back to top
InicioHeteroLa noche, la luna, un velero y una bella mujer (2)

La noche, la luna, un velero y una bella mujer (2)
L

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.

Cuando salió el sol, lentamente se fue despertando. Ya despierta, se quedó en silencio apoyada en mí. No sé si fueron 15 o 20 minutos.

Leti: buen día, Mariano.

Yo: buen día Leti

Leti: me podes decir si lo de anoche fue real? Si es cierto que bailé para vos, que me masturbé y gocé?

Yo: si, Leti, fue real.

Leti: ah. Preparo café?

Yo: dale, te lo agradecería.

Leti: ya vuelvo

Al ratito volvió con dos tazas de café caliente, y un paquete de galletitas dulces. Ella tomaba la tasa de café con ambas manos, y miraba como el sol se alzaba sobre el horizonte.

Leti: lo más cómico de todo es que te sentías intimidado por mí. Vas a dormir un rato?

Yo: si me haces la gamba y controlas las velas, que no se salga de rumbo y no se cruce ningún barco, me tiro un rato.

Leti: por supuesto. Mostrame donde me fijo el rumbo y anda a descansar. Si pasa algo te llamo.

Yo: dale, llamame en tres horas.

Me fui al camarote a descansar, ella se quedó terminando el café, controlando y disfrutando la mañana. Del cansancio me dormí enseguida.

Desperté bien descansado, me cambié la malla y miré la hora. Había dormido 6 horas.

Yo: hola Leti.

Leti: Capitán el barco está en orden y navegando firme. Ajusté las velas porque cambió un poco el rumbo.

Yo: está perfecto. Por qué no me despertaste antes, te comiste 6 horas sola.

Leti: estabas durmiendo tan bien y yo necesitaba un poco de soledad para pensar.

Yo: gracias por el descanso. Pasa algo, algún problema?

Leti: vos te referís por lo de anoche. No, por lo de anoche no, pero si por lo que lo de anoche disparó en mi mente. Me he estado replanteando algunas cosas.

Yo: entiendo.

Leti: pero te aseguro que por lo que hice, nada, solo que estuvo genial.

Enseguida cambió la charla a otros temas, me contó anécdotas de los desfiles, las peleas por los egos, y nos reímos mucho.

Leti: quiero estar despierta a la noche, acompañarte, te molesta que duerma un poco?

Yo: No vas a comer nada?

Leti: no, no tengo hambre.

Yo: dale, descansa un rato tranquila.

Por suerte el tiempo seguía muy bueno, buena brisa, y el mar calmo. A este ritmo, al amanecer estaríamos en Puerto Mar. Como Leti, tuve tiempo de pensar mucho, repensar otras.

Al atardecer Leti apareció radiante. Y desnuda.

Leti: parece que se me torna costumbre estar desnuda delante de ti. Pero, es posible que bajemos las velas, necesito bañarme en el mar, aunque más no sea.

Yo: si, no hay problemas, jajaja

Leti: no te rías.

Se dio un buen baño, subió al velero y me preguntó si quería que me tire agua.

Yo: no, gracias, ya aprendí la lección

Leti: pero, yo que quería espiar otra vez.

Yo: por las dudas, trajiste la malla negra enteriza que tenías puesta el otro día?

Leti: si claro, por?

Yo: porque me encanta como te queda. Mucho mejor que las bikinis.

Leti: en serio?

Yo: si.

Se puso esa malla y era una diosa.

Charlamos, compartimos un par de sándwiches y un vino, que para enfriarlo lo traíamos atado de una soga en el mar.

Cuando caía la noche y luego de ajustar velas, nos pusimos a charlar otra vez.

Leti: otra noche hermosa. Da para todo. Siento que genera un clima intimista, que se presta para el dialogo, una buena copa. Sobre todo con un hombre como vos.

Yo: y una mujer como vos.

Leti: gracias, me llamaste mujer, es un alago. Puedo volver con las preguntas?

Yo: si no queda más remedio

Leti: en serio, te jode, hablamos de otra cosa.

Yo: era una broma.

Leti: a que te dedicas, que haces de tu vida?

Yo: soy desarrollador de software, trabajo por mi cuenta para empresas tanto de aquí como del exterior.

Leti: que bien, se gana mucho con eso.

Yo: si, y vos, aparte de ser modelo?

Leti: estoy a cuatro materias de recibirme de Ingeniera estructural.

Yo: guau, impresionante.

Leti: si, una rubia con cerebro, como dicen todos.

Yo: no yo. Digo impresionante por la edad que tenés, debes haber dado todas las materias en tiempo y bien.

Leti: sí. Tengo mucha facilidad, y como mi viejo tiene varias empresas, mucha guita, nunca necesité trabajar. Pero hace 6 meses que no toco un libro.

Yo: y por qué no terminaste, por qué el modelaje?

Leti: te vas a reír mucho. Porque no me sentía mujer, quería que me reconozcan como mujer, por mi físico. Y bajó la mirada.

Yo: que pasa?

Leti: que me estoy dando cuenta que estoy equivocada. Pero estoy a tiempo de salir, por suerte no entré en la mala, en el ambiente jodido, drogas, prostitución. Hay mucho, no te imaginas.

Yo: algo siempre se habla. Me alegro que vuelvas a pensar en estudiar.

Leti: y vos, por lo que me contaste estas volviendo al velero.

Yo: si, y juntando plata para comprar uno más grande, uno pesado, para poder viajar por el mundo y trabajar desde el barco. Mi trabajo me lo permite. Y volviendo a un hobbie que me encanta.

Leti: y cual es?

Yo: a vos no sé si te va a gustar. La fotografía.

Leti: El hobbie, me encanta. Algunos fotógrafos, ni los quiero ver. Trajiste alguna cámara?

Yo: si claro y varios lentes.

Leti: tenés ganas sacar algunas fotos?

Yo: si claro, con esta luna, salen unas fotos geniales, espera que busco la cámara?

Volví con la cámara y saque varias fotos. De la luna, de los reflejos en el mar. Pasamos un par de horas con eso.

Leti: te tomarías un café con un toque de whisky?

Yo: claro que sí.

Leti: Lo preparo. Ah, la música de anoche, de donde la reprodujiste.

Yo: de un pen. Pero fíjate que arriba del equipo hay otro. Cambialo y pone ese.

Leti: pero el de anoche estaba mortal.

Yo: este es mejor todavía.

Preparó todo, puso la música y se sentó a mi lado.

Leti: Mariano, después de lo de anoche, de lo que hice, siento que puedo hablar libremente, aunque aún vergüenza y pudor me queda. Te molesta si te hablamos algunas cosas que me pasan?

Yo: Por supuesto que no, hablemos.

Leti: lo primero que quiero es agradecerte que me hayas traído, que hayas dejado que suba. Esta salida es reveladora para mí en muchos sentidos.

Yo: no tenés… y con su dedo índice, en mi boca no me dejó continuar

Leti: esa magia que sucedió o que hiciste que suceda, la noche, la luna, el movimiento del barco, la tranquilidad, la charla, el whisky, la música, despertaron una parte mía que desconocía totalmente. Aunque algo te dije hoy, me sentía muy insegura como mujer, de mis capacidades, y no solamente sexuales, que bien que las tenía. Había sumido mi vida en las fotos, la pasarela y poco más. Pasé de ser una nerd a una… modelo en un abrir y cerrar de ojos.

Claro que sabía que podía seducir, mostrando cuerpo, mostraba un poco el culo y listo. Pero lo hacía para que me acepten como mujer.

Hoy cuando dormías, pensaba, que maravilla como con palabras, simplemente me llevaste a un estado de éxtasis. Pero lo que más me hizo pensar y que anoche no me di cuenta, es que mientras me decías lo que me harías, me mirabas a mí, me mirabas a los ojos y esas palabras, toda esa magia de seducción era para mí. Porque lo vi en tus ojos, sé que pensabas en mi cuando dibujabas esa escena con palabras.

Yo: si, te decía lo que yo deseaba hacerte.

Leti: y sabe que aún en este momento, si pienso en tus palabras, me vuelvo a calentar. Te miro a los ojos y me caliento. Rozo tu mano y me caliento. Toda mi piel es un receptor de tu placer.

Te quería decir eso, que aunque vos no te des cuenta, sos un ser especial, que agradezco haberte conocido, que mereces lo mejor del mundo en tu vida, la mejor mujer. Y que me gustaría, cuando puedas, y tengas ganas, nos sentemos a charlar, o acompañarte en otra salida.

Soy muy pendeja y tengo mucho para aprender, y parte de ese aprendizaje puede, como en esta salida, ser de tu mano.

Yo: Huy, cuánto. Me pone bien que sientas que algo cambió en vos, que quieras volver a estudiar, que salgas de ese mundo que como vos decis es bastante pesado. Y claro que sos una mujer, una mujer que no debe tener dudas de sus capacidades, todas, intelectuales, afectivas, sexuales. Creo que nos podemos considerar amigos, por lo menos, yo te considero amiga, pero de las que me permiten llegar al fondo de su persona, que desnudan su mente y alma. Y como amigos nos podemos dar todo el tiempo del mundo, para charlar y compartir.

Leti: sabes, hoy pensaba por lo de anoche, en que haría yo en una cama con vos, y se me ocurrían dos escenarios; uno, siguiendo lo que vos empezaste, lo único que se me ocurría era entregarme, entregarme totalmente.

Yo: y el otro?

Leti: es otro es medio de guacha. Te haría exactamente lo mismo que vos me dijiste que me harías, pero yo te ataría, te pondría una cinta en la boca y buscaría volverte loco. Me sentaría en tu pelvis, jugaría en ambos lugares con tu pija, y sabiendo lo que vendría, te soltaría. Me volvería loca verte perder el control, no te puedo imaginar descontrolado. Obviamente sé que me someterías que seguramente lo la pase muy bien.

Yo: pues nunca me descontrolé. Siempre guardé los límites

Leti: por qué?

Yo: porque nadie me hizo descontrolar. Simple.

Leti: y te gustaría?

Yo: si, pero y si por bruto, por descontrolado hago cosas que no quiere la otra persona? Hasta la puedo lastimar, obviamente sin querer, por la calentura.

Leti: ese es el Mariano que me intriga. Pensas que yo te puedo hacer descontrolar? Te gustaría descontrolarte conmigo?

Yo: tomamos un whisky?

Leti: te estas escapando. Si, dale cobarde.

Yo: sirve para otra guerra.

Cuando volví Leti me esperaba sonriente

Leti: Podemos hacer una apuesta?

Yo: ahora tiemblo

Leti: si en menos de tres minutos logro excitarte, hacemos lo que yo quiera, si no hacemos lo que vos quieras.

Yo: y como sabes que no voy a querer ganar, que voy a querer perder?

Leti: no me hagas perder tiempo entonces. Puedo hacer lo que yo quiera?

Yo: si.

Leti se paró frente a mí, tomó un trago de whisky, dejó el vaso y cerró los ojos.

Leti: quiero sentir tus manos ásperas, sin la crema, quiero sentir que recorran mis brazos, mis piernas, quiero sentir como tomas mi cabeza para besarme, quiero sentir como te abrís paso para acariciar mi entrepierna, quiero sentir tu respiración entrecortada al igual que la mía. Quiero decirte que te deseo, que me volves loca. Quiero bailar sensual y sacarme esta malla que tanto te gusta, quiero mostrarte mi cuerpo, dejar que lo recorras con los ojos, con las manos y tu boca.

Mientras hablaba, ella misma se iba tocando, acariciando. De pronto abrió los ojos y me miró fijamente,

Leti: quiero ver como me miras con lujuria, como te excita verme bailar y tocarme para vos, que me veas vibrar cuando meto dos dedos en mi vagina pensando en vos, me masturbo por vos, porque deseo que penetres mi cuerpo, que lo goces, que me hagas gozar como una verdadera mujer goza.

Me dio la espalda y se inclinó hacia adelante mostrándome como sus dedos entraban y salían.

Leti: mira, mira como estoy de mojada, y sin que me toques, mira como juegan mis dedos, mira, como pasó anoche, uno busca entrar en mi culito. Quiere que lo penetres, que seas el primero.

Nuevamente se dio vuelta y se fue agachando, me sacó la malla y empezó a acariciar mi pene. No pasó mucho que lo llevó a su boca, lo besaba, se lo metía todo y succionaba, yo estaba a mil.

Ella se sentó en mi pierna, y se comenzó a frotar el clítoris contra ella mientras que me masturbaba lentamente. Me miraba a los ojos, de pronto empezó a chupar mis pezones, su respiración era entrecortada, cada tanto se notaba que llegaba a un orgasmo.

Leti: uff, cuanto placer, solo es el comienzo y ya tuve varios orgasmos, por vos, para vos. Decía mientras me chupaba los pezones, me besaba el pecho y llegaba a mi cuello

Leti: soy tuya, gozame.

Yo tome sus cabellos por la nuca, la miré a los ojos y la bese. Hice que se levantara un poco e introduje dos dedos en su vagina. Rápidamente encontré su punto G y lo comencé a estimular, gemía como loca. “Más, quiero más placer” decía agitada, comencé a besar sus pechos, morder sus pezones, ella se retorcía de placer. “Por favor, es hermoso, gozo y gozo sin parar”. Y era real, los orgasmos caían como cataratas.

La senté en mi falda y fui introduciendo mi pija en su vagina, lentamente, dejando que sienta como era penetrada.

Leti: si, por fin, estas dentro mío, tanto lo desee, tanto lo esperé

Yo me movía lentamente, besaba sus pecho, su cuello, hasta dejarle una marca. Nos abrazamos y estuvimos un tiempo así. Ella con sus gemidos me hacía saber de sus orgasmos. Tomé su cabeza, y mirándola a lo ojos le dije:

Yo: quiero verte gozar, quiero ver como buscas placer.

Fue decirle eso y se comenzó a mover con todo, subía y bajaba, me besaba y resoplaba, estuvo casi 5 minutos así hasta que llegó a un orgasmo tremendo. Me miró, tomo mi mano y se metió un dedo en la boca, lo chupó bien y lo llevó hasta la entrada de su ano. Sin quitarme la mirada, pero ahora con total lujuria, lo fue metiendo de a poco. Se acercó a mi oído.

Leti: sentís, está entrando en mi culo, me lo está abriendo. Ahh, que placer, déjalo quieto, no lo muevas.

Y ella empezó a moverse, haciendo que mi pija y mi dedo la penetren totalmente. Orgasmo y orgasmo. De pronto, paró. Sentía mi pija hinchada de excitación dentro de ella.

Leti: quiero verte gozar, que me goces con todo, soy tuya, y diciendo esto, sacó mi pija de su concha y la acercó a su culo, y intentaba que entre, como no podía más fuerza hacía.

Yo: te vas a lastimar, dejá

La tomé de la cintura la levanté y nos acostamos en cubierta, levanté sus piernas y de un golpe se la metí en la vagina. Empecé a entrar y salir con todo, ella no paraba de decir lo que estaba gozando como si fuera necesario. Yo estaba a fondo, cuando ella me dijo “La quiero en el culo, quiero darte el culo”

La puse de costado, adelante la pierna y le metí mi pija en la concha nuevamente, pero al mismo tiempo, dos dedos jugaban con su ano. Cuando pudieron entrar ella bramaba de placer. Tenía los dos lados ocupados. Cuando sentí que su culo podía recibir a mi pija, la apoye y empecé a empujar. Lentamente fue entrando. Leti gemía y alcancé a ver que se mordía la mano de dolor. Pero al instante me dijo “Más, más adentro la quiero”, de a poco fui entrando.

Leti: que, te doy pena?, después que me hiciste descubrir el placer, que por fin gozo como una mujer debe gozar te doy pena?. Quiero que me lo rompas, que me muestres tu calentura, la furia de tu calentura, que me gozas realmente, que no es mentira que me deseas.

Sus palabras lograron efecto y de un solo movimiento entre hasta el fondo. Y sin detenerme empecé a entrar y salir, por momentos ella gemía por momentos gritaba, de placer y dolor.

Yo: querías descontrol, pues algo de eso tendrás, pero el tuyo. Quiero que te toque el clítoris, que toques tu punto G.

Ella llevó sus dedos y empezó a estimularlos, ya era un solo gemido, la puse boca arriba, y seguí bombeando su culo, sus dedos entraban y salían de la vagina. La miré a los ojos, era puro placer su mirada.

Yo: esto no puede terminar de otra forma que juntos. Ella sonrió y aceleró aún más sus movimientos. Cuando sintió que me derramaba en ella, levantó la cadera y tuvo un orgasmo gigante. Bajó las piernas, y me dejé caer en su pecho. Me abrazo y nos quedamos en silencio. Nos levantamos y ella largó la carcajada al ver como todos sus jugos y mi semen caían por las piernas.

Leti: lo que tendría que hacer es meterme al mar.

Yo: ojo, que con todo eso saliendo, capaz que pescas algo

Leti: hijo de puta. Dame el balde.

Se limpió como pudo, se quedó desnuda, abrazada a mí.

Leti: decirte algo sería quedarme muy lejos de lo que quiero expresar. Solo majestuoso sería la palabra más cercana. Así que eso es el placer. Encantada de conocerlo. Y eso que te cuidaste de no descontrolarte. Debo darte las gracias por eso, porque me hubieses lastimado mal.

Yo: por eso no te di bolilla.

Leti: servite otro whisky, porque por la pregunta que tengo para hacerte lo vas a necesitar.

Cuando lo serví, me miró y me la tiró.

Leti: Amaste a alguna mujer en tu vida?

Yo: sí.

Leti: a la última la amaste?

Yo: mmm si, hasta un punto sí.

Leti: y por qué la dejaste de amar? Lo sabes?

Yo: si claro. Fue perdiendo interés en el sexo, a los 30 ya lo consideraba cosa de chicos, de pendejos de tu edad.

Leti: Te podrías enamorar de mí?

Yo: y por qué no, qué lo impide?

Leti: nada.

Yo: y vos, te podrías enamorar de mí?

Leti: mira, está amaneciendo, y parece que va a ser un lindo día

Yo: ahora la cobarde sos vos?

Leti: soldado que huye.

Nos abrazamos y al rato entramos a puerto. Paseamos, por momentos tomados de la mano. Cuando nos dábamos cuenta nos soltábamos. Pero al rato otra vez. Dos días después emprendimos el regreso. Ella volvió al estudio y dejó el modelaje. Yo por suerte estoy trabajando mucho con el exterior y falta poco para comprar mi nuevo barco. Leti se vino a vivir a mí depto. En un año Leti se recibe y emprendemos un viaje juntos. Como amigos, claro…

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.