Me dijiste que por San Valentín
iríamos a cenar a un restaurante.
¡Ja! Ya veo que para ti lo importante
es follarme, te importo un peluquín.
Aunque, bien pensado…, ay, espera, ay, pillin…,
bien pensado, es gratis y es gratificante.
¡Vamos a la cama, no voy elegante!
¡Ya, venga, acaricia y besa, jolín!
Mis tetas suben de temperatura,
cuando tus labios posas de corrido
y los pezones lames con dulzura.
Me haces un dedo en el coño, oh, querido:
yo te amo, ¡así!, te amo-¡oh!, ahora estoy segura,
pues tu polla es la flecha de Cupido.