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Jóvenes en los vestuarios
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Esta experiencia sucedió durante un verano, en unos vestuarios de unas piscinas en las que coincidí con otros dos chicos.

Era una tarde de verano, hacía mucho calor y a mí me gustaba pasarme toda la tarde en las piscinas de mi pueblo hasta que avisaran de su cierre e incluso me tenían que llamar la atención para que me fuera. Antes de irme a casa me cambiaba en los vestuarios y algunas veces me duchaba también para no tener que esperar en casa si estaba el baño ocupado o discutir para pedirlo yo.

El caso es que en mi pueblo todo se sabe y habían llegado a mis oídos rumores de que dos chavales muy amigos se pajeaban juntos y uno se la había chupado al otro, algo que a mí me daba morbo pensar. Estos chicos iban con un grupo de amigos pero ellos dos a veces iban juntos y coincidían con mi horario para ir a la piscina. Un amigo mío en alguna ocasión les saludaba estando yo con él ya que habían ido al instituto juntos.

Una tarde estaba en los vestuarios cambiándome y observé que ellos llevaban un rato metidos en el mismo cubil se supone que cambiándose pero llevaban un buen rato allí (yo me asomaba por debajo para verles los pies porque no me creía que llevasen tanto tiempo metidos) hasta el punto que yo ya había acabado y estaba saliendo por la puerta. Aquello me hizo pensar si fuera cierto lo que decían que hacían juntos. Si se estaban pajeando o algo más… me imaginaba cualquier cosa, pero no noté nada extraño salvo que se metieron juntos a cambiarse un buen rato.

Aquella tarde no pasó nada pero yo, que había tenido alguna experiencia con algún chico (pajas mutuas etc…), estaba empezando a fantasear con lo que harían estos chicos y me ponía cachondo la idea de un encuentro los 3.

Una tarde en la que no hacía muy bueno para bañarse y la piscina estaba casi vacía (éramos 4 gatos) resulta que estaban estos chicos juntos y yo había acudido solo para nadar aprovechando que había poca gente. A una hora cercana al cierre los chicos fueron al vestuario. Yo en ese momento me puse a mil porque vi que era mi oportunidad al no haber nadie más dentro y pensé ir también a cambiarme para, de alguna forma, hablar de algo con ellos ya que mi amigo al haberles saludado había roto el hielo y con esa excusa les saludaría yo también. Y a lo mejor, al no haber nadie, cambiarme en la zona común o quizá lo hicieran ellos… en fin…. fantaseando.

Cuál fue mi gran suerte que los chicos acababan de entrar en las duchas cuando yo acudí a cambiarme. No lo he dicho, pero la zona de las duchas era abierta, eran duchas comunes, por lo que si ibas estabas en bolas delante de los demás que hubiera. En ese momento solo estaban ellos dos. El pulso se me acelero porque ya me imaginaba lo que estaban haciendo y lo que podría pasar si iba yo.

Así que con la adrenalina a tope y quitándome el bañador a toda prisa para aprovechar el momento de coincidir, allí me metí con ellos. Antes de entrar ya la tenía durísima, me daba apuro lo que pudieran pensar al verme pero los rumores en mi pueblo siempre solían ser ciertos y me la jugué a que no pasaría nada ya que ellos como poco se irían a pajear juntos. Y si no, como éramos chavales de la misma edad (yo 19 y ellos 18) bromearía con ellos sobre mi erección. Diría que acababa de ver a una tía que me pone o algo así. O simplemente no diría nada… qué iba a pasar porque dos chicos me la vieran dura, obviaría el tema.

ACERTÉ DE LLENO, nada más entrar a la zona de las duchas, ellos la tenían dura y uno se estaba pajeando. Al aparecer yo se llevaron un susto y rápidamente me dieron la espalda como avergonzándose de la situación. Pero como les había pillado tenían que ir a por la toalla a taparse o bien continuar… ellos no se esperaban que apareciera nadie ya que había muy poca gente. Al principio también me violenté y me vino a la cabeza si había sido buena idea aquello ya que en cierto modo les había intimidado aprovechando un poco la situación. Pero una vez allí y estado todos desnudos nos entró la risa floja y para normalizarlo les dije que no pasaba nada, que todos nos hacíamos pajas y que mira yo (señalando mi polla) también iba a hacérmela. Tras unos instantes, empezamos a mirarnos unos la polla de los otros, todas duras.

Primero abrí el agua y tras unos segundos en la ducha, empecé a jugar con mi polla a pajearme suavemente.

Ellos me miraron, no sabiendo qué hacer pero el que se estaba pajeando continuó su paja tímidamente y el otro empezó también. Yo para disimilar les dije que si habían visto una chica que estaba muy buena fuera y me dijeron quién era (ellos la conocían). Les dije que se imaginaran que entra aquí y nos la empieza a chupar y nos la follamos. Decidí tomar la iniciativa de la situación para suavizar lo intimidatorio que pudiera resultar que un desconocido para ellos les dirigiera su paja y se pusiera a pajearse también.

Les daba a entender que la paja me la hacía pensando en la chica, que era todo muy normal y que si no estuvieran ellos me hubiera pajeado igual ya que pensaba, al igual que ellos, que en los vestuarios había poco movimiento de gente. De hecho estábamos solos.

Pero en realidad todos estábamos pendientes de la polla de los otros, nos excitaba vérnosla. Yo seguí comentando lo que molaría si se la metiéramos por el culo, que si tenía pinta de guarra… todo para que se excitasen. Ellos ya cogiendo confianza se unieron a mi conversación morbosa… diciendo uno que si se la tiene que meter alguien por el culo que sería su amigo, señalando la polla de su colega (era el que más grande la tenía de los 3).

Llevábamos ya un rato y pensé en que nos corriéramos juntos. Siguiendo con la excusa de la tía les dije que lo que molaría es corrernos todos en su boca. Y le dije al de la polla grande: “tú el primero que seguro que disparas bien jeje. Y tú el último” le dije al que la tenía más pequeña de los tres.

Todo entre risas. A mí el ambiente de susto inicial, mezclado con su silencio pero su excitación, ya que estaban disfrutando de la paja grupal, me excitaba muchísimo. Ellos en parte seguían algo intimidados; yo era el que más hablaba porque les había “alterado” su plan en las duchas al aparecer.

De repente uno de ellos paró su ritmo de paja porque se iba a correr y así fue: lo echó en el suelo, dos o tres lefazos y poco a poco su erección fue bajando aunque no del todo. Yo estaba aguantándome así que fui el segundo en correrme una vez que el primero acabó ya que pese a mi iniciativa estaba confundido sobre cómo llevaban el ritmo de su paja y me daba apuro ser el primero en correrme. Pero una vez lo hizo uno de ellos, y por dar más morbo a la situación, me apresuré a ser el segundo y le dije al que faltaba por hacerlo que le retaba a ver si llegaba a dar a la pared con su corrida.

Me puse apuntando a una de las paredes desde cierta distancia y lancé 4 chorrazos, de los cuales el primero llegó a la pared. Ahora faltaba el último y le dije que a ver, tanta polla que tienes. El chico se puso al lado mío para mantener la misma distancia a la pared que yo pero alejado de mí para no pisar mi corrida. Lanzó unos cuantos chorros, pero ninguno dio a la pared. Aproveché para decirle, en broma, que para qué quiere tanta polla y que encima que estaba más cerca que yo de la pared, porque aunque estaba igual de alejado, su polla era más grande y era como si estuviera más cerca. Todos estos comentarios con la idea de que nos la mirásemos todos ya que a mí me ponía a mil hablar delante de él de mi polla, de su polla… como una especie de exhibicionismo. Me gusta analizar los detalles sobre las pollas de la gente con quien tengo estas experiencias.

Nos acabamos de duchar, nos vestimos ya en la zona común, porque no había nadie y después de lo que habíamos hecho lógicamente teníamos toda confianza para estar en bolas. Acabé en primero de cambiarme, pues ellos se tenían que poner unas playeras, yo llevaba unas chanclas. Me fui diciéndoles un simple “venga tíos, hasta luego”. Y me fui. Al haber pasado la excitación me volvía a sentir violentado y al no saber qué hablar después con los chicos y para olvidar la situación decidí despedirme cuanto antes.

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