En días, uno se atreve a vivir y a sentir. Quiero hoy escribirles a mis lectores las fantasías que me recorren cuando por la noche o el día, se prende un fuego y tengo ganas de sentir mi sexo.
Al iniciar, cualquier mínimo impulso es bueno para echar a andar la imaginación; jamás me reprimo, el día de hoy puede ser la idea más filial a mi amante y mañana puede ser la fantasía de coger a una mujer atractiva con pene, la cual debe gozar, ser hermosa y enseñarme donde está la belleza de un placer tan exótico como podría llegar a ser.
Acto seguido sé que estoy listo, porque así lo indica mi biología, el calor de la sábana ha aumentado y pide ser apartada, mi cuerpo está relajado y en movimiento, tengo las manos ocupadas con la caricia que acurruca a una cabeza que con suerte algún día recibirá más besos que la que está siempre al descubierto. Y es que sí, en esta noche sé que fantaseo en ver a personas postrados de rodillas ante una sombra inconfundible. El faro de la tormenta, mojado por la lluvia. Siempre la persona que debe arrodillarse es la más hermosa, a veces la más sexual para lo más sucio, a veces la más melancólica para fantasear un embarazo, pero nunca se fantasea con el que más poder tiene. Al menos yo fantaseo con el poder que no tengo actualmente, esperando que en la culminante cumbre llegue a mi.
Se me enseñó en la veneración a mis creencias que la calidad del sexo es lo importante, empezando en la calidad del sexo que tengo conmigo.
Y ahí estoy…Tratándolo suave, rápido, con este, aquel y aquella, sudando por aquí, metiendo por acá, por días, semanas y fingiendo que todo es normal. Porque lo es.
Al permitirme que salga, sólo es velocidad para alcanzarme, si llevo ya horas en compañía asistirá de otra persona, que tome la iniciativa por mano propia, que este en llamada conmigo, que este compartiendo mensajes solo para mí. El tiempo y la ayuda hacen que llueva, buenas cantidades, buenas explosiones, entre gemidos, colores de mejillas, detalles obscenos como cantidades derramadas, son tan solo una noche exitosa.
Hoy, estimado lector quiero creer que si mis relatos te traen placer, de alguna manera se me va a retribuir, algo de tu sentir me llegará y finalmente estaré conectado al goce sexual del cosmos.
Es día de probar otro tipo de relatos. Otro tipo de escritura. Y otro tipo de metáforas.