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La pareja de la playa
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Tiempo de lectura: 2 minutos

El último fin de semana de septiembre me pasé por una playa nudista del sur de España en busca de morbo. Suelo ir y casi nunca encuentro nada interesante. Pero ese sábado tuve mi día de suerte. Después de pasar toda la tarde, y tras quedarme casi dormido, sobre las 6 me di cuenta que a unos 25 metros se había instalado una pareja. Para entonces no había nadie más, la playa estaba desierta.

Comenzamos a intercambiar miradas morbosas. El hombre empezó a manosear desde atrás las tetas de la mujer, que sentada en su toalla, me miraba. En la distancia se veían dos muy buenas tetas (posiblemente operadas). Yo le aguantaba la mirada y mi polla reacciona poniéndose dura. La situación fue en aumento cuando el marido le mordía el cuello y metía la mano entre las piernas de ella.

Decidí acercarme a ellos. Recorrí los 25 metros exhibiendo una tremenda erección que provocaba que la mujer se relamiese. Al llegar nos saludamos, por su acento no eran andaluces, apostaría que castellanos (Valladolid, Salamanca).A simple vista se les veía una pareja con clase, elegantes. Muy posiblemente profesionales de prestigio. Rondaban los 50, quizá algo menos (de mi edad). Se mantenian muy bien. Ella era guapa, tetas operadas, coño rasurado.

El hombre seguía masturbándola mientras seguía masajeándole las tetas. Ella alargó la mano para agarrarme la polla. Yo, colocado de rodillas, me dejé hacer. Le acariciaba la cara y las tetas. Mientras nos mirábamos con media sonrisa, el hombre se tumbó para comerle el coño. La mujer dio un suspiro de placer antes de acercarme a ella para chuparme la polla. Era una situación muy morbosa. Apoyé mis manos en su cabeza y dejé que la mujer saciara su hambre a gusto. Cuando intuyó que me iba a correr se la sacó y me pajeó mirándome a los ojos. Dirigió mi corrida a sus tetas operadas. Mi lefa caliente impactó entre sus tetas y su cuello. Inmediatamente después llegó al orgasmo con la comida de coño que le estaba dando el hombre.

Me senté junto a ellos para recuperarme del orgasmo. El hombre estaba totalmente empalmado. Le decía que se había portado muy bien y comenzó a besarla. La tumbó sobre la toalla y comenzó a follarsela delante de mí, y sin importarle que mi corrida estaba sobre su pecho, acabo lamiéndola y llevándola a la boca de ella. El tipo se corrió como un animal. Yo volvía a estar empalmado.

La mujer le comentó algo al oído del hombre para luego preguntarme él si me la quería follar. La mujer sonreía con lascivia. No lo dudé. Me puse un condón y me la follé a 4 patas. Agarrado a las caderas de ella comencé a clavarsela con ganas. La tía gritaba y se retorcía de gusto. El hombre le preguntaba si le gustaba la experiencia. La mujer acabó corriéndose con mi polla en el coño. Y yo también. Caímos los dos exhaustos mientras el hombre se acariciaba la polla. Minutos después nos despedimos y nos fuimos.

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