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La contadora madura (parte 2): La revancha
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Volví a la oficina, totalmente acalambrado, fusilado. Las chicas me observaban, se miraban entre ellas y se sonreían picaras. Alejandra la chica de tesorería, chiquita, inocente, poco atractiva, muy callada, Mariana la encargada de proveedores, rubia, un tanto rellenita, más bien maciza buenas patas, muy de novia y Analía, la más grande 32 años, encargada de RRHH, bastante hermética. Grandota, buenas patas, siempre de pollera, culona, tetas normales, muy seria, como separada del resto por sus funciones.

– Como te fue en … ejem… la AFIP – me dijo sonriendo

– Bien bien, presente todo por suerte. Tuve que esperar a la jefa, un garrón

– Mira vos lindo, bueno por suerte fue bien – me dijo mientras jugaba con su mano sobre su pierna subiendo la pollera sutilmente.

Sentía como que me observaba, sobre todo mi bragueta, pero era idea mía. Traía una pollera bastante ajustada, blanca, una camisa y zapatos de taco. Cada vez que se levantaba el movimiento de su culo me embelesaba, pero hoy particularmente se transparentaba un poco dejando ver su tanga negra. Que turra, nunca me dio cabida de nada, no sé si se garchaba al gerente con el que pasaba mucho tiempo viendo los horarios, le quedaba un poco bajo, porque media 1,78 aproximadamente, a mí me iba bien con mi 1,90 pero nada cero. Idea mía que hoy me daba bola, venia de cogerme a la contadora veterana y creía que me podía coger a toda la oficina completa.

Seguí con mis números, se fueron yendo todas, Analía entro al baño y demoro mientras las demás se iban marchando. Al salir, guau… llevaba una pollera más corta, negra y una body blanco sin corpiño con una camperita entreabierta. Los mismos tacazos, pero en conjunto una bomba

– Salgo con mi novio, te gusto

– Espectacular Analía, estas para comerte toda.

– Hasta mañana contador

Mensaje de WhatsApp, Susana, me envía un audio.

– Venís rico, la sorpresa viene en camino, te espero.

– Dale, paso por casa a cambiarme y voy.

Pase por mi departamento, me calce un pantalón entallado, una camisa apretada y unos zapatos muy conchetos sin medias. Decidí no manejar, me pedí un Uber y hacia la casa de Susana.

– Cuando llegas toca el portero y subí que te espero en el pasillo, sorpresa.

Llegue impaciente, toque timbre Susana me abrió desde arriba. Subí al departamento, toqué timbre y salió Susana, con una especie de piloto blanco largo hasta el piso.

– Hola bombón, viniste, no te vas a arrepentir. Hay una condición. Saco una venda del bolsillo y me cubrió los ojos

Me tomo de la mano y me fue llevando, fuimos esta vez directo al dormitorio por el camino que recordaba, una fragancia muy envolvente casi me hacía alucinar, afrodisiaca, no sé porque, pero estaba al palo.

– Eh… tranquilo contador, la noche es larga

Me hizo sentar en la cama, muy cómoda, y me dejo ahí. Se escuchaba una música sexy y suave, pero nada más, como un ir y venir, otro perfume distinto más cítrico se acercó, me resulto familiar, pero era idea mía.

– Bueno ya podés sacarte la venda

Mi sorpresa fue mayúscula. Al girar la cabeza hacia el centro de la enorme cama estaba Susana con Analía. Susana con un corsé, una tanga de Playboy y botas bucaneras todo negro, espectacular. A su lado Analía, con un body blanco, medias y zapatos de taco tocándose lascivamente.

– Como esta Contador, sorprendido – mientras jugaba con su lengua con Susana. La tomo por la cabeza de atrás y le dio un tremendo beso de lengua mientras le tocaba las tetas. Analía lucia unas hermosas tetas, naturales que Susana amasaba y se abalanzo para chupar.

– Venga contador – me dijo Susana y mientras me desvestía me iba pasando sus manos por todo mi cuerpo, Analía se unió también y en un santiamén estaba en bolas para ellas.

De pronto Ana empezó a besarme con su lengua tirándome en la cama y perdí de vista a Susana. Apareció por el otro lado y empezó a atarme las manos atrás con una tira de seda negra.

– Ahora ubíquese contador, que le vamos a hacer un pequeño show previo.

Sacaron una especie de vaporizador y empezaron a rociarse, una especie de loción afrodisiaca, que me enloquecía. Me frotaron en el pecho, que además se mostraba brilloso y se untaron tetas, culo todo brillante y excitante. Me hicieron apoyar contra la cama, me soltaron de atrás y cada una me ato las manos al cabezal de la cama. Una vez ahí se deslizaron en cuatro patas por la enorme cama y Analía se dirigió hacia una silla de donde trajo un bolso negro. Lo abrió y comenzaron las sorpresas: un consolador negro, enorme, a pilas parecía porque lo encendió y la cabeza comenzó a moverse, Susana saco otro color piel grande también y comenzaron a chuparlos, los metían enteros en la boca y los sacaban, una y otra vez. De pronto Susana tomo el suyo, desabrocho el body de Ana de abajo y empezó a chuparle la conchita, totalmente depilada, hermosa y a jugar con el juguete. Ana tirada en la cama y disfrutando se trepo a mi pecho y tapándome la boca con su mano empezó a morderme los pezones, fuerte.

– No sabias que Susana es mi amiga no. Me conto todos tus secretos, y el tamaño de tu pija, hoy te vamos a dejar seco Raúl ya vas a ver

Continúo mordiéndome fuerte mientras gemía y veía como Susana introducía todo el aparato en su concha hasta casi desaparecer. Mordía mis labios y metía su lengua en mi boca desesperada, como si buscara algo en el fondo mientras me pasaba las uñas por la espalda. No tocaban mi pija aun, algún arreglo para hacerme sufrir seguro.

– La pija todavía no, sufrí perrito, ya vas a tener tus premios, goza así

Susana a pura lengua y consolador violaba a Analía que se retorcía de placer a mi izquierda. Mas y más, sin piedad, lengua y hasta el fondo, lo metía todo y lo volvía a sacar. Quería tocar el culo de Susana con su tanga casi hilo dental atrás pero no llegaba. Susana me dio un cachetazo fuerte en la mejilla-

– Todavía no Raúl, espera sos nuestro esclavo hoy

Analía encendió su juguete y empezó a vibrar, lo chupo bien y lo metió de una en la conchita de Susana, ahora ambas se enroscaban en un 69 de pijas artificiales, dedos y lengua. Las dos se retorcían, gemían, aullaban, seguramente no era la primera vez que lo hacían. Se movían, gritaban y aullaban de placer, de ambas vaginas emanaban jugos por doquier, empapando sus caras, de pronto entraron en un sincrónico frenesí, violento y ambas acabaron casi sincronizadas. Ana tirada en la cama con el consolador aun en su vagina me miro y bebiendo los jugos de su sexo con los dedos me dijo:

– Esto recién empieza bebe, todavía no te tocamos la pija

Se acercaron en cuatro una por cada lado y empezaron a besarme al mismo tiempo, sus lenguas se enredaban con la mía, jugosas, sensuales. Sus manos hábiles habían tomado mi pija a esta altura imaginen al re-palo y la masturbaban despacio, suave. Despacio bajaron resbalando con su lengua por mi pecho y se unieron en mi pija ambas lenguas para un juego de chupadas, lamidas. Parecía una competencia a ver quién la metía más al fondo, Analía en un momento la metió tan al fondo que sentía su campanilla tocar la cabeza de mi pena, seguía y no aflojaba, los jugos caían de su boca sobre mi vientre mientras Susana se entretenía con mis huevos y mi ano. Chupaba y jugaba con sus dedos pequeños agiles en mi cola. En un momento metió uno y empezó a manipular mi próstata y mi pija exploto de dureza.

– No la tenías eso Raulito eh, te gusta no. Mamita tiene secretitos, hoy vas a conocer muchos

No sé cómo hizo, pero en 3 minutos largue una descarga impresionante de leche para todos lados que las dos chicas no tardaron en devorar ni dejaron caer una gota.

Con las bocas aun con gusto a semen comenzaron a besarme, jugar con sus lenguas por todo mi cuerpo lo cual logro en breve una tremenda erección. Sin perder tiempo Ana se sentó arrodillada sobre mi cara dejando toda su concha en mi boca, comencé a chuparla, cogerla con la lengua mientras con su mano manipulaba su clítoris y me cabalgaba. Mientras Susana se subía sobre mí y cabalgaba flexionando sobre mi pija con sus piernas. Un rítmico vaivén me estaba enloqueciendo, los gemidos, aullidos y gritos de Ana largando jugos por doquier en mi boca y Susana cogiéndome prácticamente, apretaba sus piernas y presionaba mi pija asombrosamente dentro de su sexo.

– Viste lo aprendí en un viaje que hice, se llama movimiento interno vaginal, puedo contraer las paredes de la vagina y apretar tu pene adentro te gusta bombón

– Mmmm vuelve mmm loco mmm no paresss

Lo único que podía decir preso del sexo de Analía, sus piernas a mis costados eran una vista maravillosa, recubiertas a medias por sus medias blancas.

De pronto la levante a Analía, la separé a Susana y las puse a las dos una al lado de la otra con el culo para arriba bien erguido y empecé a cogerme a una y ensartar con el consolador a la otra. Mientras gemían se comían la boca mal, sus lenguas se enroscaban de momento, se chupaban, bocas, las tetas y yo cogiéndomelas, primero Ana con ese culo precioso, abundante, hermoso, una piel hermosa, les repartía chirlos a ambas y más se calentaban.

Y así estuve un largo rato intercambiando pija por consolador, las chicas se lamian, se chupaban, de momentos una le chupaba las tetas a la otra, golosamente. Y en un momento me tire en medio de las dos e iniciamos un entrecruce de piernas, brazos, lenguas, de pronto la tenía a Ana cogiéndome, a Susana chupándome los huevos y el culo. Giraba y Ana se abalanzaba sobre mí me agarraba la pija y me hundía la lengua en la boca, me pasaba por el cuello con una maestría, se detenía en mi oreja y me susurraba cosas.

– Papito que verga tenes como me gusta guacho, grandote y firme, dame toda la leche en el culo amor

No termino de decir esto la gire, tome un gel que había en la mesita de luz y empecé a meter dedos con gel y lengua, Ana gemía y gritaba desaforada mientras Susana me cogía con su conchita.

Saque la pija y ahora fue Susana la que siguió abriendo la cola estrecha de Ana, saque un preservativo.

– A pelo Raúl, quiero sentir toda la leche adentro de mi dale guacho

Apoye la punta en el culo, estrecho, lindo, Susana seguía horadando, me miro y me guiño un ojo para que la embista, lo hice de una hasta el fondo, cuando Ana quiso gritar Susana le hundió su cabeza en su concha empapada para que la chupe, al unísono se retorcían, gemían, Ana gritaba cuando la embestía hasta el fondo y la sacaba toda, Susana gozaba con la lengua y ahora también los dedos de Ana en su concha hermosa y jugosa, y yo seguía taladrando a Ana. En un momento Susana se acostó debajo de Analía que estaba en cuatro y empezó a chuparle la concha y dedos, mis huevos, cuando mi pija se salía se la metía en la boca y la volvía a incrustar en el orto de Ana. Y mientras con sus dedos me metía en el culo y me masajeaba la próstata. Ana descubrió la conchita de Susi y también se lanzó sobre ella con el consolador rígido que manoteo y empezó a cogerle el culo también. Ya era un maremágnum de lujuria y sexo, jugos por doquier, así enroscadas avise

– Chicas viene la leche donde la quieren mmmgh

Las dos se abalanzaron sobre mi boca y me besaron en un beso triple, lenguas enredadas y se arrodillaron delante mío con sus bocas golosas, ansiosas esperando mi leche, me pare dejando mi pija en llamas delante de sus bocas, sentía la punta de sus lenguas a ambos lados que me chupaban suavecito y más me calentaba. De pronto sentí un torbellino y empezó a venir la leche. Analía primeree y se apropió de mi pija hasta el fondo mientras Susana lamia mis dedos y hacia su famoso masaje prostático con un dedo en mi culo todo esto desencadeno cinco descargas de leche impresionante, Analía no podía contener todo en su boca e iba dejando en la boca de Susana, entre las dos se tomaron la cantidad impresionante de leche que saque. Cayeron sobre la cama una sobre otra y se iban tomando todo entre las dos. Caí entre ellas agotado y me empezaron a besar las dos al mismo tiempo, sentía su aliento a leche todavía y sus manos insaciables manoteaban mi pija que increíblemente todavía cabeceaba. Y eso que la noche recién empezaba al parecer.

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