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La degradación total de mi pareja
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Me voy a presentar.  Mi nombre es María, tengo 43 años, me mantengo muy bien, soy bonita, delgada, tez blanca, rubia, pelo largo. Estoy casada con Alberto hace 10 años, no tenemos hijos, así que llevamos la pareja toda para nosotros.

En el sexo fuimos variando a los largo de los años y comenzamos a ver porno para excitarnos más.

Al principio todo era más convencional, pero luego empezamos a ver de todo. Tríos, lesbianas, gays, etc. pero lo que más nos excitaba era el tema dominación. El fetichismo de pies, la sumisión y la degradación y humillación verbal.

Especialmente de mujer a mujer y luego noté que mi marido también se calentaba si aparecía dominación Hombre-Hombre.

Ninguno de los dos somos gays, pero se ve que teníamos inclinaciones bisexuales ambos.

No lo hablábamos, pero ambos lo notábamos

Un día vimos una publicación donde una pareja se presentaba como dominante buscando sumisos.

No podíamos dejar de ver las fotos y los videos de ellos.

Eran hermosos. Ella alta, blanca, usaba unos tacos que me fascinaban, tenía unos pies divinos, perfectos, con las uñas rojas, carnosos con el pie sobresaliendo de la sandalia y un arco curvo divino.

El un Adonis, mi marido le miraba la pija y los músculos aunque no lo admitía.

-Qué te parece si probamos? -le dije.

-No lo sé -me contestó- Y si no nos gusta?

-Nos volvemos y nos olvidamos.

Llamamos. Nos atendió él.

Le dijimos que queríamos tener una experiencia de dominación en pareja y por supuesto aceptaron.

Previo pago de 400 u$ nos dirían donde y a qué hora.

Era en la zona de Caballito, un departamento arreglado, coqueto.

Tocamos el timbre, dijimos quienes éramos y nos abrieron.

-Adelante, esclavos. -Se escuchó la voz femenina.

Entramos.

Cuando la vi casi me desmayo. Era la diosa que soñaba. Esos pies, ese culo y esa concha eran lo más perfecto que había visto en mi vida.

Miré hacia Alberto, le gustaba ella, pero se la caía la mandíbula mirándole los músculos y los pies a Daniel, tal el nombre de ese macho, pareja de quien sería pronto mi diosa, Patricia.

Al entrar la primera orden:

-De rodillas, basuras!! -El oír ese trato nos hizo estremecer. Era lo que buscábamos!!!

Nos arrodillamos y yo sin pensarlo me tiré a los pies de mi ama. Alberto hizo lo mismo con Daniel.

-A ver perrita, como le das besos en los pies a tu ama? De ahora serás mi perrita, basura, solo ladrarás y te arrastrarás a mi paso.

Me puso inmediatamente un collar y una correa y me empezó a basurear.

-Perra de mierda, límpiame los tacos, la suela y mis pies, y quiero que ladres de alegría.

Ni lo pensé.

-guau, guau, guau -ladraba mientras lamia eso pies hermosos y sus zapatos, era mi mayor calentura que me tratara así, cada insulto era un calor en mi concha, casi acabo solo con escucharla.

-Perra, pedazo de mierda, sorete, vas a ser mi inodoro, entendiste?

(Cada palabra me hacía calentar más)

-Si guau, guau, lo que quiera mi ama.

Del otro lado lo mismo se veía.

Alberto lamiendo los pies de Daniel y este se saca la pija del pantalón y Daniel ladrando se la mete en la boca y se la empieza a chupar. Ver a mi marido en ese estado de sumisión me enloqueció.

Nos Llevaron a un rincón con la correa y nos hicieron adorar sus pies. Lo hicimos con locura, con pasión.

-Llego el momento de usar los inodoros, no Daniel? -dijo Patricia-

Nos tiraron de los pelos al piso, nosotros pidiendo por más, entonces empezaron las lluvias.

Daniel meando en la boca de Alberto.

-Más amo, maaas. Quiero todo su meo!!! (pedía como loco Alberto)

Patricia meando en mi boca.

-Quiero todo lo que tenga Ama!!! (gritaba yo)

-Quieren todo de sus amos, perros???

-Siii (contestamos al unísono)

Entonces llegó lo peor (o lo mejor, de acuerdo a nuestro estado de locura). Nos pusieron boca arriba, se sentaron en nuestras bocas y comenzaron a cagar.

-Ahhh -soltó Patricia un sorete enorme en mi boca.- No dejes nada perra, inodoro mío!

Yo ni loca deje caer nada, la mierda de Patricia era un manjar para mi, esto era un sueño, ser humillada de esta manera era lo máximo para mi. Tener un ama estricta y sin escrúpulos era lo mejor en mi vida.

Mientras masticaba la mierda de mi ama, no pude aguantar más y acabé como una loca…

-Aaaahhh -morí de placer al ser tratada así por una diosa como Patricia.

Continuará…

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