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La hermana de mi amiga
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Aún recuerdo la primera vez que admiré su belleza, solo recuerdo el momento, pero no la época exacta, su hermana y yo estudiábamos juntos, vivíamos muy cerca y nuestras familias eran muy allegadas así que siempre fue común vernos compartir espacios fiestas reuniones o cualquier ocasión.

Casi en un abrir y cerrar de ojos el tiempo paso hasta que se convirtió en una de las más bellas mujeres que he visto en mi vecindario, no sabía mucho de ella pero algo siempre me llamo la atención.

Era algo diferente, no era la típica historia de la atracción física al azar, había algo como de película quizás por lo extraño de pensar en ella o porque jamás hubo un contacto que me pudiera hacer pensar de esa manera acerca, todo estaba en mi mente como una idea que nace un día y más nunca se va, como una fantasía inalcanzable, como una locura perfecta.

Un día me decidí a escribirle y fue divertido porque al final somos conocidos, unos qué nunca hablan pero que podrían hacerlo, yo había estado ausente por 3 años así que el contacto fue como algo nuevo, algo de un futuro en el cual ya no somos los mismos y desde entonces le escribía constantemente.

Al principio sentí que hicimos buen contacto buena química en la conversa y comenzó a gustarme más aún con lo que descubría de su personalidad hasta que pensé justamente en esa situación de la famosa historia de las 50 sombras de grey, será ella la sumisa perfecta? La que se una a mi fantasía de cumplir sus fantasías y a la vez satisfacerme al satisfacerla?

No lo sabía realmente era más que todo una idea en mi mente pero me fui atreviendo más y más hasta que un día la invite a tomarnos algo y hablar. Fuimos a un lugar por unas cervezas y la conversación fluyó de manera elocuente, después de unas varias estábamos en ambiente pero sin tensión sin demostrar otra intención solo disfrutando del momento.

Estábamos en mi carro y al terminar la velada me sentía un poco encendido después de muchos tragos, quizás ella estaría igual pero era la hora de irnos, ambos tenemos responsabilidades más allá de la diversión así que nos dispusimos a volver, en mi mente pasaban muchas cosas y pensé que no iba a dejarla ir sin decirle lo que pensaba lo que quería hacer, una idea no dejaba de aparecer una y otra vez hasta que le dije: qué pasa si en el trayecto de aquí a la casa te hago tener un orgasmo con mis dedos?

Ella reaccionó y dijo está loco? Y le dije, si, un poco, pero no tienes que hacer nada solo relajarte y al llegar quiero que lo estés aún más, así que mientras manejo voy a tocarte y es todo lo que haré causarte un buen orgasmo o tratar de hacerlo al menos, solo desabrocha tu pantalón y mientras te toco te voy a dar mi teléfono para que veas una escena porno y no te desconcentres porque quiero que enfoques tus pensamientos en que debes acabar antes de llegar a tu casa.

Sonrió hubo un pequeño silencio un poco de tensión y decidí tomar la iniciativa, deslicé mi mano derecha hasta su pantalón lo intente desabrochar fue difícil pero ella me ayudo, metí mi mano y le dije agarra mi teléfono que esta allí al frente deslízalo entra a la galería y dale play al primer video, así lo hizo y comenzó a observar mientras yo manejando ahora más de espacio comencé a reconocer su vagina jamás antes vista por mis ojos pero ahora tocada por mis manos y no tardó tanto en sentirse la humedad qué me ayudaría a deslizar mis dedos por los bordes de su clítoris ahora lubricado y caliente, lo que veían sus ojos era un buen sexo anal practicado con mucho deseo y mi excitación aumento cuando ella comenzó a reaccionar ante mis manos, me mordia los labios decía cosas y ella solo veía y sentía, yo tenia que estar pendiente de la vía pero también de tocar muy bien, era todo lo que quería…

En algunos momentos tenia qué cambiar de velocidad el carro así que sacaba la mano y la volvía a meter y cuando eso sucedía lo hacía con más ganas con más efusividad y ella comenzó a gemir suavemente y a hacer gestos increíbles qué me hicieron sentir la necesidad de solo darle circularmente a ese clítoris ardiente para que llegara de una manera que hasta ese momento jamás imagino ese día: rodando por la ciudad de regreso a su casa.

Me concentre en ese movimiento estábamos muy excitados los dos, comenzó a gemir más y no pare hasta que sus movimientos y mi celular cayendo por el asiento demostraron qué se vino divinamente.

Luego saque la mano continúe el trayecto y la deje en su casa despidiéndonos como dos vecinos de toda la vida, como lo que hemos sido.

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