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Tanto había cambiado su vida en los últimos tres meses, oficialmente divorciada y ahora su hijo iniciaba un programa de intercambio universitario y viajaba tres meses a Boston, Laura se despidió de su hijo en la puerta de embarque, las lágrimas brotaron de sus ojos y un halo de tristeza inundó su mente, no se encontraba sola desde que ella fue también una estudiante.

Salió del aeropuerto y se encendió un cigarro antes de desplazarse a su trabajo, no se encontraba lejos, trabajaba de directora en un centro de logística, aquella noche llego a su casa, un chalet adosado en las afueras, se quitó los zapatos y ceno escasamente, se fue a la cama y encendió el portátil, abrió la página de flightradar y vio que el avión de su hijo acababa de aterrizar, le envió un mensaje de voz y seguidamente abrió su correo electrónico, un correo le llamo la atención enseguida, era de la página de intercambio estudiantil, anunciándole cambios en el procedimiento.

Laura iba a recibir en su casa durante 2 meses a una chica universitaria a cambio de su hijo y adelantaba la llegada a dentro de unos días. El día llego y Laura después de todo la jornada limpiando y poniendo a punto la casa, sonó el timbre y apareció una chica delgada y atractiva, nada que ver con lo que Laura se imaginaba, una empollona, mojigata con gafas de cristales gruesos.

Después de que la chica se acomodara en la habitación de su hijo, cenaron en la cocina amigablemente, Estrella que es como se llamaba la chica aparentaba unos 24 años y estudiaba arte contemporáneo, sus rasgos eran asiáticos, de padre japonés y madre mejicana, era delgada y lucía un melena larga, sus ojos eran rasgados, de la misma altura que Laura y su piel tenía una tez muy morena, un sentimiento extraño recorrió el cuerpo de Laura.

La primera semana Estrella salía a estudiar y recorrer los museos, el fin de semana llegaba tarde, Laura la ayudaba en lo que necesitaba, una noche Laura al volver del trabajo vio a Estrella salir de ducharse totalmente desnuda, las dos se encontraron en el pasillo.

-¡Perdón! -se disculpó Estrella- ¡Pensé que estaba sola!

Laura no pudo evitar mirarla sensualmente de arriba abajo, Estrella llevaba el pelo recogido, sus tetitas eran dos melocotones con unos pezones duros y puntiagudos, su vientre liso y sus caderas estrechas con el coño rasurado y dejando ver una fina raja, unas piernas delgadas y unos pies diminutos y sexys y Estrella no se movió pese a notar que Laura la radiografiaba, dejo que observara su cuerpo un momento que pareció muy largo, pero en realidad fue muy corto.

-Voy a cambiarme -dijo Laura perturbada y sobrepasando a Estrella.

Laura se fue a su habitación, su cuerpo estaba inquieto, su mente alterada, se quitó la ropa y se puso un camisón y se tapó con una bata, cenaron y se fueron a dormir, Laura se estiro en la cama y hablo por videoconferencia con su hijo, no podía quitarse de la cabeza la imagen de Estrella desnuda, su mente fantaseo con ella y su coño se humedeció, se quitó las bragas y empezó a masturbarse y gemir hasta que se corrió.

Al día siguiente Laura se levantó y hizo café antes de irse a trabajar, Estrella apareció somnolienta y estirando los brazos.

-¡Buenos días dormilona! -le saludó Laura- ¿Has dormido bien?

-¡Te escuche como gemías y me pusiste cachonda! -le dijo sin tapujos Estrella.

-¡Con estas paredes! -contestó Laura sonrojada y avergonzada y llevándose la manos a la cara.

-¡No te lo tomes así! -le dijo Estrella acariciándola al verla avergonzada-¡Eres una hembra cariño y necesitas correrte!

Las palabras de Estrella aún hicieron sonrojarse más a Laura, estaba hablando en la cocina de su casa de correrse con una casi desconocida, pero aquella situación le volvió a humedecer el coño, se despidió y se fue a trabajar alterada, no pudo quitarse de la cabeza todo lo sucedido el día anterior.

Laura era joven aún, 39 años y 1.65 de estatura y un poco regordeta, media melena de color castaño, sus tetas se mantenían sin caerse todavía, sus caderas anchas y sus nalgas duras y con muy poca celulitis, sexualmente era una inexperta y su marido la tuvo tan insatisfecha que deseaba que su coño volviese a funcionar, pensar en Estrella le mojaba el coño, pero tan solo lo interpreto como una pensamiento fantasioso.

Aquella tarde llego tarde a casa, empezaba el fin de semana y Estrella la recibió con una sonrisa.

-¿No sales esta noche? -le pregunto Laura.

-No me voy a quedar en casa, podemos ver una peli.

Laura se cambió y se puso un camisón y unas braguitas, cenaron una pizza con un poco de vino y después de recoger los platos se sentaron en el sofá con un bol de palomitas, buscaron una peli en Amazon Prime.

Estrella junto su cuerpo con el de Laura, las dos comían palomitas, por un momento la pantalla del tv quedo en un segundo plano y las dos se miraron sensualmente, cosas que Laura se había planteado empezaron a ocurrir. Estrella se puso de rodillas le aparto el bol de palomitas y le giro la cara y empezó a darle pequeños picos en los labios.

Laura se hizo la sorprendida, pero en realidad le estaba ofreciendo su cuerpo y entregándose totalmente, Estrella la besaba en el cuello mientras le acariciaba las tetas, saco un pecho del camisón y le lamio el pezón, Laura gemía suavemente y Estrella empezó a intensificar sus caricias y le mordió los pezones mientras su mano le acaricio el coño por encima de las bragas, Laura se abría de piernas ofreciéndole su coño.

La mano de estrella se metió por debajo de las bragas y le acaricio los labios del coño, Laura soltó un suspiro placentero.

-¡A ver como tienes el chochito! -le susurró Estrella besándole el cuello.

Estrella empujo suavemente y dos dedos se metieron en el húmedo coño de Laura que soltó un gemido aplastante, el pulgar jugó con su inflamado clítoris, las dos empezaron a darse la lengua morbosamente.

-¡Tienes el chochito tan mojado!

-¡Estoy tan insatisfecha! -le sincero Laura

Estrella le quito el camisón y las bragas y las dejo caer en el suelo, le levantó las piernas y le chupo los pies, le pasaba la lengua por en medio de los dedos y le chupaba el dedo gordo.

-¡Me gusta cómo te huelen los pies! -le murmulló- ¡Eres un poco marrana!

Estrella se agacho y le abrió las piernas a Laura empujando sus caderas y llevando sus nalgas al borde del sofá y enterró la cabeza entre sus piernas y le abrió los labios vaginales con los dedos y empezó a lamerle la raja, Laura empezó a gemir con fuerza, la lengua de Estrella se paraba y le penetraba la raja luego la lamía de abajo a arriba.

-¡Tienes un chochito tan sabroso! -le murmuraba Estrella

Laura estaba fuertemente excitada y lanzaba fuertes suspiros y jadeos, se sujetaba las piernas con las manos.

-¡Me vas a volver loca! -aulló Laura

-¿Te gusta cómo te como el chochito gordita?

-¡Nunca me han dado con la lengua así!

Estrella empezó a lamerle el clítoris y Laura empezó a agitarse y chillar con fuerza, le temblaban las piernas y encogía los dedos de los pies, Estrella le mordió el clítoris y estiro de él como si quisiera arrancarlo, Laura gemía atronadoramente.

-¡Voy a hacer que te corras como una puta!

Laura experimentaba un placer nunca antes experimentado y había perdido el control de su cuerpo y su mente, las pupilas le desaparecían detrás de sus parpados y le sobrevino un orgasmo brutal y profundo.

-¡Cómo me he corrido! -balbuceaba Laura con la voz entrecortada.

Estrella la beso y la levanto y la empujo hacia su habitación.

-¡Te voy a follar gordita!

Laura no podía creer que una mujer la fuese a follar… tan solo tenía una vaga idea de cómo poder hacerlo entre ellas.

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