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La esposa de mí amigo (5.5): Preludio
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Mi pareja me estaba engañando con un compañero de trabajo, lo sé porque revisé los mensajes de su celular. Una vez al mes voy al sur de la provincia a visitar a mi amante, la señora de mi amigo David, por lo cual no tengo el gran complejo de cornudo herido, sino que quiero verlos, me calienta poder espiarlos sin que lo sepan. Así que lo que hice fue colocar una cámara espía en la habitación que grabe cuando me voy al sur.

Mi señora es una enfermera de 27 años, que come saludable y cuida su cuerpo, tiene el cabello oscuro y lacio, de tez blanca y cachetes rosados, tiene una cola bien trabajada. Ella es muy tradicional para el sexo, no usamos juguetes ni juegos previos, como ella dice “Nosotros no tenemos sexo, hacemos el amor”, pensé en mi fuero interno que eso la hacía feliz, pero al leer los mensajes con su mejor amiga Clara, me di cuenta que no era así. Ella busco un macho fuera de la pareja, que lo encontró con un compañero de trabajo llamado Roberto, un tipo algo más dotado que yo y sumamente misógino. Cosa que mi pareja piensa que a mi me falta. En ese momento decidí que siguiera pensando eso.

El martes en ciudad conecté la cámara espía y decidí ver que es lo que había pasado el fin de semana. El viernes mi mujer durmió sola, pero le envió una serie de videos a Roberto que vi como grababa, se masturbo con los dedos furiosa y se quedó dormida. El sábado trabajó medio día, con lo cual yo esperaba que no hubieran tenido tiempo de sacarse las ganas. Como a las 16 h llego mi señora, durmió una siesta sola hasta las 17:30 h y como a las 22 h volvió a la habitación, pensé en mi estupidez de no poner más cámaras en el resto de la casa, que pasa si le daba pudor a mi señora y no quería mancillar la cama. Tendrían sexo en otra habitación seguramente. Se acostó abrazando mi almohada y no hubo mensajes esa noche para mi decepción, como a la 1 de la madrugada se levantó, fue al baño, quito el cajón de su mesa de luz y desde el fondo de ese hueco saco un vibrador con el que se empezó a masturbar. Mi asombro fue mayúsculo, no solo tenía amante, sino que la recatada mujer con la que estaba era igual a todas las demás mujeres que conocía. Debo reconocer que fue un alivio para mí, siempre me sentí un poco inferior a ella moralmente y por eso dejaba que ella tomará el control en nuestra cama, pero ahora, sé que puedo dejarme llevar.

Calculé el horario en que ella se subía al auto para volver a casa, abrí su computadora y revise el chat del sábado con Clara, su mejor amiga. Resulta mi pareja descubrió a su amante teniendo sexo con una nueva doctora del hospital haciendo un escándalo, tanto así que tuvieron que separarlas. Roberto se lavó las manos y no le escribió más, lo cual era muy malo para mi morbo de verla cogiendo con él pero muy bueno para mi perversión, ya que no había tenido sexo en todo el fin de semana y debería estar frustrada con su amante. Seguí leyendo los mensajes, esta mañana había tratado de hablar con él pero le dijo algo fulminante “Si tengo ganas, mañana te cojo, a ver si te sentis mujer, que es obvio que el cornudo de tu marido no sabe como hacerlo”. Clara le daba la razón a él y le decía que lo recupere o que se busque a otro, que conmigo perdía el tiempo. Eso me dio una resolución para que aprendieran estas hijas de puta.

Revise el lugar donde había visto su consolador y allí estaba, era pequeño, de unos 9 cm de largo por unos 3 cm de ancho, de color azul eléctrico, en la base tenía un regulador de 4 velocidades y funcionaba con una pila AA. Baje al mercado a comprar las cosas para la cena, compre una pila AA nueva, junto con un par de forros texturados que no me animaba a usar con ella, pase por un Sex-shop para comprar un buen lubricante y un anillo vibrador para pene. Si no sabes lo que es, te cuento que es un anillo de silicona que va alrededor del pene, no muy ajustado pero tiene en la parte superior una pequeña bala vibradora que estimula el clítoris cuando penetras a tu pareja, iba a ser una noche interesante.

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