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La fama o el interés personal
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Aunque en realidad la vida tiene sus segmentos e ilusiones, yo partiría por nombrar historias antes que conclusiones sobre un personaje que se enamoró de mí por interés y que me contagió tan íntegramente, que entendí, que el interés personal también se puede practicar como relación.

Es una chica famosa que no le gusta tener muchas parejas, ella sale a la calle con una agenda extensa y cumple todo lo que puede mientras le alcance el tiempo, antes la consideraban una súper modelo sin serlo, paso por el teatro, el cine, las novelas y sobre todo la música.

Le encanta que le presten atención y hace con la música el arte que necesita. La querían tanto que la nombraron miles de cosas antes de darse vacaciones en el arte. Sus vacaciones comenzaron conmigo tenía tres parejas claras y las tres sabían que era así, ninguna se incomodaba por ello y es que de alguna manera también eran familiares que tenían un destino ancho.

Un día ella llegó diciendo que le tenía que ayudar con sus proyectos y que le cansaba el tema de trabajar. Necesitaba vacaciones sin viajes, estaba aburrida de viajar, me dijo que se enamoró de mi por el simple hecho de contar con alguien que le respalde ante los problemas que se ocasione por abandonar la fama que es peor que abandonar un cartel, porque nadie para de llamarte.

Le enseñé a evadir el problema y le llevé a un lugar donde nadie creería que es ella. Visitó mi casa en dos oportunidades en una semana. En la primera nos escondimos y nos fuimos directamente a la cama ella se puso muy nerviosa la tomé desde la cintura y nos entendimos pronto, luego la besé hasta que ella se puso tan coqueta que entendí que necesitaba mucha compañía y temple.

Nos dormimos, durante la madrugada la desvestí con tanta confianza que ella me contó que quería tener algo muy serio, pero que no implicaba estar siempre conmigo. La bese y acaricie muchísimo y nos sometimos al sexo tratando de entender quién gobernaría en la cama y discutiendo con el cuerpo quien tomaría el control si seríamos una familia.

Lo discutimos teniendo sexo duro, nos forzamos el sexo con garra y compromiso, mientras nos acariciábamos con dulzura y suavidad el cuerpo, ni ella ni yo entendíamos que hacíamos era todo un experimento, pero era muy excitante y poderoso el hecho de satisfacernos libremente en una situación tan extraña. No habíamos hablado mucho antes de esto muchas veces, ni tampoco pudimos ponernos de acuerdo, entre los dos nos entendíamos sin hablar.

Mas tarde lo volvemos a hacer, pero ya con mucha más calma ella me dejó gobernar la circunstancia. La acurruqué junto a mí y nos dormimos juntos pegados y desnudos sin poder expresar mucho la tomé y tomé tantas veces en solo dos actos que me conocía el íntegro de su cuerpo sin tener detalles visuales.

Mas tarde nos fuimos a comer y salimos de la ciudad, durante el día la gente nos llegó a reconocer y tuvimos que despedirnos, ese día hice muchísimo alarde mostrándole a ella que podía recordar con mis manos los detalles de su cuerpo, se sintió halagada pero también muy intimidada porque cuanto más nos entendíamos ella terminaba reconociendo que era un interés compartido sobre el gobierno del otro, se quiso desmayar más de una vez por el entusiasmo así que no estábamos listos para el siguiente paso.

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