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Isabel, un día de hastío
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Isabel había tenido una larga y aburrida semana, era fin del año escolar, estaba por presentar algunos exámenes, el estrés de estar por presentarlos había generado en ella un hastío que se agudizaba con el paso de los días e incluso de las horas.

Se dirigió a la nevera y bebió una cerveza de golpe, encendió un cigarro, dejando a medio leer una docena de libros en su alcoba boto el estudio decidió salir a caminar para despejarse.

Llevaba ya un rato caminando, en realidad deambulando sin nada que llamara su atención hasta que vio un par de tetas botar a cada paso que daba una chica con una larga melena marrón que se dirigía por la otra acera hacia ella.

Fueron varios metros en los que Isabel disfrutó del esfuerzo de aquella blusa rosada por no dejar escapar esas enormes tetas, Isabela deseó tanto tenerlas entre sus dientes que siguió con la mirada a aquella chica solo para descubrir que además venía acompañada por un trasero precioso enmarcado por unos jeans ajustadísimos que exponían la ropa interior que llevaba, Isabel se imaginó incluso el tono y el material de esa tanga haciendo juego con el color de esa cabellera raspando con el encaje de su confección su lengua…

Comenzó el cosquilleo entre las piernas de Isabel. De repente un tipo golpeó a media espalda a Isabel para ir apresurado a alcanzar el tremendo culo que se exhibía al otro lado de la calle, los vio encontrarse y discutir, a ratos se besaban y a ratos se maldecían, Isabel encendió otro cigarro y observaba lo que sucedía.

Fue entonces cuando tomados de la mano y sin decir palabras caminaron hasta un parque poco transitado e incluso peligroso, hallaron un árbol y ahí comenzaron a besarse y a maldecirse una vez más, el tipo se llenó de enojo, se disponía a marcharse cuando ella le grito:

-Seguro no vas a volver?

Se había bajado la blusa al ombligo, los tirantes resbalaban por sus brazos y él con una cara de encanto e ira volvió a ella, se estaban besando frenéticamente e Isabel se perdía del espectáculo, tomó camino para tener una mejor visión de aquello que a todas luces se sabía era un faje delicioso de dos amantes para ella desconocidos.

Cuándo encontró un buen lugar Isabel se despojó de su ropa interior y metió su mano bajo su vestido para meter uno a uno sus dedos hasta mantener 2 dentro de su concha, veía la desesperación con la que él hundía ese par de tetas dentro de su boca y su mano dentro de los jeans mientras que la chica frotaba la verga de su amante con las dos manos.

Ella no pudo más y se puso en cuclillas para poder mamar a placer ese tronco del que ya escurría en abundancia esa mucosidad que viene antes de una gran fiesta de semen.

Isabel estaba anonadada de ver como se tragaba semejante verga y golpe a golpe la llevaba hasta su garganta, quiso acercarse un poco más para ver esa conchita que en cuclillas se expresaba generosa, pero resbaló, el par de amantes saltaron asustados intentado cubrirse, la chica se acercó molesta a Isabel quien tenía una mano detrás ocultando su escurriente tanga y tomándola del cabello le preguntó qué es lo que estaba mirando…

-Que haces aquí maldita perra curiosa?!

-Solo salí a caminar, no intentaba espiarlos.

-Cómo te llamas? Estoy segura de que te he visto por aquí. Qué demonios traes en las manos?

-Nada! No traigo nada…

-También pregunté cómo te llamas estúpida! -Le reclamaba mientras agitaba sus tetas casi en la cara de Isabel

-Me llamo Isabel, vivo frente a la ferretería, en la 13.

-Polo, revísale lo que esconde, seguro nos estaba grabando esta pendeja! -Polo era el afortunado que comía sus tetas minutos antes.

-Jaja pero qué es esto?

-Grabó algo?

-Ana, no trae ninguna cámara o teléfono.

-Entonces que chingados esconde?

Polo tiró en la cara de Ana esa tanga pesada de humedad para después levantar el vestido de Isabel.

-Jaja pero que perra! Maldita puta caliente, desde cuando no te han cogido? -Decía Ana ridiculizándola.

-Pero que va! Con esa cara de emputada quien se la va a querer culear cariño?

-Pues te aseguro que follo más seguido que ustedes.

-Jajajaja -se reían al unísono

Isabel dirigiéndose a Polo le gritó:

-Pues te vi comerte un par de tetas como desesperado, pero te seguro que no le darías un orgasmo sin penetrarla, con solo sus tetas y tu lengua…

-Me vas a decir eso tu a mi? Además a mi chica le gustan las vergas no podrías darle lo que yo.

Ana lo interrumpió diciéndole:

-No contestes por mi querido quiero que me lo demuestre…!

Isabel la recargó sobre un árbol y comenzó a lamer uno de sus pezones mientras con sus dedos oprimía intermitentemente el otro y con ese jugueteo logró sacar gemidos de la boca de Ana que cada vez eran más difíciles de contener, en una escena alterna Polo jalaba con fuerza su polla disfrutando de aquel regalo, pero al mismo tiempo su orgullo de hombre vacilaba en su cabeza al ver cómo iba de un orgasmo a otro en segundos y apartó con recelo los dedos de Isabel para entrar a la contienda.

Ana tenía a su disposición un par de lenguas agitando sus sensibles tetas, ambas a ritmos diferentes y usando todo tipo de artificios para lograr una corrida memorable, a ratos sentía mordidas, golpes de saliva cuando las escupían, succiones a varias intensidades etc., las manos de Ana no podían quedarse quietas y buscaron la concha de Isabel y le verga de Polo, así los tres en un triángulo perfecto llegando Polo e Isabel a besarse sobre los pezones de Ana e intercambiando la saliva que escurra por sus escote, mientras ella metía los dedos con los fluidos de uno entre los labios del otro.

-Ana, esto no puede parar aquí quiero tenerlas a las dos… -dijo Polo.

Ana empujó a Isabel y tomándola nuevamente del cabello la empinó a merced de Polo quien sin dudarlo introdujo su enorme miembro en la mojada y palpitante cola de Isabel mientras la obligaba a comerse su puchita. Ana estaba siendo muy ruda con Isabel pero eso la encantaba.

-Polo, que rico me coges!

-Te gusta que mi novio te folle perra? Eso querías cuando nos mirabas?

-Oh si! Me abre súper rico! Pero realmente quería tu culo!

-Mi culo? Pues lo tendrás!

Ana no lo pensó más y se despojó totalmente del pantalón y dejando frente a la cara desencajada de Isabel la diminuta tanga negra tal como la había percibido minutos antes Ana estaba a punto de quitársela cuando Isabel la interrumpió:

-No, no tela quites por favor. Solo gírate!

Ana obedeció, con un gesto aún más pícaro abrió sus piernas y se agachó como una perra abriendo con sus dos manos su culo hermoso dejándose penetrar su apretado ano convulsivamente por la lengua de Isabel quien no dejaba de jalar sus pezones regalándole a Ana otra sesión de corridas, al ver escurrir esa cascada por las piernas de esa deliciosa mujer Isabel no pudo más y se corrió sobre Polo quien estalló dentro de la concha de Isabel, de forma simultánea los tres jadeaban en un orgasmo que les venía como efecto dominó, Ana fue a prisa por el coño de Isabel y antes de que se levantará succionó gota a gota el semen que había depositado ahí Polo, lamió los labios, las piernas y todo por donde había escurrido el semen de su novio, con él en la boca compartió con Isabel en un beso ya complacidos se quedaron allí sentados bajo el árbol cada uno con sonrisas involuntarias y sembrando el comienzo de una fastuosa amistad que apenas empieza…

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