Siempre me ha gustado el tema del voyerismo, pero nunca me atreví a expresarlo abiertamente a las parejas que he tenido, hasta que conocí a mi actual pareja.
La verdad me llevo muy bien con él en todos los aspectos y en la cama había sido muy bueno hasta aquella tarde en la que tuve una fantasía con su ex novia. Él sabe que también me gustan las mujeres, y nunca lo ha visto mal. Es lo que más me gusta de él, que puedo ser yo sin ser juzgada.
Soy una chica muy cachonda, y me encanta masturbarme en cada oportunidad que tengo, así que una tarde tenía muchas ganas de hacerlo y me puse a buscar videos porno; normalmente me gusta ver chicas con senos grandes pero naturales, así que eso buscaba, y lo que encontré me dejó con una curiosidad muy grande.
Todo empezó normal; vi los senos de la actriz, me gustaron, abrí el video y a los pocos minutos me percaté que la chica tenía cierto parecido con la ex novia de mi pareja. Al principio fue muy extraño, pero mientras más veía el video más morbo sentía. Llegó una escena donde el chico le tocaba los senos muy rico, ella gemía delicioso y sus expresiones de placer me hicieron cerrar los ojos e imaginar a mi novio cogiéndose a su ex así de rico, mientras escuchaba los gemidos de la actriz de fondo me excitaba cada vez más… me empecé a quitar la ropa poco a poco hasta quedar desnuda en la cama, empecé a acariciar mis grandes senos hasta sentirme cada vez más mojada, así que empecé a masturbarme con la imagen de mi novio y su ex en mi cabeza… tan sólo de acordarme, me vuelvo a sentir húmeda…
Tuve un orgasmo delicioso, pero no voy a negar que me sentía culpable por tener aquellos pensamientos.
Me quedé pensando un largo rato cómo sería ella en el sexo, ¿buena, mala? ¿Sería acaso más cachonda que yo? Tenía mil preguntas dándome vueltas por la mente, y lo más extraño es que lo que sentía era morbo y no celos. Y mientras más pensaba, más quería seguir imaginando, así que de nuevo me masturbé pensando en ellos, no quería venirme rápido porque de verdad lo estaba disfrutando, incluso dejé la sábana mojada de lo empapada que ya estaba, gimiendo tan fuerte de lo rico que mi mente voló, hasta que conseguí otro orgasmo aún más rico que el primero. Fue una experiencia deliciosa, aunque muy extraña.
No sabía cómo decirle a mi novio sobre aquella fantasía, puesto que me sentía mal, y por un momento creí que a él no le iba a gustar. Pero, al paso de los días, platicando con él pude confesarle que había tenido una fantasía con su ex, aunque sin dar detalles, sólo un comentario que pensé había pasado desapercibido. Pero noches más tarde, volvió a salir el tema por un chat de whatsapp, y ahí si le dije que la verdad haber imaginado eso había sido muy rico y él me preguntó que si quería saber cómo era ella, porque yo no tenía idea cómo lucía desnuda, había visto muy pocas fotos de su cara. Así que no tardé en decirle que sí.
Él se adelantó en comentar que sus senos eran pequeños, no como a mí me gustaban, y mandó una foto. La verdad es que aunque sus senos no eran grandes, tenía unos pezones que me encantaron, se veían duros y ricos. Pues eso alimentó más mi morbo, le pedí más fotos y recuerdo que envió una donde ella estaba en 4 con un liguero y tanga blanca, no dejaba nada a la imaginación. Lo único que quería en ese momento era lamer sus nalgas, su vagina. Quería que fuera mía. En ese punto ya estaba masturbándome de nuevo, sabía que se volvería mi nueva obsesión. Y más cuando mi novio me enseñó videos donde se la cogía, tenía unas nalgas grandes y ricas, gemía con una voz dulce, le mamaba el pene a mi novio muy rico, y él también se la comía delicioso. Yo quería que me comiera la vagina así.
Después de ver esos videos, el sexo con él fue aún más placentero, yo tenía más ganas de lo normal, quería que me cogiera todo el tiempo y cuando no estábamos juntos, me masturbaba viendo sus videos.
Pensamos que todo quedaría en una fantasía, pues él no quería volver a estar con nadie más. Pasaron meses sin volver a tocar el tema, yo dejé de lado la situación y el sexo entre nosotros era increíble. Sin embargo una madrugada, me mandó un video masturbándose, me dijo que estaba muy caliente y quería que también me grabara para él. Yo no tenía muchos ánimos, y él me dijo que estaba pensando en ella y en mí juntas, obviamente me excité mucho y también le mande videos cachondos. Esa noche fue muy rica, pues me narró cómo sería si estuviera yo con ella mientras él nos observaba.
Que fantasía la mía de estar con una mujer madura, más experimentada que yo. Esto tenía que ser real, ya no quería sólo imaginarlo.
Le pedí a mi novio verlo al siguiente día; estábamos en su habitación a oscuras besándonos, lo empecé a masturbar muy lento y suave, y cuando sentí que ya tenía el pene muy erecto no aguanté para decirle que quería hacer realidad aquella traviesa fantasía. Al principio él se molestó, pero yo no dejaba de masturbarlo, y cada vez lo hacía más rápido. Yo llevaba un vestido, así que me hice de lado la tanga y no dude en montarlo. Él empezó a tocar mis senos sobre mi vestido tan rico como lo hace siempre, de verdad ya estábamos muy calientes. A gemidos suaves mientras él veía como brincaban mis senos le pedía una y otra vez hacer todo real. Me volteó bruscamente, y me puso en 4, me penetró tan rico. Lo metía y lo sacaba fuertemente, su verga se sentía demasiado dura y yo chorreaba. De repente escuché un «Sii, hagámoslo.» En ese momento tuve un orgasmo tan largo y rico mientras él se corría sobre mis nalgas.
Él hizo su trabajo; la llamó, le pidió verla y ella sin pensarlo accedió. La citó en nuestro hotel favorito. Todo estaba pasando tan rápido que yo no podía creerlo. ¿Y si ella se negaba a toda esta locura?
Cuando el día al fin llegó, yo me puse un baby doll rosa semi transparente, con una tanga muy simple pero bonita. Mis senos lucían hermosos. Me arreglé de una manera en la que nadie pudiera decirme que no. Y ahí estaba yo, esperando que ellos llegaran, con nervios y a la vez muchísimo morbo.
Al llegar, la cara de ella fue de ligera sorpresa, pero no le molestó en lo absoluto. Preguntó si todo aquello sería un trío, a lo que ambos respondimos que no. Ella empezó a reír de forma coqueta.
Recuerdo que llevaba un vestido negro muy corto, que entre dejaba ver unas piernas lindas y morenas. Le dije que se lo quitara, que esa tarde mandaba yo. Después la vi tal y como me lo imaginaba todas esas noches. Llevaba lencería negra de encaje, un liguero muy sexy y esa tanga tan chiquita que hacía que sus nalgas lucieran espectaculares.
Le pedí a mi novio que se sentara frente a la cama. A ella comencé a quitarle lo poco que llevaba, no dude en ponerla en 4 justo como me la había imaginado. Le pregunté si estaba segura y con un suave gemido me respondió «Si, mami» Aproveché tanto ese momento, me comí su vagina tan rico, lamí cada rincón y ella gemía delicioso. La penetré con mis dedos una y otra vez, estaba tan mojada que no quería separarme de su rica vagina, quería que me chorreara la boca así como se la chorreaba a mi novio. Se notaba que ella gozaba mi lengua de verdad. Claro que también me comí su culito mientras yo me masturbaba con una mano. Aquel beso negro me hizo mojarme riquísimo, pero lo que me hizo venirme fue haber volteado a ver a mi novio, se masturbaba como nunca antes mientras nos veía con mucha lujuria, esa mirada con la que siempre desee que me observaran. Cuando ella llegó al orgasmo en mi boca, lo único que yo quería era verla cogiéndose a mi novio, sabía que él no quería, pero en ese momento ya nada importó.
Fue mi turno de observar, ese pene tan duro solamente quería follar. Ella se sentó arriba de él dándole la espalda, empezó a brincar muy rico y ambos gemían fuerte. Ella le decía «Cógeme, mi amor» Eso era tan excitante. Ver sus pezones súper duritos y bien paraditos me hacían desearla mucho. Pero lo que más deseaba era que él me cogiera así como a ella, nunca desee más su pene como en ese momento. Me la estaba saboreando, quería chupársela después de haberla penetrado a ella.
Él no se corrió con ella, la dejó de lado cuando ella llegó al orgasmo nuevamente. Por el contrario, me vio a mí con mucha pasión, me puso en 4 así como le encanta, empezó a lamerme completa, me preguntó si todo aquello me había dado satisfacción y mientras mi respuesta era afirmativa, me tomó de la cintura y me empezó a coger durísimo.
Ya no me importaba si ella nos veía, si se masturbaba o qué pensaba. Yo ya había obtenido lo que quería, ahora sólo quería que él me terminara de coger.
Me dio tan duro, tan rápido, yo ya estaba muy cachonda. Recuerdo que terminamos al mismo tiempo, él se vino dentro de mí muy rico. Y después de aquello, sólo le pedimos que se retirara. Pues queríamos seguir follando, sin ella.