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La patrona, premio mayor
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Gerardo! Gerardo era mi concuñado Mirando llamando desde su oficina, mientras que yo me estaba tomando un receso en mi trabajo para tomarme un cafecito, el cual solo alcance a tomarme un sorbito para atender que quería ahora el señor Mirando ahora.

Mirando: Donde se había metido no ve que tenemos que definir lo del pedido

Gerardo: Si tranquilícese Mirando vamos bien

Mirando: Vamos bien! vamos bien… Pero cuantas pares de botas llevamos para cumplir el pedido?

Gerardo: Creo que 3500 pares

Mirando: Creo? O está seguro Gerardo?

Gerardo: Déjeme confirmo

Mirando: Pero por favor! Acaso usted no es el supervisor? Gerardo quiero ese dato YA!

Gerardo: Ok tranquilo!

Así era mi trabajo entre gritos con mi concuñado Mirando que en más de una oportunidad me provocaba contestarle sus maltratos y renunciarle, pero la verdad es que tenía que aguantar porque a mis 49 años y mi falta de estudios no sería fácil conseguir trabajo, además en cierta manera yo ayude a parar esta fábrica por lo que debería merecer algo, pero para mí concuñado yo era un trabajador más! Y en más de una oportunidad me repetía en la cara que no me despedía por ser parientes (El esposo de la hermana de su esposa) pero precisamente ese era otro argumento para que me pagara mejor pero ni modo.

Pero no era el único aburrido más de un operario a mi cargo también no le gustaba el maltrato de Don Mirando, y es que Mirando no era diferente de nosotros de hecho no era ni bachiller, comenzó como operario en una fábrica de zapatos desde muy joven luego tuvo suerte y se ganó una lotería, con ese dinero como cualquier persona le cambio la vida montando la fábrica de zapatos, luego volvió a tener suerte cerro un par de negocios buenos y plata llama plata. Pero también tuvo suerte a levantarse mi cuñada Ruddy que si yo la hubiera conocido antes que mi esposa no se!

Y no sé porque la verdad estaba buenísima! Era la que nos recreaba el ojo en la fábrica todo una mujer grandota, buenona de 32 años, pues era alta, con cabello rizado negro, de tés blanca, cara bonita de cuerpo armonioso y curvilíneo, mucha mujer para don Mirando pues este era mucho mayor ya tenía 58 años. Sin embargo Ruddy era muy recatada y seria en su puesto de la esposa del dueño Mirando, es decir era la Patrona y la respetábamos como tal, pero en voz baja más de uno le tenía ganas, como le tenía ganas a la hija mayor de Mirando de su primer matrimonio que con sus 20 años también aguantaba, como quien dice había bobos con suerte y Mirando.

Pero para esos días la suerte de Mirando cambio y todo comenzó a trastabillar en un cerrar y abrir de ojos, lo primero que paso que el día que tocaba entregar el pedido de las botas a una petrolera los camiones que se despacharon fueron asaltados por consiguiente el pedido no se pudo entregar dos días después no hubo peros que valiera y aplicaron las pólizas de cumplimiento por lo que las demandas se esperaban, a su vez los bancos se enteraron del hecho y cerraron los sobregiros como los créditos, lo que conllevo a un problema serio de liquidez en la fábrica, y aunque los patrones no contaban mucho era evidente que había problemas pues empezaron los retrasos con la compra de insumos, pues los proveedores ya no otorgaban créditos como quien dice; “Al caído caerle”.

Y las cosas se ponían cada vez más tensas, sin embargo a mí se me apareció la tentación que dadas las circunstancias no pude decir que No. Un operario Lucho me proponía un negocio sucio; él sabía quién tenía la mercancía robada y me proponía venderla al mismo cliente por menor valor para ganarnos esa platica que representaba algo así como ganarme la lotería y como yo junto con los patrones que éramos los que teníamos los contactos a quienes se les vendía, pues era la ficha clave para realizar el negocio. No lo pensé mucho y aunque no lo crean lo hice pensando en el futuro de mi esposa y mi hijo Jerry pues como iban las cosas pronto nos quedaríamos sin trabajo y no habría ni para la Universidad de Jerry, ni para el arriendo y etc… Por eso termine contactando a cliente y me preste para venderle esa mercancía robada solo que con una nueva marca por lo que el cliente no se dio cuenta y me pago de contado el mismo día de entrega.

Para el día siguiente yo me sentía un hombre empoderado seguramente era el nuevo saldo en la cuenta, por el contrario al llegar a la fábrica Mirando recibía una mala noticia era de los abogados que le informaban un embargo preventivo de las cuentas bancarias, provocándole un pre-infartó y no era para menos la falta de liquidez impidió la compra de material, lo que reduciría las ventas y a su vez por primera vez no se podía pagar los salarios, lo que no tomo muy bien los operarios, noticia que nos informó la patrona Ruddy que había tomado las riendas de la fábrica por el delicado estado de salud de su esposo Don Mirando, ese día Ruddy nos pidió tiempo y a mí me pidió el favor que le ayudara a tranquilizar a los operarios y que no bajaran los brazos, pero yo lejos de hacerle caso comencé a envenenar a mis subalternos y vi la oportunidad de apoderarme de las cosas de Don Mirando mi concuñado. Por lo que subí a la oficina de mi cuñada Ruddy para decirle:

Gerardo: Cuñadita he estado pensando si quiere yo saco un crédito personal para prestarle la plata ustedes para cubrir algunos pagos básicos, ya que los tienen embargados.

Ruddy: De verdad Gerardo usted haría eso por nosotros?

Gerardo: Claro cuñadita somos parientes

Ruddy: Ok Muchas gracias, Ya no sabía que hacer eso sería un respiro luego le respondemos.

Gerardo: Si tranquila cuñadita.

Días después cuando los operarios estaban más que molestos por la falta de paga, llegue con el dinero el cual salió de mi cuenta obviamente solo un poquito, que le entregue a Ruddy;

Gerardo: Cuñadita aquí esta solo me otorgaron esto.

Ruddy: Bueno Gerardo algo es algo. Paguemos los salarios de los empleados.

Gerardo: Cuñadita creo que es mejor pagar a los proveedores para que nos puedan vender mercancía, los empleados están dispuestos a esperar.

Ruddy: Usted cree Gerardo?

Gerardo: Si es lo mejor.

Y mi cuñadita hizo caso. Se quedó con la plata pagando algunos proveedores, pero yo sabía que no le iba alcanzar para abrir los créditos con ellos, a su vez yo baja con muy malas noticias a mis subalternos operarios por lo que les informe;

Gerardo: Señores la muy bruja de mi cuñada dice que ustedes pueden esperar y que hay que pagar otras cosas. Que tal la muy perra piensa nuestras familias comen solo aire.

Por supuesto eso alboroto a los operarios pero los calme diciéndoles que hablaría con la patrona así paso dos quincenas más sin pago y mi cuñadita cada vez más desesperada y llego el día oportuno de meterle más leña al fuego. Entonces subí a la oficina donde estaba mi cuñada Ruddy y le dije:

Gerardo: Cuñadita lo siento pero necesito plata

Ruddy: Gerardo usted sabe que no tengo en este momento

Gerardo: Cuñada yo no sé los empleados están muy disgustados se les debe 4 quincenas y a mí me están cobrando el crédito. Además se escuchan rumores en el corredor, que los empleados están dispuestos apoderarse las máquinas y cobrarse.

Ruddy: No Gerardo, Ayúdeme a persuadirlos que me tengan paciencia o que podemos hacer

Gerardo: No! No cuente conmigo

Ruddy: Gerardo por favor eso sería el fin del trabajo de años de Mirando de todos

En ese momento pensaba que era la oportunidad de destapar mis cartas y apoderarme de la fábrica, pero de repente observe la belleza de mi cuñadita más precisamente evoqué un día en la fábrica donde se celebró la fiesta de navidad y fin de año. Ese día mí cuñada Ruddy estaba vestida con un traje negro entallado a su cuerpo, corto de una sola tira delgada en su lado izquierdo que dejaba ver sus hombros y sus voluptuosos pechos. Realmente estaba exquisita fue el tema en voz baja de los operarios y creo que más de uno esa noche genero una que otra fantasía sexual con ella, incluyéndome pues ese día recuerdo que tuve que pajearme a solas.

Volviendo a la fecha al ver a mi cuñada dirigí mi mirada a los pechos de mi cuñadita, ese día tenía una blusa blanca escotada y un bluejeen, ella se percató de mi mirada morbosa por lo que note que se incomodó y trato de cubrir sus pechos, entonces le respondí:

Gerardo: Cuñadita se me ocurre como se acerca el fin de año permítame hacer una fiesta en la fábrica para bajar la tensión y así ganamos tiempo. Tiempo que hay que conseguir dinero y se me ocurre que podríamos pedir un préstamo particular con la garantía de las máquinas para pagarle a los empleados y otras cosas.

Ruddy: Gerardo que buena idea, aunque no quisiera llegar a dar en prenda las maquinas pero si no alcanzamos a reunir el dinero tocara!

Así pasaron dos quincenas más y se acercaba la Navidad las cosas estaba más que tensas en la fábrica y llego el día de la fiesta de empleados, ese día llegamos con el compromiso adquirido de pagarle a los empleados o por lo menos eso fue lo que yo había dicho pero la verdad no hice nada. Llegaron entonces mi cuñadita con su hijastra Miranda ambas muy elegantes y guapas pero definitivamente mi cuñadita Ruddy al ponerse nuevamente su traje de gala negro de la ves pasada se veía muy apetitosa, también asistieron los 20 empleados que nos quedaban, operarios en su mayoría, un mensajero y un conductor, también asistieron mi esposa Mónica y nuestro hijo Jerry. La fiesta comenzó sin contra tiempos y yo precavidamente había comprado mucho trago por lo que los empleados estaban tranquilos aunque no dejaban de preguntarme a qué horas pagarían? Por su parte Ruddy me preguntaba a qué horas llegaba el prestamista? Y a todos les tomaba el pelo diciéndole ahorita, ahorita.. Hasta que mi cuñadita Ruddy me hizo llamar a la oficina realmente estaba muy preocupada lo primero que me pregunto;

Ruddy: Gerardo quiubo de su amigo el prestamista?

Gerardo: Cuñadita creo que es el fin.

Ruddy: No me diga eso que paso ahora?

Gerardo: Cuñadita el prestamista me pago pero yo necesito esa plata por lo que me debe

Ruddy: Como no me haga esto por favor.

Gerardo: Lo siento a no ser

Ruddy: A no ser. Qué?

Entonces me acerque hacia mi cuñadita Ruddy que estaba de pie a lado del escritorio de Mirando y tomando su cabello de rizos negros dejando sus hombros rozando su piel suave de durazno con mi mano le di entender lo que deseaba con mi mirada lujuriosa.

Ruddy: Gerardo por favor no seas miserable

Gerardo: Ruddy es la única forma que se me ocurre para ayudarte. Colabora y yo te colaboro

Ruddy: Gerardo selo pido deténgase!

Para ese momento estaba manoseado delicadamente su cuerpo de Ruddy, mientras que se le escurrían las lágrimas y no hacía más que pedirme que me detuviera, pero ella era un manjar que definitivamente merecía que prosiguiera, por lo que empecé a acariciar más fuertemente los pechos de mi cuñadita, al sentirlos tan suntuosos no aguante más y se los saque del vestido para apretarlos con mis manos inicialmente, pero eran tan generosos que no soporte las ganas de clavarme en sus tetas como niño hambriento para besar, chupar insaciablemente su tetas como juguetes nuevos. Mientras tanto Ruddy visiblemente desconcertada con sus ojos llorosos me permitió degustar plenamente pero eso me llevo a lo inevitable le ordene:

Gerardo: Vamos voltéate. Quieta!

Y aunque trato de resistirse Ruddy, rudamente la obligue a que se volteara y colocara sus manos sobre el escritorio de su esposo allí subí su vestido sin darme cuenta tal vez de las mismas ganas saque mi pene la pretina de mi pantalón, que estaba completamente erecto por lo que con premura fui acomodárselo a Ruddy para penetrarla, por lo que trato de rechazarme pero me toco a la fuerza doblarla contra el escritorio y crudamente sin importar sus ruegos le enterré mi verga, luego solo fue vigor de mi parte pujaba y pujaba una que otra vez con rabia le decía;

Gerardo: Vamos ramera un gemido, vamos…

Estaba dándole tan duro que sudaba intensamente sobre Ruddy que balbuceaba;

Ruddy: Para! Basta… me lastimas Basta!

Pero estaba lejos de detenerme estaba como loco literalmente comiéndomela pues mientras la jodía besaba y mordía su cuello, sus hombros haciéndola mía. Pronto logre subordinar a la patrona por lo que la remate tomando la fuertemente de su cabello rizado y comencé a llenarla mi esperma ahí escuche por fin sus gemidos de pura ramera, luego solo poco a poco fui bajándole la intensidad en la medida que depositaba mi semen dentro de Ruddy.

Al terminar cansado! Mi cuñada me quito brava de encima de ella, deje entonces que se desahogara pegándome, yo solo tome un poco de agua. Luego me arregle y ella se quedó allí en la oficina arreglándose y alcance a oírla mientras cerraba la puerta;

Ruddy: Desgraciado!

Al bajar con mi cara de ponqué mi hijo Jerry me detuvo en la escalera y me dice algo tomado ya:

Jerry: Papa subí y vi que estaba con mi tía Ruddy, en pleno ajetreó

Yo me puse muy nervioso, la verdad no sabía explicarle a Jerry por lo único que se me ocurrió fue;

Gerardo: Jerry es que tu tía me coqueteo y ella…

Jerry: Si fresco papa yo se mi tía es un hombrón y resulto ser una de esas fáciles

Gerardo: Si hijo tú lo dijiste una vagabunda

Jerry: Uff! Lo envidio papa. Se lo merecía mi tía Ruddy por buena y ramera jajaja… Y fresco que mi mama la despache a descansar.

Gerardo: Gracias hijo por entender

Para ese momento me abordaron dos mis operarios para preguntarme por su pago yo les conteste:

Gerardo: No la muy malparida de mi cuñada dice que un placito, pueden creer esa desfachatez, yo de ustedes me cobro con su hija Miranda

Y claro la mayoría borrachos y envenenados por mí. Me tomaron la palabra y sin recelo fueron en búsqueda de Miranda que no le dio tiempo de correr en segundos la desvistieron y la ultrajaron por turnos entre los operarios y hasta mi hijo Jerry se dejó llevar por la demencia del grupo. Todos se veían felices deshonrado a Miranda sus gritos no hacían efecto, y nose si por compasión o canalla les dije:

Gerardo: Señores en la oficina está la ramera de Ruddy “La Patrona” el premio mayor Cobréense!

Entonces eso fue como decir que regalaban comida casi todos salieron a correr a hacia la oficina solo dos se quedaron con Miranda el resto se fueron a donde mi cuñadita Ruddy allí observe desde el primer piso como ingresaban a la fuerza a la oficina y comencé a escuchar los gritos de auxilio de Ruddy:

Ruddy: Auxilio! Alguien ayúdeme por favor!

Luego alguien voto desde el segundo piso rasgado el vestido negro de mi cuñadita, mientras se escuchaban muy intensos los gritos de Ruddy, que para entonces eran ya alaridos, no tenía que ser adivino para saber que se estaban dando gusto con mi cuñadita Ruddy. Entonces de repente vi que Ruddy desnuda pudo huir de la oficina, pero igual la corretearon por la fábrica casi 16 hombres compitiendo por abusar de ella, por lo que su escape pronto fue infructuoso, es más jugaron como cazador con su presa y la presa en este caso era Ruddy. Al agarrarla nuevamente ella forcejeó, pero brutalmente la abrieron de las extremidades para Ultrajarla, no faltó quien mientras penetraban a Ruddy, otros graban el momento en sus teléfonos casi burlescamente, lo cierto es que Ruddy irónicamente le quito trabajo Miranda, pues la mayoría prefirió comerse a mi cuñada tal vez por ser más hembra como decía Jerry, quien también fornico con Ruddy y hasta repitió como otros. Al final los gritos fueron desapareciendo, a la vez que fueron sometiendo a mi cuñadita Ruddy que sumisa se prestó a cual vejamen se les ocurría, solo hasta la madrugada término el festín.

Días después hábilmente termine absuelto de todo hecho, es mas todo salió mejor de lo que había pensado termine siendo socio de Mirando, por lo que ahora solo iba a pedir cuentas entre las que estaba una cuenta pendiente con Ruddy quien chantajeada por lo sucedido y por la salud de Mirando ella tenía que acceder a mis caprichos y hoy antes de entrar a la junta de socios la llame a mi oficina para que:

Gerardo: Hola Ruddy me entere que estas embarazada, habrá que esperar de quien es la criatura no?

Ruddy: Que quiere Gerardo?

Gerardo: Ya sabes Ruddy como estamos de afán por la reunión necesito un servicio oral

Ruddy: Desgraciado hasta cuándo?

Gerardo: Por favor tengo afán!

Ruddy: Por favor no me vayas ensuciar

Gerardo: Sisisi… colabora rápido!

Entonces Ruddy se arrodillo se recogió el pelo y comenzó a chuparme mi verga, ella cerraba los ojos mientras lo hacía por lo que tomándola de su cabello le dije:

Gerardo: Vamos ponle entusiasmo mírame! Mirame!…

Y la obligue a chuparlo hasta el fondo

Gerardo: Muy bien razón tenían los operarios que chupas muy rico. Yo creo que podemos organizar un par de servicios tuyos para motivar a los empleados cierto?

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