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La exposición que terminó en un gran banquete
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Ellas hablaban sobre la exposición y yo pensaba en follármelas. Estábamos organizando una exposición para la universidad con dos compañeras: Lili, una compañera con la que pasaron algunas cosas, pero dejamos de hacerlo por una relación toxica que ella tenía, la otra compañera era Ana, una chica muy normal y común.

– “¿me puedo quedar en tu casa esta noche? Es que es tarde y…”

– “No sé, Lili me acaba de decir lo mismo…”

– “Vale no te preocupes, entiendo…”

(Ana se quedó pensando un rato)

– “Pero te puedes quedar en la sala, si no te incomoda”

(La tal sala no existía en mi mente, solo existían ellas dos lamiéndome la verga al mismo tiempo mientras se besaban entre ellas y me veían a los ojos)

– “Si, por mí no hay problema, preguntémosle a Lili”

Cuando Ana le estaba preguntando a Lili si había problema en que yo me quedara también, Lili dijo que no, al voltearse Ana, Lili me sonrió pícaramente, como diciendo: sé por dónde vas.

La casa era muy tranquila, Ana vivía sola en la capital, había venido a estudiar y creo que era la primera vez que recibía visitas, como buena anfitriona, comenzó a organizar el lugar, sacó unas sábanas y unas mantas para poner en el sofá, mientras las tendía, yo, me perdí en sus formas, qué mujer, ya no la veía tan normal y común. “¡Listo!” Me dijo, había terminado de arreglar mi supuesta cama.

“Hasta mañana” me dijo Ana, mientras me abrazaba, se dirigió al cuarto, Lili se me acercó, me abrazó y me dijo al oído: “la vamos a convencer”. Las chicas se fueron al cuarto, cerraron la puerta. Yo me quedé sentado como imbécil en el sofá, pensando en si sería capaz de tanto, desde adentro del cuarto, escuchaba unas risas, a los pocos segundos salió Ana, con pijama, para mi sorpresa, la pijama era muy cortita, tenía la sensación de que Ana era una mujer muy conservadora y aburrida para ponerse algo así, pero estaba completamente equivocado, aproveché que Ana estaba en el baño para meterme a la cama con Lili, quien me recibió de buena gana, entre risas y abrazos, nos besamos, solo bastaba juntar nuestros labios para que mi verga se pusiera dura, ella al percibirla, la tocó suavemente, yo le agarré el culo… “chicos yo creo que duermo en la sala”, era Ana, que se notaba un poco incomoda, “no, ya me voy, disculpa”, me levante torpemente, tratando de disimular mi erección, intercambiamos risas falsas, ella siguió hacia su cama, yo hacia la puerta, cuando se acostó yo dije: pero ahí cabemos los tres ¿no? Y me fui acercando, Ana dijo un poco molesta: “no, ¿Qué te pasa?” La negativa fue sorpresivamente interrumpida por los labios de Lili que la besaron apasionadamente, Ana al principio mostró resistencia, pero luego se sumergió en esos labios carnosos, yo me acerque a ese beso, y los tres nos derretimos cuando se juntaron nuestras bocas, era algo que los tres deseábamos, la respiración estaba agitada, la adrenalina estaba fluyendo por nuestros cuerpos y subía aún más cuando nuestras manos descubrían esas geografías.

Los tres éramos el deseo en carne, los labios peregrinos en la piel, yendo aquí y allá, la desnudez fue la liberación, sentía como Ana era poderosa con el placer que le llenaba el cuerpo, mientras Lili y yo chupábamos y lamiamos sus hermosos senos, luego Lili pidió que le hiciéramos lo mismo, Ana me pregunto al oído: y ¿tú que quieres? Pues…

Tengo a las dos arrodilladas, mamándome la verga, pasando su lengua suave, de vez en cuando ellas se besan, me escupen la verga y vuelven a metérsela a la boca, a la hora de follar Ana se acostó boca arriba, quería que Lili le comiera el coño, yo aproveché que Lili estaba en cuatro para romperla, el sonido de mi cadera contras sus enormes y ricas nalgas era tan excitante, Ana y yo intercambiábamos miradas, estábamos muy calientes, Ana no se aguantó más, se levantó me tiro a la cama y me empezó a cabalgar, “Lili ponle tu coño en la cara”, Lili me puso su coño húmedo en mi boca mientras Ana me cabalgaba, yo escuchaba y sentía como se besaban y se agarraban las tetas, “ahora quiero que me cojas en cuatro” dijo Ana, mientras se acostaba y arqueaba su espalda, con sus manos se agarró las nalgas y abrió su exquisito coño, mientras la clavaba, nos besábamos con Lili, ella me beso el cuello, en mi pecho, mi abdomen, y fue bajando por mi espalda, besó mis nalgas, en un momento me detuve cuando sentí su lengua hurgando suavemente mi culo, que sensación más extraña y exquisita a la vez.

Después de esas deliciosas caricias a mi culo, Lili quería que le pagara de la misma forma, ya que puso su culo a la altura de mi boca y al igual que Ana, se abrió sus nalgas para que yo introdujera mi lengua. Los tres cuerpos desaparecieron, éramos un solo ser vibrante hasta que…“no chicos, no puedo, estoy saliendo con alguien, esto no está bien” Ana se comenzó a vestir, Lili trató de acercársele para darle un beso. “NO, no más, no está bien” repitió Ana, el cuadro era un poco ridículo, Lili y yo desnudos, sin saber que pasaba, y mi verga asustada, se estaba durmiendo, estábamos saliendo del trance, “perdón, perdón, sigan ustedes y yo los veo” dijo Ana, “¿crees que somos un puto show o que Ana?” Dijo Lili un poco molesta (del amor al odio solo hay un paso, me dije) “chicas tranquilas, ya me voy para la sala” me iba a levantar de la cama.

Ana me detuvo con su mano, con la otra agarró mi verga, y se la metió de nuevo a la boca, para despertarla, Lili se acercó, tratando de desvestir a Ana, pero ella la agarró y la arrastró hasta hacerla sentar en mi verga, mientras Ana besaba a Lili, poco a poco se fue alejando, hasta sentarse en una silla mientras nosotros hacíamos un show muy especial. Al otro día nos fue increíble en la exposición.

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