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La jamona y sumisa esposa de don Joaquín
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Jorge caminaba por las calles de su barrio cuando de pronto vio aquel anuncio de se renta, se trataba de un apartamento que quedaba en el segundo piso de una casa familiar. Anotó el número en su teléfono celular y siguió caminando.

Jorge tenía 30 años media 6." Pies y era mulato de ojos verdes claros. Vivía en una especie de mini estudio en una zona no muy buena que digamos. Siempre había querido mudarse pero por una u otra razón no lo había podido hacer. Hasta que llegó ese día en que llamo al número y una voz de un hombre mayor le contestó.

– hola si diga

– hola llamo por lo del anuncio

– ah si claro, cuando puede pasar a verlo?

– Hoy mismo en la tarde

– perfecto nos vemos hasta entonces

Jorge colgó el teléfono y se fue al gimnasio.

Jorge tocó el timbre a eso de las 3 de la tarde, un hombre mayor calvo y con un bastón le abrió. Se trataba de don Joaquín el dueño de la casa que lo hizo pasar enseguida.

-Que tal me llamo Joaquín un gusto

-Me llamo Jorge un placer también

Jorge iba vestido con una camisa blanca de manga larga y un pantalón color azul. Unos lentes de sol que lo hacían verse más joven aún. El viejo le dijo que arriba ya los esperaba su esposa paulina que estaba ultimando algunos detalles, Jorge lo acompañó por las escaleras que daban hacia el segundo piso y pudo notar que al viejo le costaba subirlas. Cuando llegaron don Joaquín llamó a su esposa que estaba terminando de limpiar el baño, paulina salió y Jorge le echo un vistazo a ese cuerpo jamón y Maduro.

Joaquín: Mira este es el muchacho que te dije que llamo

Paulina: Mucho gusto muchacho

Jorge: El gusto es mío señora

Paulina tenía 55 años media 5.4" y era blanca con algunas pecas en la cara y ojos color azul. En cambio Joaquín estaba a punto de cumplir los 70 años y el largo tiempo que llevaba fumando ya le había pasando factura. Paulina llevaba puesto un vestido holgado de color blanco floreado, en la parte del escote llevaba puesta una blusa por dentro para disimular el tamaño de sus enormes senos. Sin lugar a dudas lo que más se notaba en ella era ese tremendo culo, eran unas nalgotas con unos mulos gruesos.

Jorge vio el apartamento y después de un rato les dijo que se lo quedaba. Hicieron el contrato y Jorge les dio un depósito y una renta, después de despidió de ellos y les dijo que al día siguiente se mudaría.

Jorge llegó como a eso del medio día de ese sábado en una van con otro amigo del gimnasio que le estaba ayudando con la mudanza, se instaló y se disponía a meterse a bañar cuando tocaron su puerta. Era paulina que lo venía a invitar a comer ya que don Joaquín había insistido. Jorge le dijo que enseguida bajaba y se metió a bañar.

Jorge pudo notar lo rico que olía, paulina había hecho un pastel de carne con puré de papas ensalada y una limonada. Le sirvió a Jorge un gran plato de comida y le deseo provecho.

Platicaron de varias cosas, Joaquín le pregunto a Jorge sobre su familia a lo que este le respondió que era huérfano y que se había criado en un orfanato. En cambio Joaquín y paulina habían tenido un hijo que había muerto en un accidente de auto, Joaquín también le comentó que su aniversario ya se acercaba y pensaban hacer algo pequeño para celebrar. El viejo le mencionó que en el sótano había un pequeño gimnasio que usaba su hijo cuando venía a quedarse con ellos, era un regalo que el viejo le había hecho cuando su hijo le dio la noticia de que había decidió alistarse en la milicia.

Jorge se despidió de ellos y les dijo que iba a terminar de desempacar, Paulina se puso a lavar los platos y el viejo Joaquín se fue a su habitación a tomar la siesta, como de costumbre. Así fue como terminó ese sábado con un Jorge abatido por la mudanza, y una pareja felices por su nuevo inquilino. Antes de dormirse el viejo le comento a la jamona de paulina lo bien que le había caído el nuevo inquilino, algo que la gruesa madura asintió.

Al día siguiente Jorge se despertó temprano como de costumbre, y bajo al sótano a echarle un vistazo al gimnasio.

Paulina se despertó y miró que su esposo aún seguía dormido, se metió a bañar pues ese día hacía mucho calor y quería estar fresca para hacer el desayuno. Se puso una falda color negra, y una blusa color rosa con el escote tapado con una blusa más delgada color blanco por dentro y se fue a la cocina.

Al pasar por la puerta que conduce al sótano, notó un ruido que provenía de él y pensó qué tal vez Jorge ya estaba usando el gimnasio, pues era el mismo ruido que hacía su hijo Marlon cuando lo usaba antes de morir. Puso café a colar y se disponía a quebrar unos huevos cuando vio en la mesa un garrafón de agua, "Tal vez se le olvidó al muchacho pensó" lo tomó y se dirigió al sótano a llevárselo sin sospechar que esa buena obra cambiaría su vida para siempre. Al llegar abajo se detuvo detrás de un árbol de navidad que estaba pegado a las escaleras y una imagen la dejó congelada, allí estaba Jorge de espaldas con la espalda totalmente cubierta de sudor, lo que más impresionó a paulina fue el tatuaje que este tenía, era un tigre de bengala en toda la espalda. Paulina estaba allí, sin saber que hacer pues no pensó encontrar a Jorge así de esa forma con un short de esos para jugar basket y sin camisa. De pronto Jorge volteo para tomar unas mancuernas y Paulina en su afán por no querer ser descubierta quiso subir las escaleras pero tropezó y tiró el garrafón lo cual Jorge alcanzó a escuchar.

-Quien está allí? : pregunto Jorge

-Soy yo Paulina -dijo la madura jamona con algo de nerviosismo en su voz

Fue entonces cuando Jorge le ordenó que saliera de detrás del árbol

Jorge: Me estaba usted espiando?

Paulina: No, no muchacho no es lo que tú crees

Jorge: Entonces que hacía usted escondida detrás de ese árbol?

Paulina no sabía cómo contestar a eso, cómo le iba a decir a su nuevo inquilino que en efecto lo estaba viendo escondida detrás de ese árbol.

Paulina: Lo que pasa es que yo solo baje a traerte tu garrafón de agua que olvídate en la cocina lo juro.

Cuando Jorge escuchó que paulina había jurado, sabía que la tenía en sus manos. Ahora solo faltaba la estocada final.

Jorge: Esto lo tiene que saber don Joaquín:

Aquellas palabras helaron a paulina que empezó rogarle a Jorge que por favor no le dijera nada a su marido.

Jorge: Esta bien, si me dices la verdad no le diré nada al viejo ok?

Paulina: ok… Ok muchacho

Jorge: ahora dime, cuando tiempo llevabas allí parada viéndome?

Paulina: Solo un pequeño rato

Jorge le dijo que pasara al centro y que le haría algunas preguntas, si contestaba a todas ellas con la verdad, se olvidaría del asunto y la muy ingenua de paulina asintió sin siquiera saber de que se trataban aquellas preguntas.

Jorge se sentó en el banco y allí pudo ver bien el cuerpo de la jamona madura que estaba con la mirada abajo muerta de vergüenza.

Jorge: Hace cuando que el viejo y tu no lo hacen?

La primera pregunta agarro por sorpresa a la jamona quien no se esperaba eso. Pero recordó que si no contestaba el musculoso hombre le diría a su esposo que su amada mujer estaba en el sótano espiando a su nuevo inquilino.

Paulina: hace mucho

Jorge: Cuando es hace mucho, días, meses años?

Paulina: Años: contestó la jamona

Joaquín nunca fue un hombre muy amoroso, aparte de que sufria de disfunción erectil.

Jorge: Has tenido alguna vez un orgasmo?

Paulina ni siquiera sabía lo que era eso pues Joaquín siempre terminaba antes de tiempo.

Paulina: No sé lo que es eso -contestó la madura tetona y culona

Jorge: Alguna vez le has sido infiel al viejo?

Paulina: No, nunca

Jorge: Crees que tienes las nalgas y las tetas enormes?

Paulina: por favor ya no muchacho! Ya no sigas con esto.

Jorge: cállate y contesta a la pregunta

Paulina empezó a derramar una lágrima que cayó por su mejilla, pero eso a Jorge no le importo.

Paulina: si

Jorge: si que

Paulina: Si, tengo las nalgas y el busto enorme

Muy bien dijo Jorge acomodándose el paquete, tomó una pequeña libreta que estaba sobre mesa y escribió unas cosas. Luego se la entregó a paulina y le dijo que las leyera. Paulina no sabía que más hacer, total ya estaba tomando su papel el que siempre había sido el de sumisa obediente.

Jorge: Ahora me toca a mi pararme en el centro y eres tú la que me va a hacer las preguntas ok?

Paulina: ok, está bien -dijo la muy ingenua

Jorge había preparado una serie de preguntas pero esta vez era al revés.

Paulina: Te gustan las maduras tetonas y culonas?

Jorge: Si, mucho

Paulina sabía que aquello iba dirigido a ella, mientras su marido se quejaba de que estaba muy gruesa Jorge la miraba con otros ojos.

Paulina: Te gustan las sumisas jamonas?

Jorge: Si

Paulina no entendió a que se refería con eso pero siguió con la siguente pregunta y la última.

Paulina: Crees que tienes un pen… Pene grande?

Jorge: Si

Cuando Jorge terminó de decir esto último. Paulina quedó atónita, nunca le habían pedido nada asi.

Jorge: Ahora quiero que tomes esa cinta para medir y me midas el pene: dijo Jorge que vio como la jamona movía la cabeza en señal de negatividad.

Paulina se levando para irse, cuando Jorge le da una tremenda nalgada que la hizo brincar un poco.

Paulina: hay no muchacho eso no por favor te lo suplico.

Jorge: ahora vas a hacer lo que yo te ordene: y diciendo esto último sacó su celular donde tenía todo grabado.

Paulina sintió que el mundo se le venía encima, cómo era posible si ayer todo estaba de lo más normal y hoy estaba en el sótano con su nuevo inquilino que podría ser su hijo a punto de medirle el pene. La jamona tomó la cinta y se dispuso a hacerlo pero Jorge la detuvo.

Jorge: Primero te voy a medir el culo y las tetas ok?

Paulina asintió con la cabeza

Jorge: Quiero oír que me lo pidas de favor

Paulina: por favor, mídeme el culo y las tetas

Jorge le dijo que se quitara la blusa y el brassier, Paulina así lo hizo como la puta sumisa que es. Dejando caer dos enormes senos blancos con pequeñas pecas y los pezones invertidos con unas enormes areolas rosadas.

Jorge: 130 cm vaya que si son grandes! : dijo Jorge que le dio unas cuantos azotes a las ubres de la madura, luego bajo por la cintura y le dijo a la culona que se subiera la falda. Tomó la cinta para medir y midió ese enorme culo.

Jorge: 64" pulgadas, no cabe duda de que eres mucha hembra para ese anciano.

Jorge le ordenó que se arrodillara y la madura tomó la cinta, paulina podía ver desde afuera del short que aquello era grande. Cuando Jorge sacó aquella bestia ya tenía algo de presemen en la punta. Paulina no lo podía creer, aquello era igual de grande que su brazo.

Paulina: 25 cm esto es demasiado grande: dijo paulina mirando a Jorge a los ojos.

Jorge la tomó del pelo y le ordenó que se metiera aquella verga en la boca.

Paulina: No, muchacho yo nunca he hecho eso ni con mi marido, aparte eso no va a caber en mi boca. -dijo una paulina que sintió cómo bajaba un líquido de su entrepierna, la madura inocentona se había mojado de solo ver aquel enorme pene.

Jorge: habré la maldita boca, si no quieres que ahora mismo suba y le diga a tu marido la puta que tiene por esposa.

Paulina obedeció y abrió la boca lo más que pudo, solo le entró la cabeza y un poco mas, pero todavía quedaba mucho pene afuera. La jamona estuvo haciendo el esfuerzo de mamar lo más que pudo.

Jorge la tomó de la mano y le dijo que se apoyara contra la barra para hacer ejercicio, le quitó la falda y la dejó en pantaletas. Luego la empezó a azotar una y otra vez.

Jorge: Esto es para que aprendas a no espiar a tu inquilino, voltéate ahora voy a azotar esas tetas hasta dejarlas rojas. -y diciendo esto empezó a golpear aquel busto que iba cambiando de color. Luego metió sus dedos en su pantaleta y comprobó que la madura se había mojado toda.

Jorge: Parece que no eres tan santa como aparentabas

Paulina: Yo no soy así, ya basta soy una mujer casada.

Jorge: Si, casada con un viejo cornudo que todavía sigue durmiendo… Mientras su esposa se mete una verga de 25 cm en la boca.

Por alguna extraña razón aquellas palabras ya no le parecían del todo desagradables a la madura jamona. Jorge terminó de azotarla y le dijo que se vistiera, ya habría mucho tiempo para irla entrando poco a poco. Paulina se vistió y le dijo que por favor borrara lo que había guardado en el celular a lo que Jorge respondió con una carcajada.

Jorge: Esto es apenas el comienzo, harás todo lo que yo te ordene entendiste?

Paulina: Si, está bien como tú órdenes.

Paulina subió a la cocina a preparar el desayuno y Jorge abrió el garrafón para tomar agua mucha agua…

Continuará!

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