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La curiosidad de Chat Noir
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Observación:

Para facilidad de narración, asumiremos la mayoría de edad de los personajes. Sin embargo, al tratarse de un relato fantástico, cada quien es libre de interpretar las circunstancias de los involucrados.

De igual modo, utilizaré en medida de lo posible los nombres empleados en su versión oficial (inglés) para no generar problemas respecto a doblaje/traducción.

Muchas gracias. Continuamos con el relato.

Capítulo 1

Por los techos de Paris corretea un joven héroe; portador del miraculous del gato negro y con el poder de la destrucción en la palma de su mano. Aunque reconocido y admirado en su ciudad, bajo el antifaz se oculta un muchacho solitario que solo ansía una muestra de cariño para entregarse en cuerpo y alma.

Busca incesantemente que sus sentimientos sean correspondidos por la chica de quien se enamoró desde el primer día; su compañera en la lucha contra el mal y gran amiga: Ladybug. Sin embargo, ella le ha dicho en repetidas ocasiones que sólo puede verlo como un amigo, cosa que destroza el corazón de Chat Noir, quien espera el día en que su lady pueda ver lo que en verdad siente por ella, para así darle todo lo que siempre ha querido compartir con una pareja.

No había un solo día en que, al vencer al villano creado por Hawk Moth, se le quedara mirando completamente embelesado; fuerte, valiente, determinada, hermosa… Era en cuanto empezaba a prestarle atención a sus facciones y rasgos físicos, que el corazón se le aceleraba; y mientras más a detalle admirara la figura de Ladybug, más ofuscada se tornaba su mente.

Pareciera que en esos momentos el único pensamiento en su cabeza fuera ese: acercarse a su compañera heroína, tomarla de la mano y mirarla directamente; entonces, acercarse hasta sentir sus labios con los suyos y fundirse en un beso mientras ambos cerraban los ojos y se abrazaban, pegando sus cuerpos cada vez más, sintiendo el relieve de sus atributos resaltados por el entallado traje rojo con motas negras…

-Aah, mi lady, mmm…

Entonces la tomaba de la cintura y empezaba a acariciar sus costados, perdido totalmente por el delicioso aroma que se desprendía de ella. Sentía cómo Ladybug se alzaba un poco en la punta de sus pies para alcanzar a besarlo mejor, animándose traviesa a jugar con su lengua dentro de la boca de Chat Noir…

-Mmm… Tus besos mi lady…

Dejándose llevar por la emoción, deslizaba sus manos poco a poco por detrás de la heroína, acariciando sus costados y bajando cada vez más, acercándose lentamente a las posaderas de Ladybug; dándoles un ligero pero intencional apretón sin dejar de besarla. Su compañera dió un respingo acompañado de un gemido apenas audible. Abrió un momento los ojos y le dirigió una mirada provocativa a Chat Noir, seguida de un mordisco sensual en su labio inferior…

-Aah… te ha gustado, Ladybug? Aah…

Ladybug rodeó con sus brazos el cuello de su compañero con una actitud seductora, aflojando el cuerpo y dejándose llevar, pegándose más a Chat Noir, restregando intencional pero sutilmente su vientre contra la ya evidente erección del chico bajo su entallado traje negro.

Sin dejar de besarse, bajó una de sus manos, explorando con curiosidad el pecho de su compañero, descendiendo paulatinamente hasta alcanzar el bulto que se había formado bajo sus pantalones…

-Mi lady, aah… ¿quieres conocer a mi amiguito? Mmm…

La heroína le dedicó una mirada sensual a su compañero felino a la vez que jugaba con su miembro sobre el traje, apretándolo con gentileza y acariciándolo. A Chat Noir le costaba trabajo controlar los gemidos que buscaban escapar de su garganta ante las caricias de la chica. Entonces ella ponía un dedo sobre los labios del chico, y seductoramente, lo tomaba de la mano, lanzando su yo-yo al cielo para columpiarse con un ademán de "sígueme"…

-Si mi lady, llévame a donde nadie nos vea, aah… para que pueda amarte y hacerte todo lo que quiero, mmm… mi lady, aah…

Adrien murmuraba estas palabras entre jadeos, tumbado en su cama con los ojos cerrados, con la toalla de baño acomodada de cualquier modo sobre sus piernas, desnudo en su totalidad, con su viril miembro apuntando al techo mientras se masturbaba con frenesí, recorriendo la envergadura completa de su pene con ambas manos.

Hace tan solo una hora acababa de pelear codo con codo con la dueña de su fantasía para derrotar a otra víctima de Hawk Moth. Y al despedirse, justo antes de que sus miraculous los transformaran de vuelta en civiles, Ladybug le dio un gentil y cálido beso en el cachete, llenando sus fosas nasales de aquel aroma que lo volvía loco.

Fue ese beso perfumado en particular el detonante de la fantasía que ahora ocupaba la mente de Adrien. Lo que podría ser si tan solo su lady accediera a darle un beso de verdad.

Llegó a toda prisa a la mansión Agreste, sin perder un segundo y buscando guardar el mayor tiempo posible el recuerdo del aroma de Ladybug. Entró por la ventana de su cuarto como de costumbre, murmuró "garras fuera", se destransformó y de forma casi desesperada, comenzó a quitarse la ropa mientras buscaba su toalla para bañarse. Necesitaba una excusa por si llegaban a interrumpirlo y se encontraba sin prenda alguna.

"¡Un momento Nathalie! Estaba a punto de darme una ducha" Si, eso sonaría convincente. Pensó mientras se tumbaba en la cama y comenzaba a darse placer a sí mismo, su mente ocupada enteramente por Ladybug; el contorno de su cuerpo, su mirada, lo apetitosos de sus labios, la manera tan sensual en que se movía en acción…

-Aah… mi lady, eres tan hermosa, aah… tan sensual, mmm… déjame darte todo este, aah… amor que te tengo, aah… Ladybug, aah…

Adrien sentía que dentro de poco alcanzaría el orgasmo. En su fantasía, Ladybug lo llevaba de salto en salto por las azoteas de Paris, acercándose a un edificio en particular donde muchas veces ya habían estado… pero en esa ocasión, la mirada que le dirigía la heroína le indicaba que no iban a proteger a los ciudadanos de Paris; sino a pasar un buen rato en una de las habitaciones del Hotel Grand Paris, a la cuál acababan de entrar por una de las ventanas abiertas.

Imaginar que estaría a solas con Ladybug, que ella actuaba con la misma complicidad y deseo que él, en una situación así de erótica, fue demasiado para el joven Agreste, quien jadeando en voz baja, se corrió abundantemente, expulsando chorros de semen que salpicaron su toalla, su cama, el piso y parte de su torso desnudo.

Una vez disparó la última descarga de leche, rendido, se secó el sudor de la frente y miró al techo, de donde colgaba un poster inmenso de la heroína dueña de su corazón, en una pose ruda pero también sexy. Adoraba ver esos ojos antes de ir a dormir; y también siempre que terminaba de masturbarse pensando en ella.

-Uff, mi lady, no sé como, pero tengo que… aah, cumplir esa fantasía contigo.

Dijo Adrien entre jadeos, recuperando la respiración mientras su erección disminuía. En su mente, pasaban toda clase de planes para averiguar un poco más sobre ella; encontrar "algo" para poder seducirla y que se enamorara de él, así como él estaba perdidamente loco por ella.

En eso, sonó su celular dentro del maletín donde siempre cargaba sus cosas para practicar esgrima. Dando traspiés, se levantó de la cama, tirando la toalla en el proceso y alcanzando la bolsa, desprovisto de cualquier tela o prenda que cubriera su cuerpo. Lo sacó y revisó la notificación. Era una fotografía que Alya, una de sus compañeras de clase, había tomado del pizarrón con la tarea que había dejado la señorita Bustier.

-¡Pero claro, Alya! Ella podría ayudarme a averiguar más sobre ella.

Pensó Adrien emocionado para sus adentros. La chica a cargo del Ladyblog, el sitio en internet con la mayor cantidad de información sobre la heroína de sus sueños… ella era la respuesta.

Ya sabía que haría al día siguiente.

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