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Jorge Luis, su hermano y yo (IV): La erección matutina
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Ayudando con la erección mañanera.

Este es el cuarto relato de aquel fin de semana lleno de morbo, sexo y semen

La noche anterior ya nos habíamos corrido tres veces y dormimos tan exhaustos que nos quedamos toda la noche en la misma posición: La verga ya flácida de Hugo quedo pegada a mi culo y mi verga que estaba dormida quedo pegada al culo de Jorge.

Yo fui el primero en despertarme y fue muy grato darme cuenta que estábamos casi en la misma posición que la noche anterior, yo sentía la típica erección matutina de Hugo sobre mi culo y mi erección pegada a las nalgas de Jorge.

No quise moverme mucho, para no despertar a los hermanos, sin embargo, la urgencia por ir al baño me hizo no poder esperar más…

Llegué al baño y se imaginarán lo que estaba costando apuntar a la taza dada la erección que traía, en eso se abre la puerta del baño y era Jorge, venía desnudo y con una erección bastante prominente –Vaya, creo que alguien se despertó muy duro- dijo, viendo mi erección- Ven, ahí no se orina en la mañana, es imposible- y agarrándome por la cintura, me llevó a la regadera- aquí si puedes, yo te ayudo y tú me ayudas- tomó mi verga con su mano y yo agarré la suya, casi al momento de sentir el roce de nuestras manos sobre la verga del otro estas dieron un salto, Jorge empezó a orinar, al estar tan pronunciada su erección el chorro salió hacia arriba y caía en el piso con un fuerte estruendo, lo cual me hizo empezar a orinar también a mí.

Cuando Jorge terminó de orinar me dijo- hay que sacudirla- y se la empecé a sacudir moviendo mi mano de arriba hacia abajo por ese tronco lleno de venas que tanto me gustaba, las ultimas gotas de su orina se resbalaban por su tronco, el repetía la operación con mi verga que ya también había terminado de orinar.

Jorge se pegó a mi boca, sin quitar su mano de mi herramienta, nos fundimos en un ardiente beso, nuestras lenguas empezaron una batalla mientras nuestras manos recorrían la verga del otro, Jorge empezó a besarme el cuello, los hombros mis pezones y siguió bajando, cuando llegó a mi ombligo sentí como introdujo su lengua y empezó a juguetear con él, mi erección matutina ya se había convertido en una erección de placer, siguió bajando lamiendo los vellos que descendían de mi ombligo hasta llegar a mi verga.

Yo estaba sumamente excitado, y de vez en cuando dejaba escapar quejidos de placer, la lengua de Jorge empezó a jugar en la cabeza de mi verga, sentía como su lengua recorría cada centímetro, luego su lengua empezó a recorrer mi barra de carne, desde la cabeza hasta el tronco chupando cada centímetro, llegó a mis huevos y se los metió a la boca, su cálido aliento en ellos me hizo llevar mi mano hasta su cabeza y empezar a jugar con su cabello. Volvió a subir su lengua juguetona por todo mi instrumento siguiendo el camino que marcaban mis venas.

Llegó a mi cabeza y recogió con su lengua las primeras gotas de líquido preseminal que emanaba de ella y se la metió completa, empezó un mete y saca mientras jugueteaba con su lengua y sus manos agarraban mis nalgas para darle fuerza a la mamada que me estaba dando, mientras subía y bajaba por mi verga ya completamente erecta, apretaba sus labios suavemente alrededor de ella y de vez en cuando llegaba a la cabeza y se la sacaba para llenar mi cabeza de su saliva, yo estaba en la gloria. Después bajaba a mis huevos y los separaba con su lengua y se los metía a la boca, bajaba un poco más y llegaba a mi pirineo, las sensaciones me tenían al borde del orgasmo.

Entre suspiros le dije, estoy por correrme, se metió mi verga a su boca y empezó a jugar con su lengua dentro de ella, lo que mi hizo soltar 4 chorros de semen caliente en su boca, se levantó y me dio un beso en el que intercambiamos mi corrida.

-Es hora de que tu hagas tu ejercicio mañanero me dijo- empezó a empujar mi cabeza hacia abajo hasta que estuve frente a su deliciosa verga de 17 cm, llena de venas, pues no se había bajado su erección al contario, después del oral que me había hecho y de correrme en su boca estaba más llena de venas y mucho más dura, con una cabeza brillante por el precum que empezaba a escupir.

Cuando chupé su cabeza pude sentir el delicioso aroma matinal de la verga de Jorge: Las corridas de la noche anterior, la orina de hace un momento, el sudor por la noche calurosa que pasamos y el líquido seminal que ya empezaba a escurrir de su cabeza, esa combinación encendió un fuego dentro de mí.

Sin pensarlo más me llevé el mástil a la boca y empecé a jugar con mi lengua en aquel glande que ya estaba brilloso, recogí el líquido seminal con mi lengua y empecé a descender por su tronco siguiendo cada una de las venas que ya estaba marcada, hasta llegar a aquellos deliciosos y peludos huevos que me ponían como loco. Sin pensarlo dos veces, los campaneé con mi lengua pudiendo sentir el sabor a sudor, tan delicioso que me hizo llevarlos a mi boca primero uno y luego el otro, después los levanté suavemente con mi mano para abrirme paso hacía su pirineo y poder chuparlo y besarlo como él lo había hecho conmigo.

Volví a subir por toda su verga hasta llegar a su cabeza, antes de metérmela levanté la vista y le dije- cógeme por la boca- y me dispuse a metérmela, Jorge solo lanzó una risa maliciosa y agarró ambos lados de mi cabeza y empezó a meter y sacar su verga, podía sentir como sus huevos chocaban con mi mentón y como la punta de su verga llegaba al fondo de mi boca provocándome arcadas. Logré controlarlas respirando con la nariz, lo que me permitía aspirar su delicioso y embriagante aroma, me estuvo cogiendo como por 5 minutos cuando sentí que metió su verga hasta la mitad, apretó mi cabeza por detrás suavemente y soltó sus 5 chorros de semen caliente en mi boca, me levantó y nos fundimos lentamente un beso en el que ahora intercambiamos su leche.

-hay que bañarnos- dijo Jorge mientras prendía la regadera. Aquel baño y la corrida nos hizo despertar. Durante aquella ducha no pasó nada relevante.

Hasta aquí termina este 4 relato, de aquel candente fin de semana, en el siguiente relato les platicaré como preparar el desayuno se volvió una receta de sexo y placer entre los tres.

No olvides dejar tus comentarios y si tienes sugerencias para hacer mejor mis relatos también te las agradecería. Si gustas escribirme y platicamos ([email protected]).

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