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La despedida de soltera de mi hermana Jéssica
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Esta historia empieza en la despedida de soltera de mi hermana Jéssica, estábamos 8 mujeres, casi todas eran amigas de mi hermana que realmente no conocía, yo no había formado parte de la organización, estaba bastante ocupada en un proyecto de mi trabajo por lo que estaba perdida en todo el asunto de la despedida. Para ese día compré un vestido negro sin mangas, con un escote en v bastante sexy, en la espalda tenía un tejido especial muy bonito que dejaba ver toda mi espalda y en especial mi tatuaje, la falda estaba un poquito corta, pero todo lo demás me encanto y por eso lo escogí, en resumen, era el vestido perfecto para esa noche de fiesta.

Empezamos en un restaurante muy exclusivo con una cena bastante exquisita, luego fuimos a una discoteca en donde habían reservado la zona VIP solo para nosotras, además de varias sorpresas.

A medida que avanzaba la noche tragos iban y venían, se empezaron a colar caballeros que al enterarse que era una despedida de soltera no paraban de brindarnos alcohol y festejar como si fueran amigos de toda la vida, todas conseguimos pareja para el rato, un chico guapísimo con cabello largo y rizado me saco a bailar, puedo decir que me encantó su forma de ser y como bailaba, aunque se haya propasado un poquito con los roces y las manos.

En cierto punto de la noche las chicas empezaron a despejar la pista de baile y entonces llegaron dos bailarines, bueno en realidad eran strippers y empezaron a hacer lo que mejor sabían, obviamente con mi hermana se pusieron bastante calientes, hasta el punto que realmente no quería ver, en ese momento ya había perdido de vista al chico con el que había bailado hace rato, me alejé un poco del alboroto para tomar aire y en eso sentí que alguien me tomó de la mano, era este chico, me llevó fuera de la discoteca y empezamos a charlar.

Su nombre era Issac me comentó que ya conocía a las amigas de mi hermana y que una de ellas lo había invitado, hubo química instantánea, tanto que al cabo de un rato ya nos estábamos besando, algo que es bastante inusual en mí. Me invitó a su departamento a tomar algo, me hice de rogar un poco pero luego de algo de insistencia consiguió convencerme, le dejé un mensaje a mi hermana para que no se preocupara y nos subimos en un taxi.

En este punto debo hacer un paréntesis para hablar de Esteban el prometido de mi hermana, que puedo decir de él, es un hombre encantador, guapo y gracioso o bueno al menos esa es la faceta que conozco de él, ya físicamente es todo un monumento, creo que mide cerca de 1.80 m bastante fuerte, tiene el cabello corto y algo sambo, su tono de piel es claro un poquito colorado.

Lo conocí hace 2 años cuando mi hermana decidió presentárselo a toda la familia, ahora llevan cerca de 3 años de novios y están a 2 semanas del gran día. Esteban y yo hemos coincidido solo un par de veces en reuniones de familia y amigos, pero puedo decir que tuvimos un momento algo extraño entre los dos.

Sucedió en un viaje que tuvimos en familia a la ciudad de Loja, una mañana Esteban me despertó muy temprano por qué quería salir a caminar por el lugar pero no lo conocía, me dijo que mi hermana no quería levantarse y que por eso acudió a mí, acepte aunque seguía con sueño, salimos y caminamos bastante tanto que llegamos hasta la zona del río, una vez nos acercamos a la orilla él sin dudar se metió al agua, se quitó su camiseta quedando solo en pantaloneta, creo que no había notado lo atractivo que era hasta ese momento, empecé a vacilarlo un poco y también empecé a jugar con él, para no hacer larga la historia terminamos nadando-jugando muy pegaditos porque yo no sé nadar muy bien y le pedí que no me soltara, terminamos tocándonos mucho mutuamente, pude sentir sus brazos, su pecho, sus piernas y creo que el también hizo lo mismo, pero nada fuera de lugar, luego de ese día no se volvió a tocar el tema y en realidad ya lo había olvidado, hasta hoy.

Llegamos al departamento de Issac que estaba al norte de la ciudad en una zona muy exclusiva por así decirlo, para mi sorpresa justo antes de abrir la puerta del departamento, él se despidió, diciendo que la había pasado increíble conmigo y que adentro me esperaba una sorpresa.

Me asusté bastante en ese momento, me imaginé un escenario tétrico así que lo tomé del brazo y pregunté qué carajo estaba pasando, pude notar una sonrisa nerviosa en su rostro y me dijo -no te preocupes, mira quien está allá-, volteé a ver con temor y en la puerta estaba parado Esteban, con su encantadora sonrisa, yo estaba bastante confundida, pero conseguí calmarme, me dirigí hasta el departamento y Esteban me recibió con un beso en la mejilla y me invitó a pasar, una vez dentro me dijo que tomara asiento que me iba a explicar todo. Me trajo un vaso con algo de beber y empezó.

-No sé cómo explicarlo…, recuerdas aquel día en el río.

-Si por…

-Bueno no sé si tus recuerdos de ese día sean parecidos a los míos, jamás se había cruzado en mi mente algo con otra persona desde que estoy con tu hermana, pero ese día algo hizo clic en mí, siendo honesto ese día quedé fascinado contigo, tu forma de ser, tu personalidad, la manera en que nos divertimos, que nos tocamos, tuve problemas para frenarme, estuve a nada de cometer locuras ese día, perdón si esto te parece inapropiado, solo quería ser honesto y sacarlo de mi…

En ese momento empecé a sonrojarme muchísimo, me quedé sin palabras, luego de unos segundos, y con el afán de conocer sus intenciones le dije:

-Creo que me pasó algo similar, pero ¿por qué me estas contando esto?

El sin dudar ni un poco me dijo:

-Por favor no te ofendas, pero quiero que seas mi despedida de soltero.

Mi respuesta fue lo que se podría esperar un enorme ¿¡Que!?, a la vez que empecé a pensar como había llegado hasta aquí, era obvio, él había planeado todo así, mientras mi hermana estaba en su despedida, haciendo quien sabe que, el planeo aprovechar este momento, le pregunté por Issac y me dijo que era un buen amigo que le debía un gran favor, pero me insistió por una respuesta.

Todo dependía de mis siguientes palabras, podía decirle muy claramente que no, y salir de ahí en ese instante, juro que el 99% dentro de mí se inclinaba por esa opción, pero ese 1% débil se detuvo ahí a esperar lo que podía pasar, estaba sentada con los dedos de mis manos entrecruzados, sonrojada con mi respiración agitada, muy nerviosa y mientras yo me debatía dentro de mí.

Él se fue acercando de a poco hasta que estuvo sentado a mi lado, tomó mi mano, me miro a los ojos y me dijo -todo está bien-, mi corazón latía con mucha fuerza y podía notarlo, Esteban se acercó lentamente con sus labios y yo hice lo mismo, entonces sucedió, nos besamos.

Me levanté un poco asustada, me disculpé y me dirigí al baño, me mire al espejo y empecé a dudar de lo que estaba haciendo, tuve que mentirme a mí misma, -es su despedida de soltero…, Andrea estaba haciendo cosas peores…, solo será una vez-, porque la verdad era que ese beso ya había prendido algo en mi, así que me quite el abrigo, me acomodé mi vestido, mi cabello, mi labial y salí del baño, solo para encontrar la sala vacía y a oscuras, escuche ruido en la habitación así que me dirigí hacia allá, y ahí estaba él, sirviéndose un trago, tomó de el y se acercó a mi nuevamente, me dijo que me veía increíble, me tomó de las manos, se sentó a en la orilla de su cama y me atrajo hasta él, antes de empezar lo detuve con mis manos y le dije, -Esto nunca pasó, nadie, jamás debe saberlo, y queda prohibido cualquier sentimiento, ok?-, él asintió con su cabeza y procedió a besarme.

Los besos iniciaron bastante tiernos como cuando apenas estas conociendo a una persona, pero de a poco fueron subiendo inicié por morder sus labios, él respondió con apretones en mi trasero, las sonrisas coquetas iban y venían, la ropa empezó a estorbar, decidí dar el primer paso y quitarle su suéter, pude contemplar sus músculos bien trabajados, entonces comencé a tocar su pecho y sus brazos, mis pequeñas manos parecían de muñeca al lado de su cuerpo, era bastante grande.

Él también intentaba quitarme el vestido, pero decidí hacerlo esperar, lo empujé en la cama y le quité todo lo que llevaba, solo lo dejé en interior, me quité mis zapatos y me subí a la cama para besar todo su cuerpo, podía notar las ganas que tenía de tomarme, pero deseaba alargar ese momento lo más posible, me detuve en su interior y empecé a besarlo sobre su pene se notaba que estaba por explotar y yo me moría de ganas por probar.

Él discretamente llevó sus manos a mi cabello y ejercía algo de presión sobre mi cabeza, con mis dientes empecé a jalar su ropa interior y se la saqué por completo, no lo podía creer, tenía a Esteban el prometido de mi hermana desnudo y a mi completa disposición, procedí a manosear un poco ese enorme pedazo, puedo jurar que es el más grande que he visto hasta ahora, debe estar por los 19 cm más o menos, empecé dándole pequeños besos y de a poco lo fui probando con mi lengua, podía sentir como latía en mi boca, ambos lo estábamos disfrutando.

Él se había acomodado con sus almohadas para disfrutar de la vista, mientras yo chupaba su pene lo más profundo que podía, obviamente no pude meterme todo, pero sí que lo intenté, para ese momento ya estaba demasiado caliente así que me puse de píe sobre su cama y me quite con un pequeño striptease el vestido, no llevaba un bra, al final me quite el interior dándole las espaldas.

Me quede por un momento de pie para observar, y me gustaba lo que veía, Esteban babeando por mí, deseándome y masturbándose, me acerqué a él besándolo desde sus pies hasta llegar a sus labios, mientras nos besábamos él me apretó contra su pecho y podía sentir el calor de mis senos con su cuerpo, además podía sentir como su pene caliente y mojado rozaba con mis piernas y trasero, de pronto salto de mis labios para clavarse en mi pecho, dándome mordidas y chupando mis pezones con mucha pasión, mientras con sus dedos jugaba ahí abajo, yo estaba escurriendo de placer, y empecé a gemir muy fuerte.

Cuando ya no pude soportar más me levanté de su pecho y muy lentamente empecé a acomodar mi trasero sobre su verga, en eso Esteban reaccionó rápidamente para tomar un condón de la mesita de noche y me lo pasó, yo lo mire con un poquito de molestia y le torcí la mirada ya que usar condón no me gusta para nada, pero tuve que, lo saqué de la bolsa y se lo coloqué lentamente, entonces nuevamente me volví a acomodar para montarme sobre él, con una mano sujetaba su verga moviéndola en círculos sobre mi vagina y con la otra me sostenía de su pecho, la fui introduciendo muy lentamente con pequeños sentones, era una sensación única, ambos estábamos gimiendo mucho, una vez estuvo lo suficientemente adentro acomodé mis dos manos sobre su pecho y empecé a cabalgar sobre él, disfrutando cada sentón, intenté introducirla toda pero en cierto punto empezaba a doler.

Esteban jugaba con mis senos hasta que decidió tomarme de la cadera y empezó a penetrarme una y otra vez, acelerando poco a poco, yo solo pude apoyarme muy bien sobre su pecho y disfrutar de las embestidas que me daba, al cabo de unos momentos ya me la había metido entera y en la habitación solo se escuchaban mis gritos -¡Dios si!-, al rato, ya un poco cansados por la posición, nos movimos y yo me recosté en la cama boca abajo pero Esteban se levantó y me levanto de la cintura poniéndome en cuatro, mientras él se alistaba detrás de mí, esta posición es de mis favoritas, un poquito después empecé a sentir como su verga se abría paso dentro de mí, me hizo gritar un poco de dolor pero continuó, yo solo apreté muy duro las cobijas con mis manos, él continuó embistiendo mi trasero con su enorme verga mientras yo me retorcía de dolor y placer al mismo tiempo, mientras mordía la almohada que tenía más cerca muy fuertemente para no gritar, pero se oían mis gemidos muy claramente.

Así estuvimos por un largo rato, hasta que me dijo que estaba cerca de venirse y me pidió que me voltee, lo hice muy rápidamente y el prácticamente se sentó sobre mí con enorme y pesado cuerpo, se sacó el condón y puso su pene entre mis senos, apretándolos con sus manos y prosiguió a cogerme hasta que terminó y eyaculó muy fuertemente sobre mí, especialmente en mi pecho y mi boca, caímos agotados en la cama.

Él limpio mi cuerpo con una toalla, mientras me decía lo mucho que yo le gustaba, yo lo frené en seco y le dije que por favor no involucre sentimientos, que lo había prometido, él se calló y seguimos besándonos por bastante tiempo, hasta que él me volteó en la cama y me tomó de cucharita, esta vez no se puso condón y empezó a penetrarme, se sentía riquísimo, mientras con sus manos apretaba mi cuerpo al suyo, mis senos en especial.

Al rato aumento la velocidad y además con su mano bajo hasta mi clítoris para masturbarme, no podía creer lo bien que se sentía, solo podía decirle que no parara, mientras gozaba como nunca antes, yo me vine mientras el seguía penetrándome y me retorcí bastante, hasta intente hacer que se detuviera porque sentía que mi vejiga iba a estallar, pero él no quiso y termine orinando en la cama, al rato él también eyaculo nuevamente sobre mí, esta vez en el trasero, pero fue increíble, seguimos besándonos y riéndonos mientras nos limpiábamos hasta que nos quedamos dormidos.

Me levanté en la madrugada para contemplarlo por última vez, era el hombre casi perfecto, pero esa era la primera y última vez que estaríamos juntos, aproveché para tocar su cuerpo una última vez antes de irme, él se despertó y nos miramos con mucha nostalgia, habíamos pasado la noche perfecta, pero había terminado, le dije al oído -espero te haya gustado tu regalo de despedida-, él me contesto -me encantó-, y me besó, acariciándome por un largo rato, hasta que tuve que detenerlo y decirle que ya se había terminado, me levante de la cama, me cambié y procedí a despedirme.

Al rato llego un taxi por mí, fue un adiós bastante extraño y difícil, en el camino a mi casa no podía creer lo que había pasado, tenía miedo de cómo afrontar las cosas después de ese día., pero por suerte hasta el día de hoy no ha pasado nada, ya se casaron hace unos meses y parece como si esa noche no hubiera pasado.

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