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La directora me da un delicioso castigo
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Melisa es estudiante de médica forense, por lo tanto asiste a la universidad de medicina, pero en los últimos meses ha tenido unos problemas con una chica que es estudiante de enfermería y ese es el motivo por el cual fue llamada al despacho de la directora.

La directora se llama Margarita y es una mujer de facciones endurecidas, siempre anda con su rostro serio y sereno, tiene ojos oscuros y el pelo canoso ondulado hasta la altura de los hombros.

-Hola Melisa, tome asiento así podremos hablar mejor- comienza diciendo la directora.

-Hola señora Margarita- le responde la alumna y se sienta.

-Me he enterado que en este último tiempo tuviste unos problemas con una estudiante de enfermería.

-Eso es cierto, señora.

-¿Y a qué se debe semejante caos?

-Esa chica me ha molestado desde un principio y nadie hace nada

-A ella ya la he llamado aquí y la suspendí de la facultad durante dos semanas.

-¿A mi también me va a suspender?

-No

Margarita hizo una pausa y luego siguió hablando: -Querida Melisa tú eres una alumna ejemplar, eres muy inteligente y estoy segura de que serás la mejor médica forense.

Por eso y porque eres hermosa he preparado un castigo mejor para ti.

-¿Qué clase de castigo es ese que puede ser bueno según usted? – pregunto Melisa.

-Ahora lo entenderás todo, pero primero quiero que te levantes- dijo la señora directora.

La chica se levantó y la miro confundida.

-Ahora quiero que te desnudes- dijo Margarita con total tranquilidad.

-¿El que?

-Lo que escuchaste, quiero ver tu bonito cuerpo sin nada de ropa.

A Melisa no le importaba mucho desnudarse ante una mujer, en realidad, este asunto la estaba excitando.

Se quito toda su ropa y su mirada permaneció clavada en Margarita que ya se estaba empezando a sonrojar.

-Ahora quiero que te sientes en mi escritorio pero con las piernas bien abiertas así me dejas tu coño a la vista -dijo la directora.

Melisa cumplió esa orden a la perfección y luego Margarita tomo su bolso y saco un consolador en forma de pija muy grueso.

-Quiero que te claves esto en el fondo de tu bonita concha, zorrita- esa palabra a Melisa la puso a mil, tendió su mano hacia el consolador y apenas lo tuvo en su poder se lo metió entero en la concha produciendo un exquisito gemido.

Margarita se situó detrás de Melisa y empezó a besarle apasionadamente el cuello y a lambérselo mientras le tocaba las tetas y la chica se penetraba con el consolador.

-¿Te gusta tu castigo putita?- pregunto la directora.

-Ay, me encanta- respondió Melisa gimiendo.

-Di que eres una puta golosa.

-Soy una puta golosa.

-Ahora di que eres mi puta.

-Soy tu puta, Margarita, soy toda tuya, haz lo que quieras conmigo.

Luego Margarita le mordisqueaba muy rico las tetas a Melisa entonces ella empezó a meterse el consolador más profundo y más rápido hasta que sus jugos vaginales rociaron el juguete sexual que tanto placer le dio.

Margarita tomo el húmedo consolador y dijo: -Eres una putita muy buena- después se lo metió entero en la boca y empezó a mover frenéticamente sus labios alrededor del juguete.

Melisa veía fascinada como esa mujer chupaba tan rico el consolador.

-No hay nada más rico que chupar una buena pija con eyaculación de una rica concha- comento la mujer cuando termino.

Después Margarita se desnudó completamente dejando ver su cuerpo a Melisa, pues, era lo justo ya que la chica obedeció y le mostro el de ella.

"Es una mujer madura pero aún está muy buena" pensó Melisa mientras observaba a Margarita.

Margarita busco en el interior de su bolso y saco un arnés con una pija mucho más grande y gruesa que la anterior.

Se la coloco en la cintura y se sentó arriba del escritorio.

-Ven aquí, putita mía- la invito a la muy obediente Melisa que también se subió al escritorio y se sentó a horcajadas sobre Margarita clavándose la pija.

Melisa empezó a dar saltos y a hacer deliciosos movimientos en la pija de su amada señora.

Ambas se fundieron en placer, en deseo y en gemidos durante los buenos minutos que Melisa estaba arriba de Margarita.

Después Melisa se puso en cuatro y Margarita con una mano agarro las tetas de la chica y con la otra le daba fuertes nalgadas mientras la penetraba con sus movimientos de pelvis.

-Que rico culo que tiene mi puta- le decía Margarita mientras la penetraba más fuerte.

Luego Melisa con una de sus manos se empezó a masturbar la vagina mientras sentía la pija de la otra mujer embistiendo su culo, esta acción de Margarita hizo que las embestidas de las señora se hicieran más violentas hasta que se cansó y la chica eyaculo por segunda vez.

-Quiero más castigos como este- le dijo a su directora y la beso.

Mi correo es: [email protected].

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