La esposa de mi primo es una chica de 23 años de piel blanca, cabello largo, ojos verdes y delgada, necesitaba a alguien que la comprendiera, pero resulta que yo solo quería cogérmela ya que era cristiana protestante a pesar de que estaba buenísima usaba ropa conservadora, yo fui su hombro al escuchar sus problemas maritales lo que terminó como sesiones semanales de sexo fenomenal.
La primera vez la abracé para decirle que podía contar conmigo y sería su apoyo, a lo cual le di un beso tierno y después ella se dejó llevar, nos besamos apasionadamente y ella dejó jugar con su lengua. Me dijo que quería sentirse amada, le dije que me diera una oportunidad de hacerla sentir mujer, a lo cual accedió.
Yo le pedí que cerrara los ojos y se dejara llevar, la abracé y empecé a besar en el cuello y empecé a bajar hasta sus pechos y empecé a quitar los botones de su blusa, luego le afloje el botón y cierre de su falta, le metí la mano en su rica vagina y empecé a juguetear suavemente hasta alcanzar su clítoris y ella se estremeció.
Después de esto ella me dijo que yo me dejara y me dio una mamada riquísima, me dijo que me subiera y la penetrara, ufff fue magnífico. Se dejó llevar, hicimos las poses de misionero, misionero invertido, por ultimo me pidió la pusiera en cuatro y la penetrara lo mas rápido, mientras lo hacia decidí jugar con su culito rosadito, le puse saliva y empecé a meterle un dedo, luego la dejé de penetrar para lamerle su rico culito, ya ella se estremecía por lo cual decidí metérsela por el culo. Ella gritó de dolor y pasión, de ese modo me vine dentro y me pidió que hiciéramos esto en secreto cada semana.