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Joven culona entrega el culo para conseguir trabajo
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Cuando estaba por terminar mi carrera, debía de realizar las prácticas profesionales. Me pasó lo que a muchas chicas de la edad: tiraba currículums pero nunca me llamaban. Llegué a tener unas cuantas entrevistas pero no llegaban muy lejos, hasta que finalmente llegó una oportunidad muy buena.

Era para una compañía que se ajustaba a mis horarios, la paga era bastante buena y no me quedaba para nada lejos. Cuando me llamaron para agendar una entrevista se me comentó que me vería con el Arquitecto que sería mi jefe si me llegara a quedar con el trabajo. Cuando escuché eso, sabía que tenía una sola misión: ligarme al arquitecto.

El día de la entrevista llevé una blusa naranja, tengo los pechos medianos tirándole a pequeños, pero como el título del relato lo sugiere, mi busto no es mi mejor atributo, sino mi culo. Mi culo no es por estar gorda ya que estoy delgada; es un culo resultado de ir al gym y genética; un culo en forma, redondo y esponjoso. No por nada me llegaron a mandar foto de que en un baño de la universidad alguien escribió mi nombre completo y varios chicos le respondieron escribiendo al rededor cosas como “Está bien culona”, “Pinche culote delicioso”, “Culona”, etc. Retomando lo de la entrevista, me llevé un pantalón blanco que parecía de vestir con una tela suave para que se pudiera sentir la suavidad de mi culo.

Para la entrevista, me pasaron a una oficina que estaba bastante escondida dentro de un pasillo. Era algo pequeña pero al estar designada para entrevistas no me molestó. Estuve esperando unos minutos hasta que llegó el arquitecto. Era un hombre de aproximadamente unos 50 años, más alto que yo y viéndolo por encima se conservaba bien.

Todo fluyó normal, me pidió mi currículum y platicamos sobre mí y mis estudios. Durante la entrevista, yo trataba de que se me marcara el escote, le hablaba con una voz muy suave y me reía de todo lo que decía. En una de esas se me ocurrió tirar por accidente una hoja y antes de que el arquitecto la levantara por mí, yo me paré y caminé para recogerla. Esto, obviamente, con la finalidad de que me viera el culo, y más aún cuando, en lugar de agacharme, me estiré para agarrar la hoja, de modo que pudiera ver mi culo en todo su esplendor. La entrevista continúo mejor aún después de esto, yo lo notaba más interesado en mí y cuando menos me di cuenta ya estábamos hablando sobre nuestras vidas.

Al finalizar el tiempo, los dos nos pusimos de pie para despedirnos. Él me dijo que le caí muy bien, pero que todavía tenía que entrevistar a otros candidatos para saber que decisión tomar. Esta respuesta no me convenció mucho, por lo que caminé hacia él, comencé a jugar con su corbata y le dije:

—Pues… espero que si me quede. —Después de decirle esto, noté como pasó su lengua por los labios saboreando a su futura empleada.

—Ay niña, estás tentando al lobo —Me respondió, denotando el deseo en su tono de voz.

—¿Y qué me va a hacer? ¿Me va a comer? —le dije con un tono juguetón, acercándome poco a poco hacia sus labios, mientras sentía como su respiración se comenzaba a agitar.

—Ven aquí —me susurró antes de comenzar a besarme.

Nos comenzamos a besar con mucha pasión, yo lo sujetaba de los cachetes mientras él acariciaba mi espalda. Más pronto que tarde bajó su mano derecha hacia mi culo y le dio un buen apretón por encima del pantalón seguido de una nalgada, para después volver a apretarlo mientras me sujetaba de la espalda con su mano izquierda. Seguimos besándonos por varios segundos hasta que, se separó del beso.

—Si me entregas el culo te quedas con el trabajo— Me susurró al oído.

—Si… mi culo es tuyo— Le dije en voz baja.

Después, me dio media vuelta y yo apoyé mis manos en la mesa donde antes estábamos teniendo la entrevista mientras arqueaba la espalda y paraba el culo. El arquitecto se puso de rodillas y sólo sentí como restregaba su cara contra mis nalgas mientras con sus manos las apretaba.

—Pinche culote delicioso— Me dijo.

—Ah si… ¿te gusta mi culo?— Le respondí.

—Mmm mijita, cada vez las hacen más culonas— Me respondió.

Luego de la manoseada, finalmente comenzó a bajarme el pantalón, me quitó los tenis para poder desprenderme de mi pantalón y lo aventó a un lado. Ahora sólo me quedaba mi panty puesto. De pronto, sentí como seguía restregando su cara contra mi culo, como pasaba sus cachetes por mis nalgas sintiendo mi piel mientras me daba besitos en las nalgas.

Cuando finalmente se animó, me bajó el panty pero no me lo quitó por completo, sino que me lo dejó a la altura de las rodillas. Ahora tenía mi culo desnudo frente a él.

—Niñita, lo que estoy por hacer nunca lo había hecho antes, pero es que tu culo parece perfecto para hacerlo— Me dijo super emocionado.

—¿Hacer que…?— Le respondí.

—Mamar culo— Contestó, y antes de que pudiera decirle algo, sentí como me comenzó a chupar el culo.

No me las daré de blanca palomita, ya me habían chupado el culo antes y se siente delicioso. Me encanta recibir una buena mamada de culo antes de una rica cogida.

Me lo mamaba con mucha pasión, se notaba que era su primera vez porque era muy tosco en algunas ocasiones. A veces sacaba su lengua y lamía todo el alrededor de mi ano de una manera torpe, pero no evitó que yo disfrutara su rica chupada.

—Mmm si… mámamelo, mámame todo el culo, cómetelo entero— Le dije con una respiración agitada.

—Ayy que rico sabe tu culo pinche culona— Respondió —Que bueno que me vine sin desayunar.— Agregó en tono de burla, para después seguir mamando mi culo.

—¿Nunca habías mamado culo?— Le pregunté.

—No mija, nunca había mamado culo. Pero cuando vi el tuyo me dieron unas ganas tremendas de mamártelo todo, pinche culote delicioso. Mmm cuando estés trabajando aquí te mamaré el culo todos los días. Quiero llegar a mi despacho y mamar culo.— Contestó mientras restregaba su cara, manoseaba, apretaba y besaba el culo.

Para este punto ya estaba super caliente, sentía que ya no podía más y fue justo en este punto cuando lo escuché decir:

—Mmm ya quedó bien lubricadito tu culo. Tan rico que sabe… ahora te lo voy a romper—

Se puso de pie y escuché como se quitaba el cinturón y bajaba el pantalón. Cuando menos me lo esperaba, comencé a sentir su verga rozando mi culo. Primero la rozó contra mis nalgas, luego la comenzó a meter entre ellas pero sin penetrarme, sólo pasaba su verga en medio como si fuera un hotdog.

—Está bien suavecito tu culo— Me decía mientras hacía un hotdog con su verga y mis nalgas. —Tan esponjosito, ya quiero ver como este culo se pasea por el despacho… ¿Estás lista?—

—Sí…— le respondí —Rómpeme el culo, cógeme bien duro.

—A sus órdenes culona— Contestó y acto seguido comenzó a penetrarme lentamente.

Quiero recalcar que no le había visto la verga, todo este tiempo seguía de espaldas a él, por lo que me comencé a excitar más y más mientras sentía como seguía y seguía entrando lentamente hasta que finalmente topó su pelvis contra mi culo. Me tomó de la cintura con sus dos manos y comenzó a cogerme por el culo.

Empezó con unas cogidas suaves, escuchaba como mis nalgas daban suaves aplausos mientras los dos gemíamos. Poco a poco fue subiendo la intensidad, ahora ya no aplaudían, sino que tronaban. Yo quería gemir más fuerte, pero él me decía que no lo hiciera para evitar que nos escucharan, así que me tuve que contener mientras escuchaba como me tronaba el culo. Era algo increíble, nunca me había cogido alguien con una verga tan gruesa como la suya, mi culo le apretaba bastante rico y aun así él tenía la fuerza para cogerme muy fuerte sin ningún problema. Si bien, mamar culo no era su especialidad, se notaba que ya tenía experiencia rompiendo culos. Al final, lo único que sonaba en esa oficina era como me tronaba el culo.

—Pinche culona, eres la culona más puta que he conocido. Todavía no soy ni tu jefe y ya me andas entregando el culo ¿También me entregarás el culo para que te dé un aumento?— Me preguntó mientras me cogía

—Si… quiero crecer en esta empresa gracias a mi culo— Respondí entre gemidos

—Mmm, con ese culo vas a llegar muy lejos. Nadie te va a decir que no, todos querrán complacerte para que les entregues el culo. Una culona como tú puede hacer lo que quiera en este mundo de pervertidos.

—Ah si… usaré mi culo para conseguir lo que quiera.

—Otras chicas tienen el privilegio de ser hijas de papi, pero tú tienes el privilegio de estar bien culona, es el privilegio más rico de todos.

Toda esta rica conversación la tuvimos mientras me rompía el culo. Me calentaba que me digiera lo mucho que podía crecer dentro de la compañía gracias a mi culo. Era una delicia escuchar todo eso mientras me tronaban las nalgas.

Fue tanta la pasión, que dejé de estar de pie apoyada con las manos en la mesa, y pasé a reclinarme, ahora apoyándome en mis antebrazos sobre la mesa para recibir más rico y mejor la verga del arquitecto. En esta posición, se podían apreciar mejor mis caderas y la forma de corazón que tiene mi culo, cosa que el arquitecto no pasó por alto al decirme:

—Que rico durazno te cargas pinche culona.

Me siguió rompiendo el culo un buen rato, incluso llegó a detenerse en una ocasión para retomar energía, cosa que yo aproveché para comenzar a mover mi culo en círculos para seguir estimulándolo, esto lo calentó aún más y me siguió cogiendo el culo un buen rato. Obviamente tampoco faltaron las nalgadas, las cuales tronaban bien rico.

Cuando finalmente se vino, lo hizo dentro de mi culo, en esta recta final sus embestidas se volvieron más fuertes y rápidas, mi culo me comenzaba a arder y yo solté un fuerte gemido, pero rápidamente me tapé la boca con la mano y seguí recibiendo sus embestidas hasta que finalmente terminó de llenarme todo el culo de leche. Al terminar, nos quedamos los dos quietos sin despegarnos en nuestra posición. Cuando finalmente estuvo listo, sacó su verga de mi culo y me dio una nalgada.

—Bienvenida a la compañía, culona— Me dijo mientras se volvía a poner el pantalón.

Los dos nos vestimos y antes de despedirnos nos dimos un rico beso con agarrón de culo por su parte.

—Cuando sea tu primer día te quiero en mi oficina bien tempranito para desayunarme tu culo— me dijo antes de salir de la oficina.

Y fue así como salí con el culo roto de una entrevista de trabajo. Obviamente me quedé con el puesto y claro que en mi primer día recibí una buena mamada de culo por parte de mi ahora jefe.

Como dato extra, mi jefe me registró en su celular simplemente como "Culona".

Si quieren mandarme sus opiniones de mi relato, pueden dejar su comentario o algún correo en los comentarios y yo los contacto.

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