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La madrina de mi ahijada
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Los días previos al bautizo de mi ahijada, mis compadres coordinaron una salida junto con la futura madrina también para conocernos y ultimar algunos detalles de la celebración. Nos encontramos en el centro de la ciudad, y la verdad mi primera impresión al verla fue normal, sin mucho interés, una mujer baja, con unas buenas tetas, cuerpo con medidas normales, un poco mayor que yo (28) para ese entonces yo tenía 23 años y estaba soltero.

Luego de caminar y comprar algunas cosas, fuimos a comer y la verdad la pasamos de forma tranquila conversando, sin pensar en que algo más allá de conocerla podría pasar ese día.

Mi compadre para seguir la reunión nos invita a su casa, diciendo que fuésemos a tomarnos una botella de whiskey que quería compartir con nosotros, ella se fue con ellos y yo me fui en mi carro y pase comprando algunas cosas para picar y un poco de hielo.

Llegue a eso de las 7 de la noche y ya mi compadre había puesto su ambiente de música, unos tragos estaban servidos y mi comadre había puesto a los niños en sus habitaciones a ver TV y dispuestos a dormir.

Comenzó la charla, la bebedera, chistes, y con la buena música entraron las ganas de bailar. Ella (La Madrina) se levanta y empieza a bailar un reggaetón y me insinúa con un gesto que la acompañe, mientras loa compadres seguían conversando y bebiendo.

Ella poco a poco se acercaba, haciendo algunos roces de su culo con mi pene que ya empezaba a despertar, también con su mano aprovechaba de recorrer mi cuerpo y se hacía la inocente de que no era intencional. Comencé entonces a observarla mas, cómo se movía, sentía que me seducía con su baile, empecé a ver sus piernas, pequeñas pero bien formaditas que se veían ya que llevaba un short corto, me fije en su culito, y pude observar un hilo que se marcaba bajo su ropa, subía a ver sus tetas que sobresalían de su camisa de tirantes y empecé en mi mente a fantasear mientras bailaba cómo sería cogerla. Esto sin duda provocó una erección en mi que ella intencionalmente estaba buscando y yo por precaución le pedí que nos sentáramos a seguir hablando.

Mis compadres ya se estaban durmiendo y nos dicen que sigamos bailando que ellos iban a descansar porque habían pasado todo el día con los preparativos del bautizo.

Bajamos un poco el volumen, pusimos un merengue y ahí estábamos los dos sabiendo lo que nos esperaba. Ella me agarro por la espalda y yo por su cintura y empezamos a bailar un pocos más cerca. Se pego a mi miembro erecto y se movía al ritmo de la música, masturbándose en pleno baile con mi pene. Yo aproveché de bajar mis manos a su culo para acariciarlo sobre la ropa y pegarla mas hacia mi y un gemido salió de su boca que se pegó inmediatamente a la mía.

Ella bajo mi short e inmediatamente se aferró a mi pene mamándolo y metiéndolo hasta la garganta. Me llevo al sofá para seguir mamando mi pene que no es muy grande (13 cm) pero siempre está despierto. Luego fue subiendo para quitarme la camisa y decirme al oído que quería que se la comiera.

Tome acción y baje su short descubriendo un hilo negro con encajes como los que usan las mujeres en revistas porno. Ufff al bajar el hilo esa totona depiladita, cachetona como me gustan, con la pepita escondida. Empiezo a pasar mi lengua por los bordes y mientras mis manos trataban de descubrir sus tetas. La volteé y puse en cuatro para observar su culito, su hoyo bien dibujado, rico y se veía que había llevado palo ya. Le di unos mordiscos a sus nalgas y empiezo a mamar su culito, pasando a su vagina de vez en cuando, se empieza a mover, retorcer del placer y me pide que me acueste que quiere coger.

Colocamos unos cojines en el piso y allí me acosté boca arriba. Se agachó y así empezó a metérselo, subía y bajaba, mientras le agarraba y mamaba las tetas, la agarraba por el cuello a lo que ella correspondía chocando más duro contra mis huevos. Empezó a morderme las manos, me pedía que la nalgueara. Se levantó y se volvió a sentar pero esta vez de espalda, dándome la vista de su culito. La agarre por el cabello, y con la otra mano empecé a jugar con su culo, empezar a meterle el pulgar y esa mujer se prendió más, empezó a moverse y a gemir cada vez más, agarro se ropa para taparse la boca mientras seguí moviéndose.

Yo por los efectos del alcohol, se retrasaba un poco más mi eyaculación y ella seguía dándose placer. En eso se puso de pie y me pidió que me levantara para ella ponerse en cuatro y que le diera por el culo a lo que sin mucha espera prepare mi pene con un poco de saliva y empecé a metérselo.

Lo acepto como una veterana, empezó a moverse, a mover su culo y sentía cómo se lo comía por dentro, la tuve así unos minutos mientras aprovechaba de agarrarle el cabello, las tetas, le tocaba el clítoris, la agarraba por sus caderas y ella volteaba con esa cara de malvada, mirándome de reojo conteniendo las ganas de aullar como la perra que es. No aguante mas y la llene de leche, todo el culo chorreando de leche, así se fue al baño para limpiarse.

Nuestros compadres nos habían dicho antes de dormir que teníamos un espacio donde dormir en la habitación de visita, y decidimos pasar a terminar que se hiciera de día y para nuestra sorpresa sólo había una cama, por lo que creo que ellos ya sabían lo que pasaría esa noche.

Nos desnudamos y nos metimos a dormir como si fuésemos pareja, esa madrugada seguimos la faena, calladitos, en diferentes poses, por donde me pedía le daba.

A la mañana siguiente nos despedimos y cada quien a lo suyo.

Lo que vino después fue una sesión el día del bautizo y una escapada más, era una mujer que no perdonaba pene que se le atravesara.

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