Después de aquel encuentro no tan casual, porque deduje que cuando vino a verme si o si íbamos a acabar follando deliciosamente, como lo fue, sin pensarlo nos volvimos amantes de turno, una real "vergadicta", donde mamármela era el inicio o fin de nuestras ardiente citas.
Comenzado la semana en el trabajo eremos muy discretos, nos saludábamos como siempre, pero al acabar el día quedábamos en encontrarnos en un centro comercial que estaba cerca, íbamos a cenar al restaurante rustica, pedíamos la mesa más discreta y entre beso y beso nos íbamos poniendo calientes, que nos escapábamos a mi departamento para follar, o cuando ya era muy tarde, la llevaba a su casa y subiendo al departamento de ella me lo mamaba rápidamente y claro que me deslechaba al toque con lo caliente que andaba.
Así hasta que, para la fecha cerca a san Valentín, conversamos de ambos en mi departamento, de que pasaba entre nosotros o es que solo sería solo sexo, haciéndome la típica pregunta donde uno no escapa a responder.
C: ¿Y qué somos?… digo, quisiera que me aclares eso… no suelo hacer estas cosas, no sé qué me pasa contigo… debe ser que me gustas mucho, pero quiero saber lo que piensas
D: Bueno… ya estamos lo suficientemente grandes, como para decir que somos, o ponernos títulos, tú también me gustas, me encantas… pero quisiera que no llevamos las cosas con presiones – tenía el temor de meter la pata y que dijera algo que no sea de su agrado
C: ¿Presiones?… nada que ver, solo te preguntaba… bueno no sé, entonces en cualquier momento también podrías decirme que ya no sigamos o que te desaparezcas – con voz algo mortificada
D: ¿Porque dices eso?, Claro, que no lo haría
C: ¿Entonces que somos?
D: Somos…
Inmediatamente mi mente morbosa empezó a maquinar y le propuse un juego de roles muy excitante
C: Si… te escucho, ¡que somos?
D: Somos, el jefe y tu mi Contadora… y vamos a hacer un rol, de que vienes a mi casa a dejarme las facturas y que yo te seduzco…
Mientras me acercaba a ella y la besaba tiernamente tocaba sus piernas y sus pechos, a lo cual ella accedió, quizá era por la calentura de ese instante, ya llevábamos buen rato sin meternos mano
C: Bien entonces juguemos a los roles
Poniéndose de pie y preguntándome muy seria
C: Buenas tardes jefe, aquí le traigo las facturas de las compras, los ingresos y egresos de este mes, tiene que decirme a que proveedor se le cancelará y está pendiente el cobro de las facturas de las empresas retail.
A: Ok, ok, que eficiente trabajo señorita, pero tome asiento relájese un rato conmigo… ¡cuénteme es soltera, casada? ¿Hijos?
C: Eh, soltera… pero porque lo dice… me pone nerviosa señor
D: Para nada, al contrario Ud. Es muy guapa, Ud. Me pone… me pone nervioso a mi señorita
Mientras le servía una copa de vino, para brindar
C: No, señor, no bebo… además estamos en hora de trabajo
D: pero ya es casi hora de salida, y además no me despreciar una copa, brindemos por Ud.
C: ¿Por mí?
D: Si por Ud. Por ser una excelente profesional a mis servicios
Mientras cariñosamente la tomaba de los hombros a su costado de pie junto a ella
C: Bueno, ¡salud!
D: ¡Salud!, preciosa
Deje la copa de vino y mientras ella lo puso en mi mesa, rápidamente la levante hacia mi
C: Si, pasa algo señor…
D: Si pasa que me tienes excitado a mil preciosa, tu figura, tus cabellos, tu piel… tu olor me vuelven loco
C: Señor no debería decirme eso… me compromete… mejor me voy
D: ¡Mejor aún, mejor hacemos el amor aquí!
C: No, ¡no… ah no por favor pare señor, que dice!
Éramos los actores de una escena donde imaginamos todo que nos atreveríamos a hacer, ella toda sumisa dejándose quitar la ropa, haciendo el disfuerzo que no quería y yo todo salvaje, quitándome la ropa, y la suya, empezando a besarla desenfrenadamente, Vaya que en ese momento volvimos a hacer los salvajes del sexo como solíamos serlo, con las frases de nuestros respectivos roles ente nuestras caricias y ardientes besos
C: No, ¡no… ohm… que rico… pero no lo haga por favor!… Ud. Es mi jefe, tiene que haber un respeto
Pero a su vez me presionaba de la cabeza entre sus voluptuosas tetas, lamía y mordía tan ricos pezones, mientras toqueteaba sus tetas y su apetecible culo
D: ¡Ok, Respéteme señorita!, respéteme y mámeme la verga, muestre ese respeto a su jefe y a mi verga
C: Ujum… ok
Sonreía de lo ocurrente que era, mientras bajaba a mamármela como solo ella sabía hacerlo
D: Ohh!, que delicia señorita, siga así, muy bien, ¡qué buena profesional en todo sentido!
C: Glup, glup… ujum así señor, le gusta glup, glup…
D: ¡Si… muy bien señorita!, no se olvide de mis bolas, chúpelas, muéstrele respeto a mi verga, que goce de esa deliciosa lengüita.
Vaya que en ese momento empezó a liberarse, y empezó a darme una monumental mamada, de rodillas ante mí, paraba para golpetear mi verga en su lengua y entre sus tetas para luego rozarlas con sus pezones
D: Wao!, bien muy bien señorita, ¡y que más tiene para mostrarle a su jefe!
C: ¡Siéntese en su sofá señor y se lo demostraré!… eso sí, si veo que lo goza, me dará un buen aumento, sino penosamente tendré que presentar mi carta de renuncia.
Con la verga a mil, rozaba su raja del culo con mi verga, excitándome a mas no poder
D: haber… veremos
Como disfrutaba de esa imagen, ver su culo sobarse en mi verga, mojando toda esa raja, mientras sus cabellos sueltos caían sobre mi pecho sudoroso, fuera de roles volvíamos hacer salvajemente ardientes, giraba hacia mí para besarnos y yo sobaba con mis dedos tan rica y húmeda conchita.
Sudorosos y ardientes, empecé a follármela, puse uno de sus brazos tras mi cuello, y fue la perfecta pose, para así poder chupar y morder unas de sus riquísimas tetas, mientras ahí abajo su conchita mojada mostraba el mejor de los respetos a mi verga, clavadas duras e incesantes para el gozo de ambos.
Luego en un momento, se sujetó en mi sillón en la misma postura con los con las manos apoyadas, cabalgando por si sola, en un riquísimo sube y baja, empezó a clavarse ella misma, mientras los sonidos de sus nalgas al chocar con mi pelvis me hacían volar de excitación.
C: Ahh, ahh… – con respiración excitada
D: ¡Bien muy bien! ¡Tiene su aumento señorita!, tiene su aumento!, ahora deme el culo…
Mientras descansaba, bajo para seguir clavándose a dos patas, sujetándose de mis rodillas… y girando hacia mí para decirme muy sarcástica
C: ¿Quiere mi culito, jefe?… uhmmm, pero dígame antes… ¡que somos?!
Dejándome algo frio, pero con lo arrecho que estaba, la jale hacia mí, besándola ardientemente y diciéndole
D: ¡Muéstreme respeto señorita!, si no me quiere dar su culo ni modo… pero me dar una buena mamada, ¡y sabe qué?… se va tragar mi leche, sino… no le daré ningún aumento… vamos chúpemelo, chúpemelo ya!
Volviendo al rol de dominación, bajando ella a sobar sus voluptuosas tetas en mi verga, como le gustaba sobar sus pezones en mi glande, para luego empezarme a dar las riquísimas mamadas de siempre, succionando mi verga, pajeándome desesperadamente para sacarme la leche, mientras chupaba mis huevos y los lengüeteaba lo mamona de ella ya no era un rol, era su naturaleza, me hacía gozar y disfrutaba de cada centímetro de mi verga, había encontrado a mi mujer ideal, a mi hembra salvaje, a mi “vergadicta”, sedienta de mi leche a placer de ella, basta decir que recibió toda mi leche en su boquita y disfruto de ella, cada gota de semen fue aprovechada por su sedienta boquita.
C: Bueno jefe, ya me tengo que ir… espero lo haya disfrutado, y descuide no presentaré mi carta de renuncia… y si en algún momento quiere mi culito ya sabe…solo dígame que somos y lo tendrá a su disposición si es que lo desea. – con voz provocativa y sensual
Luego recogió su ropa y fue a lavarse y cambiarse a al baño
Quede pensativo, y aunque me bastaba con lo que gozaba, no voy a negar que por gozar un buen culo como el de ella, hasta le pedía que sea mi novia y “la dueña de la empresa” en la fantasía de roles.
Ya más tarde cuando iba a dejarla a su casa, me confeso que dejaría el trabajo, tenía otros proyectos personales, como el del negocio propio, y que ya estaba lista para ser independiente. Sus padres le dejarían el departamento, pues se estaban mudando, pues estaba lista para dar ese siguiente paso, entendí que a sus casi 38 años, pensaba ya en sentar cabeza, es ahí que entendí que quizás el saber si la tomaba en serio o solo sería sexo pasajero.
Quedamos en desparecernos el día de San Valentín en algún, para disfrutar de más tiempo juntos, quizás una cena, una amena charla y después porque no ir a algún lugar para disfrutar de nuestra lujuria… y ese destino fue una reserva en el “Hollywood suite”, hotel con habitaciones temáticas muchos espejos, tubo de pool dance y jacuzzis y fue en ese lugar donde se encendió la verdadera llama de nuestro amor, porque la pasión y el fuego lo llevábamos ya en la sangre.
En el siguiente relato, narraré como fue aquel día…donde finalmente me entrego el culo y muchas más sorpresas de por medio.
Continuará…
Pueden conocer el primer relato dentro de mi perfil titulado: "Encuentro con la contadora y compañera sexual"