose a mi oído solo me dijo, disfruta putito.
En ese momento volvió a enfocarse en mi culo solo que esta vez no fue un dedo, sino dos, entraban poco a poco y mi única respuesta eran mis gemidos los cuales note solo lo excitaban porque con su otra mano comenzó a nalguearme y decirme disfrútalo bebe, que pronto te voy a dar lo que realmente quieres, me estaba costando no correrme cuando dos de sus dedos llegaron a entrar enteros en mi ano, solo alcance a gemir como la putita que era en ese momento. Me agarró por el cuello y empezó a follarme con esos dos dedos, y mi verga estaba más dura de lo que había estado nunca. Sin pensarlo pude sentir como de repente ya no eran dos dedos, sino tres. Solté un gemido más fuerte, una mezcla de dolor y placer, mi verga seguía a punto de correrse, Rubén movía lentamente esos tres dedos, con suavidad y poco a poco mi culo se fue acostumbrando a ellos. Fue cuando sentí que el momento había llegado.
Rubén: ahora si Manuel, la quieres? Quieres lo que se has deseado desde hace mucho?
Solo pude voltear a verlo con mi cara hambrienta de verga para asentir con la cabeza.
Manuel: si, por favor, hazme tuyo, este culo es tuyo, úsalo a tu antojo- fue mi respuesta.
Su cara en ese momento era de sexo, note como se unto la verga con lubricante y coloco un poco más en la entrada de mi culo.
Rubén: iré despacio, si te duele me dices y paramos
Su preocupación fue algo lindo en ese momento, era claro que sabía que tenía una verga enorme y lo que podía hacerme con ella, pero no iba a dejar pasar la oportunidad de poder satisfacerlo en todos los sentidos.
Manuel: claro, vamos despacio- respondí y fue cuando me arquee esperando por la verga del macho que tanto había deseado.
Lo primero que sentí fue como su enorme cabeza iba abriéndose paso en mi culo, sentí como ejercía presión, fue metiendo poco a poco su verga, sentía un poco de dolor pero no iba a dejar pasar esta oportunidad, necesitaba aquella verga en mi culo. Necesitaba esos webos golpeando contra mis nalgas, lo ayude abriendo con mis manos mis nalgas y pude sentir como él fue ejerciendo presión para entrar mas, me ardía el culo pero estaba tan caliente que lo deje llegar hasta el fondo, su verga había logrado entrar y por un momento permanecí quiero.
Rubén: estas bien?
Manuel: duele un poco, quédate un segundo deja me acostumbre a ella- era una mezcla de dolor y placer y solo quería disfrutar.
En ese momento me dijo que disfrutara y me dejase llevar, comenzó a restregar su pecho en mi espalda, besarme en el cuello y morderme las orejas lo cual me excito aún más y fue cuando lentamente comenzó a moverse dentro de mí, dejando escapar un gemido de parte mía.
Rubén: despacito, que ese culito se la coma despacito
Manuel: está bien, creo que no me duele- fue mi respuesta, el dolor estaba cediendo y una mezcla de placer con lujuria estaban invadiendo mi cuerpo.
Suavemente comenzó a metérmela mas, fue cuando con sus manos agarro mis nalgas y comenzó es vaivén, empezó el mete y saca en mi culo, podía sentir como su verga me habría todo y luchaba por llegar al fondo, note como mi verga estaba súper erecta soltando precum, no pude evitarlo y deslice mi mano hacia mi culo para poder tocar y sentir como su verga estaba dentro, note lo caliente que se sentía su verga, y fue cuando sentí como sus webos comenzaban a golpear mis nalgas, me sentía completamente lleno, tenía una verga enorme dentro de mí y lo estaba disfrutando como nunca. Fue cuando sentí como la saco de golpe y sentí ese vacío en mí, cuando me disponía a reclamar fue cuando sentí como de golpe me metía su verga hasta el fondo, ambos soltamos un gemido de placer al mismo tiempo, nada de dolor, fue cuando comenzó a bombearme como un macho y animal en celo, solo se escuchaba el golpeteo de sus webos contra mis nalgas y nuestros gemidos, pude sentir como el sudor que bajaba de sus pectorales bien definidos caía en mi espalda, éramos dos animales teniendo sexo, notaba como disfrutaba sacarla y metérmela de golpe, le excitaba. Se salió un momento y note como se sentó a mi lado con esa verga mirando hacia arriba. Mi culo sentía un vacío que necesitaba ser llenado.
Rubén: ven, siéntate en ella, quiero ver cómo te la clavas tu solo
Me lo dijo con una voz tan masculina, de macho, sonando a sexo que no lo pensé dos veces. No dije nada, solo me levante me acomode frente a él, lo ayude a colocar la cabeza de su verga en la entrada de mi ano y me fui sentando, no hubo mucha resistencia ya que tenía mi culo abierto por su enorme y venosa verga, me senté y fue una sensación diferente, ahora era yo quien me la estaba metiendo a mi ritmo. Me senté por completo dejando escapar un gemido de placer y solo pude ver la sonrisa y cara de placer de Rubén. Fue cuando comencé a cabalgar y solo note como el agarraba mis nalgas y disfrutaba el estarme penetrando y dándome duro y salvaje como el macho que es, solo se escuchaban como mis nalgas chocaban al estar cabalgándolo y los gemidos de ambos al mismo tiempo era algo único, el sudor que salía de nuestros cuerpos solo lubricaba más el momento y poder admirar ese cuerpo bien trabajado, esos pectorales, esos ABS, era un verdadero placer. Sabía que no iba a poder aguantar mucho, mi verga rebotaba sobre Rubén, y fue cuando el comenzó a masturbarme, comencé a gemir aún más mientras disfrutaba.
Rubén: no voy a aguantar mucho
Manuel: ni yo
Rubén: quiero venirme en tu cara
Manuel: hazlo
En ese momento Rubén me levanto y saco su verga, sentí ese vacío pero sabía que lo mejor estaba por venir, quedo de pie y me arrodille frente a él
Rubén: me vengo- fueron sus palabras antes de ver como se venía en mi cara.
Comenzó a venirse en mi cara como loco mientras gemía como el macho que es, chorros y chorros de semen, su verga seguía escupiendo semen y el hecho de notarme lleno de él me hizo venirme como loco, no paraba de gemir al mismo que yo lo hacía, entonces me acerque y comencé a limpiar su verga con mi lengua. Solo sentía como acariciaba mi cabello.
Rubén: estas bien?
Manuel: muy bien
Solo pude sonreír mientras estaba arrodillado terminando de limpiar su verga y podía sentir como aun tenia de su semen en mi cara, el sonrió y me dijo que podía pasar al baño a asearme si así lo quería, asentí, y pase al baño. Note como él se sentó en el sillón, su verga aún tenía una ligera erección, su cuerpo musculoso aun sudado ahí sentado, era una imagen muy sexy.
Me di una regaderazo y al salir ya tenía puesto el bóxer, me pregunto si no quería una cerveza, accedí.
Rubén: no puedo creer que lo hicimos, tienes un culo muy rico, pero esto no está bien, yo… yo no soy gay, lo sabes, estoy casado y…
Manuel: no te preocupes, entiendo no pasa nada- Interrumpí. Esto es cosa de dos y confía en mi discreción.
Solo sonrió y me dijo lo se.
Me vestí y despedí de él.
Rubén: nos vemos el lunes en el gym?
Manuel: claro, te veo ahí.
Continuará…