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La cena
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Hemos quedado a cenar en tu casa, llamo y me abres la puerta, me recibes con una sonrisa como de aprobación al ver que llego vestida con una camiseta ajustada que marca mis pechos y una falda corta de vuelo, me das un gran beso, nuestras lenguas se funden en unas sola, mordisqueas mis labios. “Menudo recibimiento” te digo.

Vamos al salón, charlamos un ratillo, nos volvemos a besar, tus manos van a mi cintura y empiezan a recorrer mi cuerpo, me haces cosquillas, me dices al oído “nos estamos calentando demasiado, vamos a parar o no llegaremos a cenar, jaja”.

Te ayudo a preparar la mesa, mantel blanco, vajilla de porcelana, el vino en una champanera, velas para dar un ambiente romántico, música melódica fondo, la cena es exquisita, marinada con un buen vino blanco que tanto me gusta.

Terminamos de cenar retiramos la mesa, recogemos todo menos el vino y la champanera llena de hielo, me sacas a bailar, es una canción lenta, de bailar muy juntos y pegados, tus manos se meten por debajo de mi falda y masajeas mi culo, me aprieto contra ti, noto tu bulto, deslizas tu mano por debajo de mis braguitas, suspiro y me dices que las tengo mojadas, algo que ten enloquece.

Nos sentamos en el sofá, me siento muy pegada a ti, cojo uno de los hilos de la champanera, me lo meto en la boca, juego con él, me lo paso de un lado al otro de la boca, lo chupo como si fuera un caramelo, la sensación del frio hace que los pezones se marquen por encima del sujetador y de la camiseta, te acercas a mí, juntamos nuestras bocas y te paso el hielo que se está derritiendo.

Me quitas la camiseta, yo te quito la tuya, me desabrochas el sujetador, coges otro hielo con las manos y me lo deslizas por el cuello, vas bajando con el hielo por encima de mis pechos, trazas dibujos en mis pezones, pasas tu lengua absorbiendo el agua del hielo derretido, mi piel se eriza, gimo son sensaciones únicas.

Cojo un hielo, quiero que tú también sientas esas sensaciones, lo paso por detrás de tu oreja, por tu cuello, tu hombro, tu pecho, voy siguiendo el recorrido con mi lengua, tu piel también se eriza, emites un pequeño gemido, bajo de tus pechos a tu ombligo, te desabrocho el pantalón, tu polla está muy tiesa dentro de los bóxer, te los bajo, salta como un resorte de su prisión, cojo otro hielo, el que tenia se ha derretido, me lo meto en la boca junto con tu polla, mi lengua caliente y el frio del hielo te producen sensaciones únicas, muy placenteras, voy pasando el hielo de un lado al otro de la boca, mientras con la lengua jugueteo con el glande, noto el sabor del líquido preseminal, que delicia…

El hielo se ha derretido, pero yo sigo con tu polla en mi boca, me la saco y me dedico a chupar tus huevos, subo dando pequeños lametones por el tronco, llego a la punta hay unas pequeñas gotitas del líquido preseminal, te las limpio, beso tu glande, lo absorbo, me la meto hasta el fondo, me llega muy adentro, roza la campanilla, me la saco un poco, tu con tu mano empiezas a llevarla hacia los lados de mi boca, dando pequeños golpes.

Paramos un momento, me estoy poniendo a mil… me quitas las braguitas empapadas, pasas tu dedos por mi coño, lo notas muy húmedo, te llevas a la boca tus dedos mojados, y los lames despacio uno a uno, me estremezco.

Aún con la falda puesta me siento encima de ti, con la punta de tu polla en la entrada de mi vagina, tú la restriegas en mi coño de arriba abajo hasta mi ano, vuelves a colocarla a la entrada y bajo metiendo poco a poco tu polla en mi coño, estoy tan mojada que se desliza fácilmente, cuando llego al final paro, tú te abrazas a mí, coges uno de mis pechos y te lo metes en la boca como si fueras un bebe comienzas a succionar, que placer. Comienzo a subir y bajar, mientras subo y bajo mi clítoris se frota contra ti, los movimientos son lentos, tú me acompañas con pequeñas embestidas, dejas el pecho que tenías en la boca y continúas con el otro que envidia tus atenciones.

Me das la vuelta, ahora me siento dándote la espalda, comienzo a subir y bajar, tu mientras te agarras a mis pechos, luego bajas una mano y me acaricias el clítoris, te digo que estoy a punto de correrme, me dices que tu también, tras unos movimientos empiezo a sentir los espasmos del orgasmo, pequeñas convulsiones que hacen que me derrita, paramos, me agacho y me meto tu polla de nuevo en mi boca, noto mi sabor, comienzo a notar el líquido caliente saliendo de tu polla, tu semen con un pequeño toque salado.

Nos terminamos de desnudar completamente y nos tumbamos en el sofá, tú me acaricias suavemente, me dices, “ha estado bien, pero hemos terminado muy pronto”, me rio y te digo bueno descansemos un ratillo y luego continuamos, nos abrazamos y echamos un pequeño sueñecito, me despierto cuando siento unas pequeñas cosquillas, aún un poco somnolienta siento tu aliento en mi oreja, me dices “segundo asalto”, me mordisqueas el lóbulo y me vas besando por el cuello.

Coges otro de los hielos y me lo pasas por los pechos, dibujando pequeños círculos, lo vas bajando por mi ombligo hasta mi pubis, siento escalofríos, lo pasas por mi coño entre los labios vaginales, se me eriza la piel, como antes tu lengua sigue el trazado del hielo, llegas hasta mi coño y tu lengua juguetea con mi clítoris, me lames entre los labios y tu lengua penetra mi vagina, me retuerzo del placer, con mis manos acaricio el pelo de tu cabeza, me das pequeños mordisquitos en el clítoris, creo que ya estoy completamente despierta.

“Creo que ya he captado toda tu atención”, “totalmente” te respondo, nos incorporamos un poco, con las manos te masajeo un poco tu polla, que esta “morcillona”, me la meto en mi boca y ya está de nuevo lista para la acción…

Paramos, nos levantamos, me apoyo en la mesa pegando mis pechos al cristal, tu coges un hielo y lo pasas dibujando mi columna vertebral, estiro mis manos y te agarro de tu culo, te insto a que me penetres, a que dejes de torturarme, mi coño palpita con gran fuerza por sentirte de nuevo, te ríes y me penetras desde atrás, comienzas a embestirme, los movimientos son fuertes y rápidos, pero ya no tenemos la urgencia del principio, nos recreamos un poquillo.

Volvemos a parar, ahora estoy encima de la mesa, con las piernas encima de tus hombros, tú me embistes una y otra vez, dentro fuera, rápido, fuerte, bajo las piernas y me incorporo un poco abrazándome a ti, tú me levantas y me llevas a pulso aún tengo tu miembro dentro, me colocas de nuevo en el sillón y vuelves a moverte, mis piernas están rodeando tu cintura, con mis manos te doy unos pequeños azotes en el culete, para hacer que te muevas más deprisa, te paras, yo protesto.

Tú me dices, “quiero que te corras en mi boca”, así que bajas hasta mi coño y tu lengua vuelve hacer maravillas en él, siento como tu lengua realiza pequeñas penetraciones, como con tus dedos vas sacando de su pequeño capullito a mi clítoris, son nuevas sensaciones, demasiado intensas, te pido por favor que pares, tú te niegas, pero bajas un poquito la intensidad, en unos segundos vuelves a subirla, comienzo a estallar en mil pedazos, el orgasmo brutal, tu absorbes todos mis líquidos sin dejar que nada se derrame.

Aún apoyada en el sillón tú te sitúas encima mío y me vuelves a penetrar, los movimientos son dulces y placenteros, yo te acaricio la espalda siguiendo la línea de la columna vertebral, empiezas a subir la intensidad, ahora eres tú el que noto que se va a correr, más fuerte más rápido, dentro fuera, rápido, rápido, comienzo a notar tu semilla dentro de mí, tu aún estas dentro, nos abrazamos y volvemos a dormirnos.

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