back to top
InicioInterracialLa hija de mi capataz (Parte 1)

La hija de mi capataz (Parte 1)
L

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 2 minutos

Me llamo John Morris, tengo 50 años de edad mido 1.70 y peso 65 kg, soy un hombre de color y lo que les voy a contar sucedió hace apenas unos meses. Primero tengo que remontarme a los comienzos y cómo fue que obtuve esta fortuna que hoy poseo.

Trabajé como mayordomo para un hombre muy rico, en Los Ángeles California su nombre era Steve Kurt. Nunca se casó por lo cual nunca tuvo hijos, la única familia que tenía era una hermana que también murió antes que él. Siempre fue un hombre amable conmigo, nunca me faltó al respeto y casi siempre me llamaba hermano de cariño, trabajé para don Steve más de 30 años. Conocía todos sus gustos tanto de mujeres como de comida.

Era un hombre apuesto y a pesar de su edad (80 años) siempre estaba acompañado de una chica mucho más joven que él. Don Steve era un mujeriego por lo cual creo que nunca se casó siempre le gustó su libertad como él decía… un día se escuchó un grito. Venía de su habitación la chica con la que estaba gritaba no se mueve. Don Steve acababa de fallecer no había nada que hacer, se hicieron los preparativos para el sepelio y todo fue como el pidió algo muy íntimo.

Los únicos presentes éramos la servidumbre y su abogado de toda la vida. Pasaron los días y una mañana el abogado de don Steve me llama cita a su oficina, me dice que era un asunto muy importante. Al día siguiente llegué a la oficina a la hora acordada, y me dijo que era hora de abrir el testamento, como don Steve lo había pedido una semana después de su fallecimiento.

-Ok y para que quiere que esté yo presente -le pregunté.

-Porque tú eres el heredero -me respondió.

Aquella respuesta me dejó con la boca abierta, no lo podía creer como era posible que un hombre blanco le haya dejado toda su fortuna a su empleado negro me pregunté en mis adentros, le dije al abogado que aquella me parecía una muy mala broma de su parte.

-No es ninguna broma -me dijo- usted es el heredero legítimo de toda la fortuna de mr. Steve -como él le decía.

-Y de cuánto dinero estamos hablando -le pregunté.

-Son más de 100 millones de dólares -me dijo- y son todos suyos cuando quiera.

Me fui a la mansión convencido de que todo era un sueño del cual tendría que despertar en cualquier momento. Al día siguiente cuando me alistaba para salir de la mansión pues ya no había nada que hacer allí, el abogado ya me esperaba en la sala…

-a donde cree que va -me pregunto.

-Pues me voy a México donde siempre quise vivir.

-Pues váyase pero llévese su fortuna con usted tome esto son los papeles que lo acreditan como el legítimo dueño de todo lo que ve.

Sí era verdad no me lo estaba soñando ni imaginando, le dije al abogado que vendiera la mansión y que tomará una buena parte por su trabajo.

-Tranquilo -me dijo- ya don Steve me pago por adelantado mucho dinero.

Ya estaba todo listo para mudarme a México en un pueblo que se llama San Pablo del Monte. La primera vez que llegue al pueblo todo mundo se sorprendió al verme, pues no era normal ver a un hombre de color por esos rumbos.

-Qué le parece el lugar -me pregunto el guía.

-Muy bonito -le dije- parece que la gente es muy amable.

-Así es -me respondió.

Llegamos a la finca y no me equivoqué. Compre la finca y los antiguos dueños me preguntaron que iba a pasar con los empleados.

-Pueden seguir trabajando aquí -les dije.

Al día siguiente llegó Ramiro que era el capataz, y con él venía su familia.

-Este es mi hijo Ramirito y ella es mi esposa Jacinta, y esta es mi hija Jovita.

Cuando vi a su hija, mis ojos brillaron, no media más de 1.60 pero tenía las tetas y el culo más grande que jamás había visto.

-Mucho gusto yo soy Jovita a sus órdenes patrón -me dijo…

Continuará!

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.