Marlene, es la madre de mi amigo Max, ya les conté de ella en unos relatos anteriores, y hoy les traigo una nueva anécdota que pase con ella, esa es más actual, ella sigue siendo súper atractiva, a pesar de ya sus casi 50 años, sigue deleitando a todo mundo!
Esa ocasión fue la boda de Soledad, su hija mayor, Max me invito y me lleve a mi esposa, llegamos a salón jardín, era grande y espectacular, digno para la boda de su hija, ahí estábamos cuando la vi llegar, me quede boca abierto cuando la mire, un vestido rojo entallado arriba de la rodilla, el cabello suelto y sus zapatos de tacón abiertos, se veía súper rica, no dude en darle un abrazo y presentarle a mi mujer, ambas se veían súper buenas ,me imagine un trio con ellas, pero bueno, Marlene seguía apurada, estaba colocando los recuerdos de mesa y yo me ofrecí a ayudarle!
L: ¡No pasan los años en ti baby!
M: Gracias, ¡no sabía que eras casado!
L: Jajá, sí, pero eso no importa, ¡aun pienso en ti!
M: Luis, no empieces, ando apurada, ¡además ahí está tu mujer!
L: ¡Tranquila, solo que no olvido tu hermoso cuerpo!
Ella me miro, me acaricio la cara y me sonrió, luego se fue a recibir a su hija y a su marido, ¡y la fiesta comenzó!
Todo se desarrolló como una fiesta de esa magnitud, comida, las palabras de los padres, el baile, el ramo y la víbora de la mar, muy entretenida, pero lo que yo no podía dejar, era ver a Marlene, la miraba con deseo, no sé si Lety se dio cuenta, ella bailaba y tomaba, Max también estaba en su mundo, ¡así que aproveche para sacarla a bailar!
Bailamos una cumbia, una salsa, un merengue y un poco de disco ver su hermosa silueta moverse me puso dura la pija, Marlene ya traía unas copas de más, ¡eso la hizo bailar más sensual!
Por otro lado, mi esposa también llamaba la atención, bailaba con un primo de Max y se olvidaba de mí, ¡peor yo estaba concentrado en la escultural figura madura de Marlene!
M: ¿No te molesta ver a tu esposa bailar con otros?
L: Para nada, ¡yo estoy mejor acompañado!
M: ¡Que lindo, bueno deja voy a la cocina, déjame ver que sobro!
L: ¡Te acompaño!!
M: ¡No creo que sea buena idea!!
L: ¡Aun así, deja ir contigo!
Ella termino pro aceptar mi compañía y fuimos rumbo a la cocina, ella verificaba que todo estuviera bien, ¡mientras yo miraba sus ricas piernas y me perdió en su tarsero que se marcaba perfecto en su vestido rojo!
Después de su inspección, salió nuevamente un poco estresada me miro y cuando estaba por decirlo la tome de su cintura y la bese, ella trato de rechazarme, ¡pero mi boca pudo más y nos fundimos en un beso lleno de adrenalina!
M: Estas locas, ¡no van a ver!
L: ¡Eso sería interesante!!
M: ¡Mmm, basta Luis, por favor!
La solté y caminábamos rumbo al jardín cuando nuevamente al detuve y la volví a besar, esta vez ella no peleo mucho, poco a poco fue cayendo en sus deseos, mis manos comenzaron a darse gusto con su rico cuerpo, recorría su espalda y bajaba por sus duras nalgas, esas nalgas de madura que tenía, apretaba sus piernas y metía mi mano por debajo de su vestido, me tenía súper excitado y ella estaba igual que yo, solo nos detuvimos al escuchar a los meseros, ¡pero eso no nos detendría!
L: Quiero darte, me tienes a mil, ¡toca!!
M: ¡Luis!!! ¡Que duro estas, uhm!
L. Ven, seguro de este lado podremos!
M: ¡Pero es la boda de mi hija!!!
L: No te preocupes, ¡nadie lo notara!
La tome de la mano y la lleve a la parte de atrás de la cocina, ¡era un pasillo donde nadie pasaba sí que ahí comencé a acariciarle sus tetas mientras la mama de Max me acariciaba mi verga por encima de mi pantalón!
Que rico se sentía, por medio de su escote, saque sus ricas etas, aun eran grandes de pezón claro, duras, ¡uhm!! Con mi lengua empecé a saborear su sudor, recorrí cada pedazo de teta, no quería dejar sin probar alguno, Marlene, ¡me acariciaba la cabeza y gemía de placer!
Me desabrocho los pantalones y me los bajo junto a mi trusa, mi verga estaba súper dura y húmeda de líquido pre seminal, toda la fiesta la había tenido así gracias a ella, me miro fijo y se arrodillo, tomo mi verga con sus manos y la coloco entre sus tetas, apretaba la cabecita con su duro par de pechos, ¡eso era fenomenal!
Después de masturbarme con sus ricas tetas, donde mis fluidos mojaron su vestido, ella decidió comenzar a mamármelo, uf, ¡que rico! lo lamia desde mis huevos hasta mi glande, luego lo saboreaba como paleta para desaparecerlo tragándoselo por completo, una y otra vez, cada vez más rápido!
L: ¡Uhm, si, así, ah!!!
M: ¿Te gusta?
L: Continua, ¡no pares!!
Me tenía pegado a la pared jadeando, no nos preocupaba ser descubiertos, Marlene seguía dándome unas ricas chupadas, ¡dé esas que solo las mujeres de su edad dan!
Pero decidí que ahora yo lo haría, la puse de pie y me arrodille, levante su vestido e hice a un lado su trusa, su vagina estaba húmeda, depilada, se veía deliciosa, comencé a pasarle mi lengua por su pelvis y baje lento a sus labios vaginales, ella mirando al cielo, exclamaba de placer, ¡mientras mis dedos abrían su vagina para saborear su clítoris!
Con maestría introducía mi lengua y la movía como gusano, ella se retorcía, sus fluidos inundaban mi boca, su sabor salado era un néctar de vida, le acariciaba sus duras nalgas, apretaba sus tetas y mordisqueaba su clítoris, ¡Marlene no hacia otra cosa ms que jadear y exclamar lo mucho que le gustaba eso!
M: ¡Ah!!! ¡Así Luis que rico!!
L: ¡Amo tu pucha!!!
M: ¡Si, cómeme, agh!!
L: Eso mi amor, ¡vamos mójame!
Marlene escurría la sentir mi lengua dentro, yo arañaba sus duras nalgas y me la empujaba ms a mi boca, la rica mama de mi amigo exclamo un fuerte suspiro y su orgasmo vino con gran potencia, la señora se retorcía en mi cara, yo me bebía su néctar de placer, era momento de penétrala!
Me puse de pie y nos besamos apasionadamente, levante una de sus piernas y levante su vestido hasta su cadera, ella se bajó la tanga y me dirigió a su entrada, ¡la mire fijamente mientras le empujaba cada centímetro de mi dura verga!
L: ¡Que rico, uhm!!
M: ¡Ah, uhm!!
Mi verga entro casi por completo, comencé a moverme suave, con ritmo, aprecia que me movía al ritmo de la música, le besaba sus tetas, su cuello, ¡me encantaba saborear su sudor mientras la embestía con suavidad!
¡Una y otra vez me movía, ella gemía al sentirme dentro, la tome de su cadera y la cargue apoyando su espalda en la pared, ella se agarró de una varilla que salía de aquella barda para que nos e cayera, comencé a moverme más fuerte, la alzaba y la dejaba caer, me mordía el cuello, metía su lengua en mi boca, estaba desatada!
Ahora la voltee y ella apoyándose en la pared se empino, dejando su rico tarsero a mi disposición, sus nalgas se veían fantásticas, lentamente le introduje mi pene para luego metérsela fuerte una y otra vez, me apoyaba en su cadera para dársela más y más duro, gemíamos, ¡su vagina se devoraba excelente mi verga y yo continuaba disfrutando de su rico sexo!
M: ¡Si, así empújala que rico ah!
L: Esta riquísima, soñaba con volverte a coger, ¡uhm!
M: ¡Cógeme, uhm!
L: ¡Eres una caliente, ah!!!
Continuaba dándole en esa pose, escuchábamos al animador hablar, preguntar por ella, ¡pero nadie sabía que estaba siendo penetrada por mí!
La jale de su cabello y la agache hasta que sus manos tocaron el suelo, su vestido se le fue totalmente hacia sus tetas, ¡se veía fenomenal su rico trasero en forma de corazón y yo dándole de nalgadas y embistiéndola cada vez más y más fuerte!!
M: ¡Ah, me hablan!! ¡Ah!
L: ¡Me vale, uhm, ahorita estás conmigo, uhm!!
Escuchaba pasos, sentía que nos descubrirían y eso me volvía loco, le jalaba su cabello, ella también se movía fenomenal, tenía a la mama de mi amigo como una autentica perra sedienta de sexo, ¡movía rico su cuerpo al punto que sentí que ya no aguantaría más!
L: ¡Ah, mami, me vengo agh!!
M: ¡Si, dámela dame tu leche!!
L: ¡Ahhh, dios, ah!!!!!
M: ¡Si!!!!! ¡Dios mío!!!!
La llenaba de semen el orgasmo fue de lo mejor, ambos estábamos ahí en el pasillo del salón de la fiesta de su hija, ¡reposando el rico placer obtenido!
De pronto el animador la llamo esta vez con más insistencia por lo que nos separamos, ella se arregló el vestido y su tanga y fue corriendo ahí, solo escuche que dijo que estaba en el baño, ¡yo me quede fumando para relajarme más!
Unos minutos después salí y mi esposa aun bailaba, Max estaba súper ebrio, su marido estaba raro, pero continuaba en la fiesta y ella y yo, lanzábamos miradas, tal vez algunos se dieron cuenta, pero no me importaba, la mama de Max, ¡la señora Marlene había sido mi puta una vez más y esta vez en la boda de su hija!!!