Después de lo que pasó con Michelle, tuve varios encuentros con mi novio, en particular me gustaba calentarlo recordándole lo que me hizo Andrés, pero en especial lo que hice con Michelle. Me encantaba torturarlo contándole y dejándolo al borde del orgasmo durante mucho tiempo.
No le había contado lo que me había pasado con el taxista pues no sabía cómo iba a reaccionar.
Para ser honesta, el sexo con él no era malo, pero lo único que lograba excitarme mucho y llevarme al orgasmo era imaginarme a Andrés, Michelle e incluso al sucio taxista mientras mi novio me penetraba.
Después de unas semanas Andrés me llamó indicándome que pronto estaría de regreso en la ciudad y que estaba ansioso de verme y por fin tener nuestro encuentro.
Yo estaba muy emocionada pero antes de poder cumplir mi meta de acostarme con Andrés tuve un imprevisto. En mi oficina iba a hacer una reunión para celebrar que mi jefe directo iba a subir a director de la sección en la que nos encontrábamos por lo que iba a haber una gran comida en la oficina con música y barra libre.
Nos indicaron que teníamos que ir formales por lo que yo llevé un vestido rojo muy apretado, ayudaba a resaltar mis caderas y aunque mis pechos son pequeños el escote los hacía ver muy bien, ese día por la mañana decidí ir al spa y hacerme pedicure pues estaba dispuesta a satisfacer a mi novio por la noche regresando a mi casa.
Me coloque unas zapatillas rojas abiertas que hacían ver mis pies preciosos y no me puse bra, únicamente una tanga roja que hiciera juego con el vestido y los zapatos.
Mi novio llegó por mi y me comentó que tendríamos que tomar un taxi ya que su auto se descompuso. Esto me incomodó un poco pero lo tome con calma.
La llegar a la oficina note que capte la mirada de varios de mis compañeros en cuanto crucé la puerta y mi novio se dio cuenta de eso.
-cariño, debes tener cuidado por qué con ese pantalón de vestir va a ser obvio si te excitas cuando veas que otros hombres me comen con la mirada… Jajaja
El me miró ente molesto y confundido.
Pero en fin la fiesta transcurrió con cierta normalidad, llegó un punto en el que la mayoría de los presentes ya estaban pasados de copas y varios estaban intentando propasarse con las mujeres presentes.
Me vi tentada a provocar a mi novio ahí mismo pero me di cuenta que mi jefe seguía muy al pendiente de todo en ese cuarto por lo que rechace todas las invitaciones a bailar.
Cuando ya quedaban pocas personas y nos sentíamos algo pasados de copas decidimos que era mejor retirarnos y disfrutar el resto de la noche juntos en mi casa. Pero cuando nos estábamos despidiendo mi jefe me pidió que lo acompañara un momento a la sala de juntas ya que tenía algo importante que decirme y no podía esperar al siguiente lunes.
Le dije a mi novio y decidió acompañarme ya que supuso que no tenía gran importancia y quería salir de ahí lo más rápido posible.
Por cierto tengo que darles una descripción de mi jefe… Él se llama Pedro, es un hombre en ese entonces ya entrado en los 50's. No era del todo atractivo, pero tenía buen porte y su presencia imponía en cualquier lugar que llegara.
Además era muy elegante y con buen físico.
Al entrar a la sala de juntas me pidió cerrar la puerta y en ese instante noto la presencia de mi novio, pero únicamente lo vi sonreír y nos invitó a que nos sentamos frente a él.
-Carlita… Llevas ya un buen tiempo en la empresa y creo que has dado muy buenos resultados hasta el día de hoy.
-Gracias licenciado
-no Carlita, por favor dime Pedro, estamos en confianza.
En ese momento me sentí incómoda pero trate de disimularlo y escuchar lo que tenía que decirme para poder salir de ahí.
-bueno Carlita, soy un hombre derecho y voy a decírtelo sin rodeos. Cómo director voy a tener más poder de decisión y podré tener más control sobre los empleados de la empresa entonces quería saber si te interesa quedarte en la gerencia ahora que quedó disponible.
No lo podía creer, podía llegar al puesto que me había puesto como meta en un tiempo relativamente corto, aunque me imaginé que ese favorcito no me saldría nada barato. Es bien sabido por muchos en la empresa que al recibir uno de estos favores, normalmente el sueldo se ve mermado durante varios meses para pagar el puesto que te consiguieron.
-me encantaría licenciado… Perdón, Pedro. Pero nuestra situación económica no me permitiría pagarle esta oportunidad, además…
El me interrumpió y no me dejó terminar.
-no Carlita, por el dinero no te preocupes. Tu sueldo te llegará íntegro. Pero si tendrías que hacerme algunos favores de vez en cuando.
-favores? De qué tipo de favores estamos hablando?
-bien como te dije, soy un hombre derecho y este sería el trato. Tú vas a estar a mi disposición dentro y fuera de esta oficina para complacerme.
-como se atreve…
-antes de que digas cualquier cosa preciosa, te aviso que no está a discusión. Tengo buen trato con el personal de recursos humanos, si te opones inmediatamente tendré tu renuncia firmada y antes de que quieras amenazarme con denunciarme o algo así, te aviso que tengo evidencia y testigos de que eres una cualquiera que se acuesta con uno y con otro sin ningún problema y eso me exoneraría de cualquier cargo.
Me quedé helada y al voltear a ver a Raúl él se veía abatido, supongo que se sentía culpable por lo que estaba pasando y no supimos que contestar.
-no te preocupes Carlita, además de hacerte disfrutar también habrá bonos económicos cada que me cumplas jajaja
No sabía que hacer, pensé en levantarme y salir de ahí con mi novio, era verdad que me había vuelto una puta, pero me acostaba con quién me diera la gana y no con cualquier persona.
Antes de mandarlo al carajo, saco un fajo de billetes de su saco y lo colocó sobre la mesa.
-ahí hay $10,000.00 preciosa, considéralo el primer pago, eso sí. En cuanto tomes ese dinero no hay vuelta atrás en el futuro…
Me quedé inmóvil y pensando por un momento, por una parte necesitábamos el dinero, pero no quería exhibirme con el jefe por qué eso haría que tarde o temprano toda la oficina se enterara. Después de unos minutos y de pensarlo mucho lo vi a los ojos, me puse de pie y tome el dinero, gire a ver a mi novio que estaba mirándome decepcionado, solamente pude decirle -discúlpame y le entregué el dinero.
-jaja, muy bien Carlita. Bien hecho, no perdamos tiempo, quiero comenzar a disfrutar a la puta que me acabo de comprar.
Se sentó en una silla frente a mi novio y me pidió que comenzara a desvestirme lentamente frente a los dos.
Mi novio se puso de pie y se disponía a salir pero Pedro lo detuvo y le dijo que tenía que quedarse ahí o se cancelaba el trato y en ese momento me exhibiría frente a los presentes que era una cualquiera.
Raúl solo se sentó en silencio mirándome con tristeza.
Después de quitarme el vestido sentí la mirada lasciva de Pedro, me recorría de arriba a abajo con la mirada, me comía con los ojos.
-ay cabrón, que buena estas mamacita. Vamos quítate lo demás.
Comencé a quitarme las zapatillas y la tanga, quedando completamente desnuda frente a él.
-muy bien Carlita, ahora acercarte pero hazlo a gatas. Quiero ver a mi nueva putita venir a mi como una perra.
Nunca me había sentido más humillada en mi vida, ni siquiera con el taxista. Supongo que era por qué Raúl estaba observando todo, pero también estaba súper excitada y sin ropa interior era cuestión de tiempo para que lo notaran.
Al llegar junto a Pedro, comenzó a desabrochar su pantalón y dejo descubierta una verga bastante gruesa y algo larga y comenzó a menearla frente a mi, no pude evitar seguirla con la mirada como un perro siguiendo su hueso.
-vaya, vaya… Parece que la perrita tiene hambre… Vamos comienza a disfrutar, verás que te acostumbras rápido.
No necesité que me lo pidiera dos veces.
Lentamente la metí en mi boca y comencé a subir y bajar sintiendo el sabor de su verga en mi boca. No era del todo agradable pero no me disgustaba.
Sentía como mi vagina comenzaba a escurrir.
No me tomó mucho tiempo dejarme llevar y comenzar a disfrutar la mamada que le estaba dando, comencé a aumentar la velocidad y a soltar leves gemidos debido al placer que me provocaba sentir ese trozo de carne en mi boca.
-muy bien, parece que la putita ya saco su verdadera personalidad no cabrón?
Pedro dijo eso mirando a Raúl que miraba de reojo la escena pero yo podía notar como comenzaba a marcarse un bulto en su pantalón.
Después de varios minutos así, Pedro me ordeno recostarme en el escritorio boca arriba y yo inmediatamente obedecí.
-que bien, mira nada más que preciosura…
Tienes una cascada entre las piernas mamacita. Vamos a ver qué tal sabe éste manjar.
Acto seguido, Pedro estaba comenzando a jugar con su lengua en mi entrepierna. Sentía como mi vagina estaba ardiendo y mi flujo no dejaba de salir.
Inmediatamente comencé a gemir y sin darme cuenta ya lo había tomado de la cabeza para no dejarlo retirarse de ahí hasta no hacerme llegar al clímax, cosa que no tardó en pasar. Inmediatamente sentí como chorros de mis juegos salían directo a la boca de Pedro que los había como si estuviera sediento.
Después de llegar a ese orgasmo tan delicioso yo seguía jadeando en el escritorio y estaba dispuesta a seguir a su merced y cumplir sus caprichos pero se levantó y me pidió que me vistiera.
Raúl y yo nos miramos confundidos.
-bueno preciosa, por hoy es todo, ya probé la mercancía y me encantó. Y tú jaja tú te vas a quedar con las ganas de más. A ver si el pendejo de tu novio logra complacerte después de lo que te di yo…
Salió de la sala de juntas sin decir nada más.
Yo comencé a vestirme y me encamine a la salida junto con mi novio.
Al salir a la calle yo seguía pensando en lo caliente que estaba y como me había dejado con ganas de más por lo que no pude atención a lo que pasaba mientas mi novio le hacía la parada al taxi que nos llevaría a casa.
Pero volví a la realidad al escuchar las palabras del chofer…
-buenas noches jóvenes, a dónde?…
Era el taxista de la otra vez… Nos miraba sonriendo a través del retrovisor y mi mundo se detuvo por un instante…