Como cada día me levanto a ducharme, ponerme ese uniforme blanco y negro como si de una esclava se tratará, recojo mi cabello y pongo una poco de crema en mi rostro, luego me pongo un poco de maquillaje para disimular lo cansada que me siento en este encierro, después de los únicos minutos que puedo dedicarme, me dispongo a preparar el desayuno para la que está roncando a sólo dos habitaciones de la cocina, preparo su bañera con la temperatura exacta del agua, me siento a tomar mi desayuno y de repente suena la dichosa campanita, la que indica que ya se despertó y tengo que llevar su desayuno, me dirijo con la bandeja a su cama porque la zorra no es capaz de plantar sus pies y venir a desayunar a la cocina.
Luego de un largo rato se mete a bañar y se prepara para ir a su oficina….
Mientras tanto yo estoy limpiando un poco la casa, tampoco es mucho porque todo los días haciendo lo mismo, pues se mantiene muy bien, de pronto escucho que se abre la puerta principal y con una voz fuerte me dice, “me voy a la oficina”, a la cual respondo, “perfecto jefa que tenga un gran día…”.
Me quedo sola, la casa solo para mi, me siento libre, escucho música, canto, bailo y me siento como un ave fuera de su jaula…
No pasan ni 2 horas cuando escucho nuevamente la puerta… Es Gonzalo! Ese hombre alto, blanco de ojos castaños y labios carnosos, me llama con esa voz tan ronca y dice… “Alicia donde estas?”.
Le respondo, “señorito Gonzalo se le ofrece algo!” Y me dice: “si, me puedes preparar un café y me lo traes a la biblioteca?”.
Le respondo que con gusto!, mientras mi mirada se pierde en sus labios y me atonta, me dice “te pasa algo?” A lo cual le respondo, “no, enseguida vuelvo…”.
Cuando entro con el café a la biblioteca me aseguro que todo este perfecto en mi, me acerco diciendo, permiso, aquí está su cafecito, se le ofrece algo más señor? Me mira fijamente y el silencio se apodera de la habitación, me mira con esos ojos que me desnudan lentamente, pero suena su teléfono rompiendo ese silencio, él responde y me señala con su dedo que no diga nada y que espere, solo escuché decir, de acuerdo madre me quedaré en casa revisando los documentos que me has enviado, corta la llamada y me dice, en que estábamos? A lo cual le respondo le pregunté si se le ofrecía algo más? No, me respondió que luego me buscaba, que tenía una cosa urgente que resolver, así que salí de la biblioteca y me dispuse a seguir con mis cosas…
Pasado un rato, me encontraba en mi cuarto planchando, de pronto pude percibir que me observaba, hoy llevaba ese vestido de uniforme que marcaba perfectamente mi silueta y mi culo, decidí ignorar y sentarme en el sofá que estaba en la esquina, subo un poco mi vestido y mis pierdas grandes y suaves quedaban a su vista… Al instante toco la puerta que estaba entreabierta y me preguntó si podía pasar, yo respondí que si y pregunté que se le ofrecía al señorito, me dijo, nada, solo vengo avisarte que mi madre no vendrá a comer, le digo ok… Aún me mira y mi corazón se acelera más y más, él puede notar que me pone nerviosa y me dice, te pasa algo cuando estoy cerca de ti?
Qué vergüenza ya lo ha notado que me trae babeando…
-¿Por qué lo dice?
Y él dice:
-Es que te noto un poco inquieta siempre que estás cerca.
Pues nada, decidí lanzarme y le dije, cualquier mujer lo haría con un hombre así…
-Huuum, creo que eso le gustó y soltó una media risa y me dice, anda guapa que tu estás para devorarte, tocando mi mejilla.
Simplemente nos miramos y le digo, entonces usted si se queda a comer?, y dice, si me iré por la noche… Salió de la habitación mirándome de reojo y yo mordiéndome los labios de deseo, yo creo que lo notó…
Después de la comida le digo que me voy a acostar un rato a lo cual me dice que está bien…
Pasó un rato y vuelve a tocar la puerta de mi habitación, yo normalmente duermo en tanga y sujetado, no me gusta dormir con ese vestido que parezco una presa, no me dio tiempo a preguntar, cuando me levanto de la cama ya lo tenía frente a mi! Le digo por Dios que vergüenza!!! Me dice vergüenza de que? Si eres hermosa, mirate, estás muy linda, me gusta lo que veo, de hecho te he visto desde que comenzaste a trabajar para madre, no estoy aquí por gusto, sabía que mi madre no vendría y que solo estarías tú, sé que te gusto, lo noto cuando me miras, me deseas como yo a ti, así que aquí estamos los dos solos, en esta habitación sin que nadie nos interrumpa…
Yo no sé qué decir, mis piernas están temblando, mi corazón está a mil por segundo, se está acercando…
Me toca la mejilla con esa mano suave y grande, puedo sentir su respiración muy seca de mi boca, dios…
No puedo creer que sea verdad, este hombre me fascina y lo tengo aquí junto a mi, y yo en ropa interior…
Sus labios están rosando los míos… Me está besando y yo aún no he hecho nada, estoy paralizada.