En pijama de mi casa he salido
de atardecida camino a la tienda;
sí, aislada, pero no sin mi merienda,
tengo hambre, no quiero tener un vahído.
Un hombre se ha fijado en mi cohibido;
o impresionado: yo es que estoy tremenda:
femenina soy y llevo poca prenda.
Las tetas y el culo me mira muy ido.
"Diez euros", le digo, "una mamadita,
¿quiere usted que se la haga caballero?,
y por treinta euros una folladita".
Por mi coño ya-ahh su polla transita,
(¡no busco un orgasmo-ohh, quiero el dinero!),
grande y dura es, ahh, el sentido me quita.