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La macizorra tetona de la construcción (4)
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Una vez que mi querido jefecito Freddy, me dio de tomar su semen, procedió a desabrochar mi falda, me la subió y me senté sobre el escritorio.

Él continuó sobre mí besándome de lengüita y abriéndome las piernas… abre bien las piernas Macizorra tetona… para follarte bien tu panochota que tienes ya escurriendo de ganas golosa y putona.

Le abrí bien las piernas y se inclinó a lamer mi clítoris y mis labios vaginales, me pasaba su riquísima lengüita por el clítoris y me la metía a la vagina… y yo nada más gemía… ay Freddy… que rico, si así bebé, así más, más por favor mi amor.

¡Vaya que eres caliente Macizorra tetona! Pero que sabrosa estás mamasota putona y cachorra.

Me abrió la blusa y se inclinó a chuparme y a morderme los biberones, ¡auu! Freddy que rico mi amor, y en eso estaba cuando se pegó a mí y me la clavó directamente en el año, salvajemente. Me hizo gritar y despegarme un poco de la superficie del escritorio.

¡Le dije ay cabrón! No seas hijo de puta, me duele mucho, no seas salvaje. Relaja bien tu culo putota hermosa, te va a gustar.

Traté de relajarme, pero su enorme verga en verdad me lastimaba, era larga y muy gorda, me calaba en el ano.

Freddy mi ardiente jefecito era un morboso, hambriento de sexo como yo. Comprendió que me encantaba que me estuviera disfrutando y haciéndome gozar de placer.

Pero que tenía que llevársela con más calma si quería que aquella follada de culo fuera más deliciosa para los dos.

Me la sacó del culo y me enderecé para mamársela. Tenía su enorme polla bien mojada, gruesa y roja de la cabeza.

Se la lamí tal como si fuera una deliciosa paleta de dulce, le chupé las bolas y lo estimulé con mis labios y después me recosté sobre el escritorio, abriéndole las piernas, mientras me chupaba yo misma los pezones, estaba ardiente de deseos de que ya me la metiera a la panocha y me follara intensamente hasta hacerme venir en él.

Y al verme chupando mis tetas y frotando mi clítoris, él me empezó a tallar la cabeza de su pene en mis labios vaginales y en mi clítoris, mojándolo aún más.

Se inclinó para besarme y mientras nos dábamos un ardiente beso de lengüita, me la metió y no saben lo delicioso que sentí, creí venirme desde el el primer momento que me la clavó.

¡Ay que rico papi! Que vergota tan sabrosa tienes mi amor y eso lo excitaba aún más, me la metía y me la sacaba rápidamente con mucha fuerza y yo sentía que me llegaba al tope de mi vagina.

Él me veía con mucho morbo y ruborizado por el calor que sentía, mientras que yo disfrutaba de sus embestidas vigorosas y sentía cada vez que me rozaba el clítoris con la cabeza de su verga y luego que me la metía, yo sentía que mi vagina se contraía como tratando de comerse esa verga tan deliciosa.

Me veía ardiente de placer y me preguntaba ¿Te gusta mucho verdad Macizorra putota? Le dije sí Freddy que rico papi, así, así fóllame duro. Me quiero venir en tu polla y como toda zorra ardiente me chupaba los pezones y me frotaba el clítoris durante sus embestidas.

Así duramos alrededor de 10 minutos hasta que gritó: Ay mami que puta eres mi amor y se corrió afuera de mi panocha aventándome toda la leche.

Eres una gran puta Alondrita, pero estás deliciosa Macizorra tetona, por eso ahorita mismo voy a encularte.

Sí papi, lo que tú quieras mi amor.

Me puse de pie y me recargué en la pared y me hizo a un lado la pantie.

Me sostuvo de las caderas y clavo mis nalgas en su verga. Movía mis caderas hacia su pene y luego me la sacaba. Unas veces me la metía por el ano y otras por la vagina.

Haciéndome retorcer del placer. Pero como ya sentía que me iba a venir y me temblaban las piernas le dije: Y qué tal si mejor me doy sentones en tu polla así bien rico y me doy buenos sentones estando en una silla.

Me dijo no, ahorita mando yo y te follo el culo como yo quiera, cállate Zorra putona. Y me empezó a clavar la verga hasta el fondo hasta hacerme llorar, me apretaba los labios y arañaba la pared, pero le decía que rico mi amor. Ábreme más el culo por favor y él con más intensidad me bombeaba bien la cola y escuchaba el golpeteo de sus bolas en mis nalgas.

Una y otra vez, mi jefecito me clavaba la verga entre las nalgas al mismo tiempo que me jalaba el cabello.

Me nalgueaba, como si cacheteara mis nalgas y me bombeaba deliciosamente el culo, mientras que yo gemía del placer y me acariciaba suavemente el clítoris.

Me tenía como su putona macizorra, con las nalgas bien rojas, con el culo bien abierto y con las tetas bamboleantes cada vez que me refundía su verga en el ano.

Ya Freddy, me duele mucho y parecía que le decía clávamela más duro. Me sostenía y me hundía más rápido la polla hasta que no pude más y me corrí en la verga de mi calenturiento jefecito.

Que delicia de culeada me estaba dando mi nuevo amante.

Me separé un momento mientras me recuperaba y me empecé a acomodar la blusa y a limpiar mis medias que las manché con la leche que me escurría de las nalgas.

Me dijo a dónde vas pinche macizorraputitetona, todavía te daré por el culo mami, si no he llenado.

Le sonreí y me metí un dedo a la boca dándole a entender que había sido riquísimo y que quería que me siguiera culeando.

Se acercó a mí me levantó de la silla donde estaba sentada y posteriormente metió su mano debajo de mi falda y me bajó la pantie o mejor dicho me hizo a un lado la diminuta prenda y se sentó él en la silla ya con la verga bien parada. Ahora sí pinche puta es tuya, date sentones o disfrútala como quieras.

Con la falda alzada y las piernas bien abiertas me senté de una en su deliciosa polla. Me retorcía del placer y le batía de un extremo al otro su pene.

Levantaba mis nalgas y luego me frotaba su verga en mi panocha, en mi clítoris y después ricos sentones en ella.

Me estuve comiendo la verga de Freddy de esa manera, dándome ricos sentones, gimiendo y llorando de tanto placer, se oía el chacualeo de mis nalgas en sus pelotas, hasta que hizo como que se pondría de pie, pero no lo hizo. Solo levantó un poco la cadera y me llenó de sus calientes moquitos el culo.

Me puse de pie y me fui a sentar sobre el escritorio, me vio y me dijo abre las piernas Macizorra, se acercó a mí y me abrió más las piernas poniéndolas en sus hombros y entonces me la metió hasta el fondo de mi panocha, teniéndola todavía llena de semen y no saben lo caliente que me puso eso todavía.

La metía y la sacaba mojadísimo de semen, de jugos anales y vaginales y olía la oficina a puro sexo. Me vagina se contraía devorándose aquella verga madura y deliciosa.

Estaba como una verdadera macizorra bien putota y descarada, totalmente con las piernas en los hombros de mi jefecito y él follándome frenéticamente cuando entró el ingeniero repentinamente a la oficina sorprendiéndonos en plena cogedera.

Freddy no se pudo detener ni yo quería que lo hiciera, estaba aún caliente y deseaba que me llenara la panocha de leche.

El ingeniero se sorprendió un poco y le preguntó a mi jefe, contador ¿Para qué día saldrá el pago de los albañiles?

Y mi jefe seguía follándome ahí delante de Sergio que me volteaba a ver con morbo y también con deseos de ser él quien me clavara toda la verga, como Freddy.

Le respondió con ligero aliento… mh mh más tarde vienes si gustas y que Alondrita te diga cuando recibirán el pago. Volteé a ver a Freddy chupándome los labios y moviendo mi lengua como si fuera una víbora.

Él pronto entendió que también quería que el ingeniero me cogiera.

Entonces Freddy le dijo ¿cómo ves? Coges y después vemos los del pago.

Eso me puso muy feliz ya que me cogería a dos hombres al mismo tiempo. Le dije al oído: gracias mi amor y Freedy me respondió sos una perfecta puta.

Lo besé apasionadamente de lengüita y el ingeniero nos observaba mientras se sacaba la verga y se masturbaba.

Se acercó a mí y aprovechando que ya estaba muy mojada, me metió toda le verga vaginalmente, en tanto mi jefecito me la estaba atascando adentro de mi boca.

Me apretaban las tetas y me mordían, se turnaban para metérmela en la panocha, tallaban sus penes en mi clítoris. Luego se formaba Freddy y me culeaba y luego el inge también por el culo.

No sé quién de los dos la tenía más grande, pero me retorcía del placer.

Continuará queridos lectores.

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