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Tiempo de lectura: 4 minutos

Un día abrí la puerta baño y Eric, el hijo de mi pareja, estaba desnudo.

– Oh, lo siento – Dije en voz alta

Estaba por cerrarla pero en vez de eso voltee a verlo nuevamente. El estaba cubriendo su miembro con sus manos para que no lo viera.

– Tienes un cuerpo muy hermoso, no deberías avergonzarte. ¿Que estas haciendo? – Le pregunte

– Nada – Alcanzó a decir un tanto apenado

– Se lo que hacías, no te preocupes. Es normal querer explorar tu sexualidad, yo también lo he hecho – Le dice mientras me acercaba a el poco a poco

Eric me observaba un poco asustado.

– ¿Quieres que me vaya? – Le pregunte

– No, está bien, solo déjame vestir – Me respondió forma educada

Una vez que estuve muy cerca de el comencé a acariciarle el pecho y los brazos.

– Relájate – Le dije

Entonces lentamente hice a un lado sus manos y pude ver su pene.

Acto seguido, lo toque con mi mano suevamente.

– ¿Te gustan mis caricias? – Le pregunte

– Si – Me dijo

Comencé a acariciarlo suavemente de arriba a abajo, con mayor intensidad.

Eric comenzó a jadear.

– No, no sigas – Me dijo

– ¿Por qué no? ¿No quieres terminar?

– Si,… pero me da un poco de pena

Entonces me quite la blusita que traía puesta y el brassiere para que conociera mis senos y se excitara mejor.

– Eric estaba sorprendido de lo que le estaba mostrando

Mientras admiraba mi desnudez yo seguí acariciándolo hasta que inevitablemente comenzó a derramarse sobre mi mano mientras gemía.

– Si, así, así… vente rico niño guapo… así… rico ¿verdad?

– Si

– Eres muy guapo Eric – Le dije mientras lo limpiaba

– Gracias, por favor no le digas a mi papá

– No, no te preocupes, no le diré nada, este será nuestro secreto

Entonces me lavé las manos y salí del baño.

Fue así como comenzó nuestra relación, y fue muy independiente de la que yo tenía con su padre.

Nuestro siguiente encuentro volvió a ser en el baño. Le pedí que se quitara toda la ropa y comencé a acariciarlo. Solo que esta vez si besé su pene varias veces y mi lengua al fin conoció su sabor.

Cuando metí su pene en mi boca y comencé a hacerle sexo oral.

Mientras se lo hacía le confesé algo.

– ¿Sabes? Ayer tuve relaciones con tu padre

– Si, se que haces eso con él – Me respondió

– ¿Sabes? En esos momentos no de pensar en ti, en tu cuerpo desnudo

– No sabía que pensaras en mi cuando estabas con el

– Si Eric, mucho

Así fueron nuestros primeros encuentros. A Eric le encantaba que lo masturbara y verme los senos.

Un día mientras lo acariciaba me dijo:

– Quiero tener sexo contigo Mariana

– Tú sabes que no podemos cariño, pero puedo mostrarte algo – Le respondí

Entonces coloqué una toalla en el piso, me recosté y abrí las piernas.

Eric extendió su mano y comenzó a tocarme sobre mí pataleta y a acariciarme en forma circular.

– ¿Quieres ver de cerca mi vagina? – Le pregunte

Con mis dedos hice a un lado mi pantaleta para que conociera mi vulva.

Fue entonces que comenzó a tocarme los labios mayores. Sus caricias me parecieron inocentes al principio, pero poco después comencé a sentirme húmeda.

– No Erick, no me toques así, estas haciendo que me humedezco – Le dije de forma agitada

El se detuvo. Seguramente pensó que no me estaba gustando.

Entonces me quite las pataletas y abrí mis piernas de nuevo. Erick se acercó lo más que pudo para verme.

De pronto, el hizo algo que no esperaba y me beso, justo ahí, en esa zona tan íntima.

– No Erick,… no deberías besarme ahí… harás que me excite – Alcance a decir entre jadeos, con los ojos cerrados

El se dio cuenta de que me agradaba y siguió haciéndolo. Sus besos eran cada vez prolongados, como si me estuviera besando en la boca. Su lengua no tardo en conocer mi dulce intimidad.

– Si Erick, así, no te detengas – Le dije

Me estaba comiendo tan rico con su lengua y sus labios que hicieron que tuviera algunas contracciones vaginales debido a los microorgasmos que me estaba provocando.

Poco después me senté sobre la toalla y lo besé. Erick respondió favorablemente a mis besos y no dejaba de acariciarme los senos.

Tuvimos muchos encuentros de ese tipo en el baño en el que no había sexo como tal.

El sabía que no podía o no quería tener sexo con él para no estropear mi relación Andrés, su padre.

Por ejemplo, un día le pedí que se desnudara y me subí encima de el y comencé a frotar mis labios mayores encima de su pene erecto.

Eric gemía mientras me acariciaba los senos y las nalgas. Lo frotaba suavemente, sin prisas y comencé a gemir, para que el se excitara aún más.

Finalmente, algunas gotas de semen comenzaron a salir con fuerza seguidas de mucho más semen que fue a parar a su vientre.

A Erick le encantaba que le hiciera eso, porque tenía contacto directo con mi vulva y mis labios mayores, tanto que en ocasiones la cabeza de su pene había llegado a entrar un poco en mi, pero cuando eso sucedía lo sacaba casi de inmediato.

Pero si he de ser sincera, me he relajado en ese aspecto un poco, y lo he dejado estar dentro de mí, incluso por momentos un poco más prolongados.

No había querido reconocerlo, pero Erick ha estado más tiempo dentro de mí del que me hubiera gustado. No hay manera de negar que si hemos tenido relaciones con la excusa de que han sido pequeños resbalones de su pene dentro de mi.

Lo reconozco, lo que empezó como un juego con pequeñas concesiones de mi parte, se ha convertido muchas veces en sexo rico, resbalosito y… prohibido, porque ha entrado hasta el fondo, haciendo que se me escapen varios gemidos. Eso fue lo que sucedio la ultima vez que nos vimos, me dió de perrito muy rico.

Afortunadamente el ha aprendido a controlarse, espera a que tenga mis orgasmos y cuando le dan ganas de venirse lo hace, pero siempre eyacula fuera de mi.

A estas alturas Eric ya conoce a mi dulce intimidad. El ya ha estado dentro de mí varias veces. Una y otra vez ha entrado y salido de mi hasta llevarme al éxtasis.

Es difícil de explicar pero mis aventuras eróticas con Eric mejoraron mi vida sexual de pareja, casi sin darme cuenta. Cuando su padre estaba dentro de mi, pensaba en lo que hacía con su hijo y eso me excitaba aún más.

Con el tiempo el comenzó a tener otras parejas y ya no me buscaba tanto como al principio, pero cuando me llega a buscar, la pasamos muy bien.

Sin duda alguna Eric supo lo que es hacerle el amor a una mujer gracias a mi.

FIN

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