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La perversión de mi hijo (II)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Aquella fría noche mi hijo llamo para decirme que no vendría a dormir y Cora y yo cenamos y recogimos la cocina y nos dispusimos a ver Netflix, antes yo fui a mi habitación y me desnude y me puse un pijama y me senté en el sofá, nos tapamos con una manta y empezamos a ver una serie, yo me encontraba muy cómoda y me acurruqué al lado de Cora que paso su brazo y me abrazo por la cintura, al cabo de un rato noté cómo la mano Cora se introducía por debajo de mi pijama y me acarició el estomago y su otra mano me acariciaba la cabeza, yo empecé a sentir un cosquilleo por mi cuerpo y las caricias de Cora me provocaron un ardor que nunca había experimentado.

Cora que demostró ser una experta en el arte de la excitación llevo su mano hacía mi pecho y me pellizco el pezón, yo solté un pequeño gemido y el pezón se me endureció y su otra mano me giro la cara y me dio un beso en los labios, yo quede paralizada ( nunca había estado con una mujer ) y encontré sus labios muy suaves y ella me volvió a besar y yo le devolví el beso incomprensiblemente

– Vi cómo mirabas cuando se la chupaba a tu hijo- dijo Cora – te pusiste cachonda

Yo quede aturdida y no supe que responderle, pero Cora me volvió a besar

– Me gustan las mujeres también y desde el primer día me llamaste la atención – dijo Cora – y me pellizco otra vez el pezón y me dio otro beso, esta vez me dio la lengua que se metió dentro de mi boca y estuvimos un buen rato dándonos la lengua lenta y apasionadamente mientras la mano de Cora se abrió paso por el pantalón de el pijama y estiro de mis pelos vaginales, yo solté un gritito de sorpresa

– Déjame ver como tienes el chochete

Yo la mire y ella me beso otra vez y me hizo un gesto con la cabeza, yo asentí y abrí mis piernas y los dedos de Cora recorrieron mi raja un par de veces y yo me estremecí y de mi boca salió un gemido placentero

-¡Estas muy mojadita – eres una mama muy putilla!

Cora tiro la manta a un lado y me hizo sentar encima de ella y me quito la parte alta del pijama, me agarró las tetas y empezó a lamerme los pezones lentamente, yo gemía muy suavemente y nos miramos lascivamente y ella me mordió el pezón y yo solté un grito.

– Te gusta que te haga esto guarra – y me mordió el otro pezón, yo la mire lascivamente dándole la aprobación y sus manos se metieron esta vez por debajo de él pijama y me abrió las nalgas y su dedo busco mi ano y lo masajeo

– ¿Qué me vas a hacer?- le pregunte excitada

Cora me beso y me dio la lengua y me metió el dedo en el culo y yo solté un grito de dolor y la mire desafiante.

– Te voy a follar guarra – me dijo – ¿eres virgen por el culito?

Yo le hice un gesto afirmativo con la cabeza y me deje caer y abrir más las piernas y el dedo de Cora se metió más profundamente y solté otro grito.

– Que putita que eres – me dijo sonriendo – voy a disfrutar mucho follándote

Esta vez fui yo la busco la boca de ella y la bese y le di la lengua, estaba excitada y caliente como una perra en celo, mi marido nunca me había hablado con aquellas palabras guarras y me estaban poniendo a cien.

Cora me hizo un gesto para que me levantara y nos fuimos a la habitación, Cora me empujo encima de la cama y me quito el pantalón de el pijama mientras yo la miraba morbosamente y me subió las piernas y me beso las plantas de los pies y me lamió los dedos, otra cosa que nunca me habían hecho y me gusto muchísimo.

– te huelen los pies – me dijo – eres un poco marrana… me gustan las mujeres marranas

Cora me abrió las piernas y me beso en las ingles y mordió mis pelitos de el coño y me miraba.

– te voy a comer el chochito marrana- me dijo mientras pasaba los dedos por la raja de mi húmedo coño y me arrancaba un grito de excitación

Cora me abrió los labios con los dedos y su lengua recorrió mi raja, mi cuerpo se estremeció placenteramente y me dio un beso en el clítoris y su lengua empezó a moverse de abajo hacia arriba.

– te huele el chocho – me dijo mientras dejo posar su lengua quieta dentro de mi coño – hueles a puta – y dejó otra vez la lengua quieta y de golpe le empezó a lamer el coño rápidamente y con la punta de la lengua me daba en mi clítoris y yo me sacudía en la cama y empecé a gemir fuertemente y a gritar de placer.

Mi marido me había comido el coño muchas veces y lo encontraba muy placentero, pero era la primera vez que me lo hacía una mujer y su lengua me estaba provocando una ola de placer inimaginable para mí antes de ahora.

– Mírame cómo te como el chochito – me ordeno ella – quiero ver tu cara cuando te corras guarra

Yo levante la cabeza y vi como su lengua lamia con fuerza mi clítoris y le agarre por la cabeza, mis piernas empezaron a temblar y me corrí salvajemente encima de su lengua y ella me lamio y bebió de mis fluidos.

– Todas las divorciadas se me corren como locas cuando les como el chocho por primera vez- me dijo Cora – mientras me besaba en las ingles

Ella se puso otra vez encima mío y me beso en los labios y nos dimos la lengua y me lamio las tetas.

– Vas a ser mi putilla esta noche – me dijo

– estoy muy cachonda – le dije – me has puesto muy puta

Cora cogió mi pierna y la puso encima de su hombro y me abrió bien la otra pierna y metió dos dedos en mi coño y yo la mire y le hice un gesto de aprobación.

– Te voy a follar guarra – me dijo mientras sus dedos empezaron a entrar y salir de mi coño suavemente – estas muy mojada y bien lubricada putita.

Los dedos de Cora empezaron a entrar y salir de mi coño con más intensidad y cada vez se deslizaban mejor y más profundamente, yo empecé a gemir fuertemente y mis manos se agarraban a las sabanas y cerraba los ojos y mi espalda se arqueaba y echaba la cabeza hacia atrás.

– Tienes el chochito muy apretado putita – dijo Cora – hace tiempo que no te follan

Yo chillaba de placer y le decía palabras disparatadas.

– Fóllame así – le chillaba – me vas a volver loca

Cora seguía metiéndome los dedos, pero esta vez al sacarlos los abría y eso ensanchaba mi coño y me producía un placer nunca experimentado.

– ¿ Té gusta que te folle guarra ? – preguntaba ella

– No pares de follarme – balbuceaba – me voy a derretir… me arde el coño

Cora sonreía y yo no paraba de chillar, suerte que vivíamos en una casa apartada y el vecino más cercano quedaba muy lejos, en un piso de la ciudad me habría escuchado todo el vecindario.

– Te voy a follar toda la noche putita – me gritaba Cora – eres una guarra

– Me voy a correr no te soportó – le grite – y mi cuerpo convulsiono y grite fuerte i secamente y me corrí de la manera más salvaje que había hecho nunca y me quede temblando y solté un chorro de liquido de mi coño y quede un rato temblando en la cama cuando recupere fuerzas me levante y me puse de rodillas y noté como me estaba meando encima de la cama.

– Te éstas meando de placer putita – me dijo Cora riéndose – nunca te han follado así

Yo la mire sonriendo pícaramente y le hice un gesto afirmativo y recogí las sabanas y las cambie mientras Cora había ido a buscar un par de toallas y un bote de lubricante y un preservativo, las puso en la cama y me beso y me hizo poner en pompa y me dio dos cachetes en las nalgas y lance sendos gritos.

– Te voy hacer lo cosas que no te han hecho nunca putita ábrete bien – me ordeno y yo lo hice – así me gusta eres una putita obediente.

Cora me lamio el ano con la lengua y mi cuerpo tembló como si me recorriera una descarga eléctrica y me metió un dedo en el culo, yo solté un grito de dolor y quise echarme para adelante y Cora me sujetó con las manos y su dedo profanaba cada vez más profundamente mí preciado y virgen culo.

– Ya empiezas a dilatar – me tranquilizo Cora – lo tienes muy estrecho putita

Cora abrió el bote de lubricante y me untó en el ano, yo sentí que estaba muy frio y se puso el preservativo en dos dedos y hundió la punta de los dedos en el bote de lubricante y con su mano hundió mi cara en las sabanas y me metió los dos dedos en el culo y empezó a meterlos profundamente y yo chillaba de dolor.

– Te lo suplico – le roge – ya basta me haces daño

– No voy a dejar de abrirte el culito guarra – me dijo tajantemente – muerde las sabanas

Yo me sentía humillada y dolorida, pero empecé a sentir que me estaba excitando en exceso que ella me tuviera en la cama sodomizándome con sus dedos y empecé a sentir placer y gemir tímidamente.

– Nunca me había sentido tan sucia y puta como ahora – le dije

Cora me acaricio con la otra mano la raja de mi coño y me metió un dedo y yo empecé a gemir y excitar enormemente y aquella situación me llevo a otro orgasmo. Cora saco sus dedos de mi culo y me giro y me empezó a comer el coño nuevamente, yo ya estaba extenuada, hacía tiempo que no tenía sexo y con mi marido era echar un polvo a lo sumo dos y dormir, pero la lengua de Cora empezó a hacer sentir una nueva oleada de placer y cerré los ojos y acepte que me llevase a otro orgasmo.

Cora se puso encima y me beso tiernamente y yo le respondí dándole la lengua y no pude comprender en lo puta que me estaba volviendo y le pedí: – Fóllame otra vez.

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