Llegó a casa y enseguida sintió el cuero de mi cinto en su cuello, automáticamente se arrodilló casi al mismo tiempo que yo dirigía el cinto hacia abajo.
Sabía lo que te iba que hacer y lo hacía muy bien, en cuclillas con la entrepierna bien abierta y empezando a mojarse, en unos minutos empezaría a gotear en el piso pero en ese momento, se dedicaba a saborear cada parte de mi pija e incluso a mojarme bien los huevos con su lengua bien abierta. Sabía lo que me gustaba y lo hacía muy bien, era mi puta bien amaestrada. Pero ese día, pasaría algo que no teníamos previsto.
Y es que con tanto apuro por sodomizarla yo y ella en ser esclavizada, dejó el celular prendido al lado de su ropa que había quedado en el suelo. Estaba ya con la concha bien mojada apuntando a mi pija, recibiendo mis cintazos y pidiéndome por favor que se la meta toda, cuando sonó su celular. El susto la hizo salir un poco de su momento y mirando la pantalla me dijo lo que los dos ya sabíamos. "Ay la puta madre es aquél, pará".
Cuando me fijo eso sentí muchísimas ganas de metérsela hasta por el culo de una nomás, pero me reí y le recordé que no era ella la de las órdenes, mientras le enterraba toda la pija y ella gritaba "¡ay si!" Enseguida cortó la llamada, pero el marido volvió a llamarla, cortó dos veces más, pero ante la insistencia de él y viendo que ella estaba confundida con la situación, le pedí que atendiera. ¿Estás loco? Me dijo, el llamado volvió a interrumpirla, entonces aproveché a sacarle casi todo de adentro, dejándole sólo un pedacito de la punta.
Entonces te la saco, ¡No, no! ¡Por favor metela! Ya atiendo, pero metela. Así que esperé que atendiera y apenas dijera "hola amor ¿Qué pasó?" Se la metí de una y hasta el fondo buscando un gemido que apenas pudo ahogar pero que le hizo golpear el celular. Ya escuchaba, porque lo había puesto en altavoz, que el cornudo le pedía explicaciones de por qué no había atendido antes, ella le dijo que iba manejando y que no sabía que era algo urgente.
Yo disfrutaba mucho, a punto de casi acabarme porque el tono de su voz y su relajación denotaban todo, sin embargo, para la persona que estaba del otro lado, que ni se imaginaba que eso podía estar pasando, no ocurría nada extraño. La charla siguió, el después de calmarse ante las explicaciones de ella, que encima le recriminó diciéndole que por qué no iba a atenderlo ¿Qué pensás? No nada amor, pero es que te estaba llamando y sabés que si repito el llamado es por algo importante, quería confirmar algo contigo.
A esa altura yo se la había sacado y se la había puesto en la boca para que me limpiara la acabada que había dejado en mi piel, algo que le encantaba y que no quiso dejar ni aunque el marido le estuviera pidiendo una respuesta, ahí comprobé lo que ya sabía de ella, le encantaba dar placer con su lengua. Así que sin sacarse ni un poco mi pija de su boca le contesto a su marido con un mmmm (como si asintiera lo que él le decía) La conversación fue algo así.
Amor es que te llamaba porque viste que hoy tu madre se queda en casa.
– mmmh
Bueno y pensaba que podíamos dejar a los chiquitines con ella y salir un rato.
– mmmhh
Si amor, pensé que te iba a gustar, pero tengo que arreglar en el trabajo porque capaz que nos quedamos después de comer, o vamos a aquél lugar…
– mmmhhh
Y nos podemos quedar la noche entera.
– mmmhhhh
La hija de puta ya estaba por sacarme toda la leche, la chupa de una manera increíble y la situación me excitaba muchísimo, así que la saqué tirándole el cinto para atrás. Ella sin dejar de mirarme a los ojos y con una sonrisa dijo al teléfono, "si amor, me encantaría tener una noche para nosotros ¿Sabes de qué tengo ganas?
– ¿De qué amor?
De que me la chupes toda y me comas con esa lenguota tuya que me saca todo lo que tengo adentro.
– Ay amor, ya me empezás a excitar.
Ahora ella me estaba dando la espalda y con las dos manos se abría toda la entrepierna para que viera su concha goteando, me mostraba lo excitada que la ponía esa situación mientras se reía. No esperé dos segundos y se la volví a enterrar, sentí que le toqué el fondo y que ella se estremeció tanto que no le pudo contestar al marido por un buen rato.
Si, hace mucho que no hacemos algo para nosotros, así que nos merecemos amor un momento a solas ¿Te parece?… Seguro tu madre vaya a aceptar, ella siempre nos dice que lo hagamos… Amor… Amor ¿estás ahí? Si amor, estoy acá, es que me dieron ganas de ir al baño y estaba entrando acá en el centro. ¿Al baño? Pah, cómo serán las ganas para que te metas.
Sentí que era el momento justo para zumbarle un par de cintazos en las nalgas, pensé que se iba a cerrar pero todo lo contrario, su cuerpo se aflojó todo y me dejó entrarle más profundo, confirmé también que al igual que cuando me la estaba chupando, recibir castigos era uno de sus placeres mayores y que practicaba sólo conmigo. ¿Qué pasó amor? Nnnada amor nada, se me cayó el cinto en el baño es que estoy nerviosa. ¿Nerviosa por qué amor? Es que me excitó tu plan para esta noche y apenas me bajé la ropa veo que estoy un poco mojada. Ahí dio vuelta su cara y me dijo "por favor cogeme toda que no doy más, quiero echarte mas de mi leche y quiero toda tu leche bien adentro de mi, es para que se la tome el cornudo este".
Así que no precisé más nada que eso para empezar a metérsela y a sacársela con el único objetivo de juntar las leches de cada uno. Obviamente que tratando de no hacer ruido, pero sin poder ella, disimular su respiración y sus gemidos al teléfono.
El marido escuchando eso dijo, amor ¿Estás en el baño? Si dijo ella y ya no dijo más nada. El resto fueron dos minutos de la cogida mas rica y morbosa que hayamos tenido con ella. El marido pensando que ella se estaba masturbando en el baño, mientras ella sólo se quejaba y se acababa toda mientras sentía toda mi leche caliente entrar bien hasta el fondo de su ser. ¡Amor la puta madre! ¡Me calentaste mucho! ¡Nunca habíamos hecho esto!
Apenas con aliento para contestarle le dijo ¡Ay no amor! Perdoname que no te avisé, pero me excitó mucho tu propuesta y se ve que me agarraste bien caliente. Amor sólo te pido un favor, cuando salgas de ahí del baño, andá para casa y esperame. ¡No te bañes! Capaz que te sorprenda pero ¡quiero besarme toda esa acabada que te acabás de hacer por favor!
Mientras ellos hablaban yo saqué mi pija recién acabada y antes que se empezara a relajar, la metí dentro de su culo, sólo para dejarla ahí quietita y que tirara otros chorros de mi leche ahí también, por las dudas, aunque según ella, su marido nunca se la había metido por ahí. Pero claro, cuando me sintió entrar por detrás hizo otro gemido pero siempre será un gemido distinto, mezcla de asombro, dolor y placer.
Pero como dije antes, ella goza mucho de ser mi sometida, así que aceptó en el mismo momento y hasta lo disfrutó, porque él cornudo le preguntó preocupado si le había pasado algo. No nada amor, nada, es que me dejaste muy caliente y estoy toda acabada, ¿estás seguro que no querés que me bañé o me limpie? ¡No amor! ¡Por favor no! Si cuando yo te la voy a chupar tiene olor a jabón y no a acabada tuya o un poco de tu día normal, te juro que no te cojo. ¡Ay ay! Mis movimientos en su culo aún la hacían gozar. Bueno amor está bien, sólo quiero avisarte que me bañé al mediodía como siempre, y ta, ¡Ay que divino si! Amor (eso era para mi) ¿Tanto te gustó la propuesta de salir solos? Si amor dale me encantó.
Sonaron de nuevo los cintos contra su piel y ya sin saber que inventar le dijo chau amor te dejo porque me están cogiendo toda. Después que cortó se dió cuenta lo que había dicho y se rió de manera muy nerviosa pero se la sentía aliviada en el fondo. Se dió vuelta toda, para terminar de limpiármela, le encantaba hacer eso cuando se la metía en el culo y es que tiene un sabor muy rico también esa parte de su cuerpo, así que la entendía. Obviamente enseguida llamó el celular de nuevo y era su marido. Me la terminó de limpiar, desde abajo me miró a los ojos me hizo un guiño y atendió el teléfono.
Su voz era de reproche, quizás queriéndole ganar de movida a la molestia que presentaría el cornudo con su frase final antes de cortarlo. ¡Hola amor! ¿Qué pasó?…
Continuará.