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Intercambio en una fiesta (1)
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Ella y yo nunca fuimos una pareja ejemplar, peleábamos cada tercer día por nada y por todo, chocaban nuestros gustos, a ella le gustaba la banda a mí el ska, ella era americanista y yo puma. Sin embargo, duramos cerca de un año y eso se debía a una sola cosa: Fornicábamos como locos, era lo único en lo que nos entendíamos y lo hacíamos muy bien. Para mí era imposible alejar mis manos de su cuerpo y sin importar que tan enojados llegáramos a estar jamás rechazo mis manoseos ni ninguno de mis arrebatos de lujuria.

Esos éramos nosotros, estudiantes de prepa que habían cogido de formas que pocas personas podrían presumir en toda una vida. Donde nos agarrara la calentura lo hacíamos, en los pasillos solitarios de la prepa, en los salones, parque Lira, en resumidas palabras donde fuera.

La cúspide de nuestros encuentros carnales sucedió en fiesta de una amiga del amigo de un amigo. Sorprendentemente en esa ocasión no hicimos lo que muchas veces fue nuestro modus operandi, beber cada quien por su lado y después de un rato desaparecer en alguna habitación, azotea, patio o baño. Desde que llegamos estuvimos juntos, bebiendo en la cocina moraditos (Siempre he creído que es un nombre muy puto para una bebida). Terminamos bebiendo directamente del galón Amy, yo recargado en la estufa y ella recargada en mi dándome la espalda, con mis brazos rodeando su cintura. Hasta parecíamos una pareja que se llevaba bien, como las que ponen en las novelas que leen las quinceañeras, Claro que la imagen se arruinaba cada que alzaba el galón de jugo y vodka para beber ella o para beber yo.

Parecía que esa noche no iríamos más allá de eso, pese que a ambos el alcohol nos ponía de ánimo. En ese momento entro mi carnal para romper el dulce momento que teníamos los tres: Betty, Amy y yo. Mi carnal en todo el sentido etimológico que Tintan y Marcelo le dieron a la palabra era una persona a la cual podía llamar hermano sin problema alguno porque para mí lo fue. Fuimos juntos a la misma secundaria, nunca nos conocimos pese a que los dos estuvimos dos años en la mañana y dos años en la tarde, con muchos amigos en común y sobre todo muchas novias y fajes de por medio. Eso provoco que en la prepa cuando nos conocimos y supimos todo esto, se produjera una sana competencia por ver quien era mejor que el otro para ligar jajaja.

En fin. Entro en la cocina con su novia en turno una chava de nuestra edad, bajita, delgada, blanca de cabello negro sobre los hombros y un escote en “V” que dejaba ver el nacimiento de sus pechos en desarrollo, que apenas llegaban a copa “b” Era en conjunto una chica atractiva de ojos color avellana claro. Él y yo teníamos gustos iguales. (ya sé que es mucha palabrería y aun no llego a lo bueno). Al vernos él pregunto -¿Aún hay algo de tomar?- Tome a mi nueva amante Amy me asegure de que estuviera bien cerrada y se la arroje pasando por encima de la mesa llena de botellas de todo tipo.

La atrapo a una mano como a balón de americano para después beber de ella, primero su novia y luego él. Le pedí cigarros y me los arrojo de igual forma que yo le había mandado a Amy. Atrapé la cajetilla la abrí y la puse frente a Betty para hacer nuestro ritual al fumar juntos: yo deslizaba un cigarro apenas sobresaliendo el filtro entero del resto, ella lo tomaba con los labios y con mi otra mano le encendía el cigarro, le daba una calada, acercaba sus labios a los míos para después pasarme el humo. Sabíamos que la gente siempre nos veía al hacer este numerito y nos gustaba que lo hicieran. Deje salir el humo del cigarro y lo inhale de nuevo por la nariz como en cascada que corre a la inversa.

Sabía que Hugo y su novia (Creo se llamaba Lis) aún nos miraban así que tome a Betty de la nuca y la acerque los escasos centímetro que nos separaban para besarla, ella también sabía que nos miraban, me tomo del cabello de la nuca, nos besamos tal vez a lo largo de dos minutos. Al separarnos para tomar nuestra anterior postura de parejita linda que se quieren seguían viéndonos, eso hizo que Betty y yo riéramos un poco, le di un mordisco en el lóbulo derecho.

Pasaron los minutos, con Amy agonizando, los 4 muy entonados seguíamos platicando, riendo, Betty y yo besándonos como si no hubiera nadie presente, pero para nada se nos olvidada que estábamos siendo vistos. En ocasiones cambiábamos papeles y nosotros los veíamos besarse, esos pequeños momentos en los que no había ojos sobre nosotros aprovechábamos para verlos y hacer otro de nuestros actos bien practicados, uno que hacíamos en toquines en C.U. o al viajar en metro. Ella ponía su mano derecha atrás de su espalda, después la metía por encima de mi cinturón para alcanzar mis testículos y jugar con ellos. Yo por mi parte con la mano derecha tomaba su seno y lo apretaba, sobaba o tiraba de su duro pezón a través de la ropa. Ella tenía unos senos de infarto, su talla en ese entonces era un sorprendente 34 “C” casi “D” mi mano no abarcaba sus senos. En cierto momento Lis nos vio en nuestro juego y en otro Hugo lo hizo. Eso sólo nos prendía más.

En cierto punto mientras Betty y yo nos besábamos Hugo dijo: – Ya párenle ¿No? ¡Pinches calientes!- Betty me dedico una sonrisa a centímetros de mi rostro de esas llenas de complicidad y los ojos irradiados de felicidad, del tipo que me daba sólo después de tener sexo. Volví a abrazarla desde atrás y con la cara sobre su hombro le dije a Hugo que estaba en la misma posición que nosotros – ¡No me puedes culpar! Tiene un cuerpo que me obliga a toquetearla- Betty me dio un manazo en el antebrazo y después reímos juntos, volví a morderle el lóbulo.

Hugo en un ademan que reconocí como uno de tantos que tenía cuando trataba de competir dijo: -Eso no es nada, Lis tiene un hermoso cuerpo y sus nalgas son redonditas y duritas- Esperaba que Lis le reprochara algo o le diera un golpe por el comentario y que después de eso los 4 riéramos, pero ella en su lugar respondió: -Ella tiene unos senos enormes, nada le gana a eso- La forma en que lo dijo, el tono y el hecho que mientras lo decía no dejaba de verle los pechos a Betty encendió un interruptor en mi que me dijo que esto se pondría interesante.

Parecía que nuestras muestras de pasión y el trabajo propio de mi carnal la habían calentado bastante y yo quería aprovechar eso. Mis manos habían terminado en los bolsillos delanteros de Betty, me apresure a sacarlas, mi corazón se aceleró, sentía que todo el cuerpo estaba siendo golpeado desde adentro con un martilló, puse mis manos en los senos de Betty (Se apretó un poco más contra mí) viendo a la boca entre abierta de Lis solté lo que podía ser la antesala de un desastre -¿Quieres tocarlos?- No sabía que pensaría Betty al respecto, pero ella siempre seguía mis juegos perversos así que confiaba en ella. Subí la mirada a la cara de Hugo para ver si aprobaba lo que le proponía a su novia. Él también veía los senos de Betty. Se sorprendió un poco al notar que lo veía, pero enseguida hizo una cara de complicidad y retiro las manos de las caderas de Lis.

Como acto reflejo al ser liberada ella camino alrededor de la mesa sin decir nada hasta quedar a menos de un paso de nosotros. Con mi mano izquierda sujeté su mano y la puse sobre el seno izquierdo de Betty, las dos dejaron salir un leve suspiro. Hice que presionara el seno sobre el duro pezón, lo repetí varias veces hasta que ella comenzó a hacerlo por su propia cuenta, lo levanto, peso, apretó y tiro de él.

Pude ver como se le enrojecieron las mejillas a Lis, mire a Hugo que estaba encantado con el show, las pequeñas manos de su novia sobre los grandes senos de mi novia. Betty puso su mano en la cadera de Lis y la atrajo un poco más asía ella. -¿Entonces que piensas?- Le dije. Con los ojos como platos y la boca aun entre abierta me miro -Son muy grandes y suaves !¡Muy suaves!- no deje de verla a los ojos y ella ahora tenía su mano izquierda tomando la otra mano de Betty. -¡Por eso las tuyas son mejores!- Dijo Hugo al otro lado de la mesa -Son firmes, redondas y duritas- Los tres volteamos a verlo. -¡Pues deberías de comprobarlo baboso!- Canturreo Betty un poco indignada. Había mordido el anzuelo que él había tirado (O simplemente ella quería que él la tocará) Yo solo le sonreí a Hugo para que supiera que no había problema.

Camino alrededor de la mesa y de inmediato sin esperar nada tomo el otro seno de Betty, ella contrajo las nalgas sobre el bulto en mi pantalón. -¡No es justo! ¡Yo también quiero saber cuáles son mejores!- Les dije a los tres y retire a Betty del frente mío, Lis dio un paso atrás topando con la mesa, deje a mi novia y mi mejor amigo a que hicieran lo suyo. Me aproxime a Lis y sin pedir permiso o esperar una señal la tome de la cintura, metí mi pierna derecha entre las de ella, pegue mi erección a su cuerpo, mis testículos en su delgada pierna y mi pene contra su vientre, la mire a los ojos y tome su seno izquierdo.

De inmediato puso su mano derecha en mi pecho y la apretó mientras inicie un ritmo cadencioso al estrujar su firme seno. Cabía perfecto en mi mano, la miraba a los ojos y la oía resoplar con la boca entre abierta, mi mano que tomaba su cintura quedaba fuera de la vista de Hugo y Betty así que la deslice a su culo, llevaba un pantalón sastre negro y pude sentir en todo su esplendor ese firme y redondo trasero, a través de la tela pude notar que llevaba una tanga, le apreté la nalga con fuerza, Dejo salir un leve gemido y movió su pelvis contra mi pierna yo por mi parte me asegure que sintiera la punta de mi pene clavarse en su estómago.

Volteé a ver a Betty y Hugo, ella tenía sus manos sobre las de él guiándolas para que le sobara los pechos en la forma que le gustaba. -¿Quieren ver algo genial?- Les pregunte viendo a los ojos a Lis, Ella sólo asintió con la cabeza y Hugo pregunto -¿De qué trata?- -Ya lo veras- Respondí. Con la cabeza le hice una señal para que se pusiera junto a su novia en la mesa al tiempo que yo camine asía Betty, la bese de nuevo, un beso rápido pero apasionado, podía ver que estaba muy excitada con todo esto. Pase mis manos por su cintura, me acerque a su oído y le susurre -Esto será divertido- Clavo sus uñas en mis hombros, me incline más a su oído, ella lo levanto para que le mordiera el lóbulo, en lugar de eso me fui directo al cuello, le di un buen mordisco al tiempo que con las manos le desabrochaba el bra por encima del suéter de tela negra que llevaba. Lo hice como un pro, al final de cuentas era ella la que me había enseñado a hacerlo rápido y en un solo movimiento. Deje de morder su cuello, tenía esa expresión de asombro y comenzaba a respirar acelerado, sólo la mire unos segundos y cambió a esa mirada perversa que ella sabía me prendía.

Me puse a espaldas de Betty con mis manos en la parte baja de su suéter viendo las miradas de Lis y Hugo lo levante lentamente junto con el bra, lo hice pasar sobre su cabeza, pero deje sus manos dentro del suéter sujetándolas con una mano atrás de su nuca. Sabía de sobra que esa era una imagen impactante, siempre que la veía desnudarse me causaba el mismo asombro. Era como ver una fusión de una pintura entre Remedios Varo y Botero, una delgada figura estilizada con hombros y brazos delgados, una cintura pequeña, unas caderas apenas torneadas.

En contraste con sus redondos, gordos y grandes senos, con esos duros pezones negros que en comparación al tamaño de los pechos eran pequeños. Pese a lo grandes que eran sus senos no caían mucho al estar al aire libre. Vi que nuestro público estaba sorprendido. Termine de quitarle el suéter y el bra para que bajara los brazos, tome el pecho derecho, me lleve el pezón a la boca para morderlo mientras Betty tiraba del cabello de mi nuca. -¿Ahora que piensas?-Le pregunte a Hugo. Lo vi tragar saliva aún que el después lo negó. No dijo nada se limitó a acercarse y chupar el otro pecho de Betty.

Yo no iba a perder el tiempo viéndolos, aun que en otras situación con gusto lo hubiera hecho, pero yo quería seguir tocando ese culo duro de Lis. La tome por la cintura y me asegure que sintiera toda mi erección, la bese de forma intensa y le mordí el labio inferior, ese que llevaba rato llamando mi atención, la tome por las nalgas y la levante haciendo que me rodeara con sus piernas, pude sentir el calor de su sexo contra mi pene y la punta de mis dedos, Mi miembro comenzaba a doler dentro de mis jeans. La puse sobre la mesa tirando algunas botellas al piso. Las manos de ella estaban en mis hombros, en cuanto quedo sentada en la mesa beso y mordió mi cuello, eso siempre me hace estremecer.

Gire mi rostro para que ella pudiera morderme mejor, vi a Betty recargada en la estufa con las dos manos a los costados sobre la misma, levemente inclinada hacia atrás para dejar que Hugo pudiera chupar mejor sus pechos. Ella me miraba fijamente, él con las dos manos le apretó los senos, ella cerro los ojos y dejo salir un gemido, cuando los abrió yo me mordía el labio, sonrío, apretó con una mano la cabeza de él contra su seno y volvió a cerrar los ojos.

Fue el momento que aproveché para tomar la mano derecha de Lis por la muñeca, que por el ángulo en que estábamos quedaba fuera de la vista de ellos, la dirigí hasta el bulto de mi pantalón y sin dudarlo lo apretó con sus deditos. Con mi mano derecha me hice camino por debajo de su blusa y por debajo de su bra hasta topar con un mini pezón duro.

Se oyeron voces de borrachos afuera de la cocina he instintivamente los 4 nos separamos. Betty se volteó para ponerse su suéter, Hugo se acomodó el cabello y se puso a Amy frente a sus piernas, Lis se bajó de un salto de la mesa acomodándose la blusa, yo con la mano izquierda acomode de lado mi verga, metí la mano a la bolsa del pantalón para sujetarla y que no brincara mi erección a la vista. Camine a la puerta de la cocina, agudice el oído y no escuche nada, mire si Betty ya estaba tapada, se giró terminando de bajar su suéter. Ver sus pezones duros a través de la delgada tela, ¡Era tan erótico! Me leyó la mente y cruzo sus brazos sobre sus pechos, con la mirada un poco molesta me indico que me asomara, lo hice y no había ya nadie en el pasillo, durante unos segundo me quede mirando, esperando que nadie regresara. Cerré la puerta, le puse seguro y acomodé una silla inclinada bajo la manija de la puerta. Soltamos una risa nerviosa.

Los 4 comenzamos a temblar, trate de decir algo, pero los dientes me castañeaban, era el golpe de adrenalina, Betty y yo sabíamos que teníamos que dejar que se pasara para poder continuar, nos había pasado en otras ocasiones, Betty, Lis y yo nos acercamos a la mesa y comenzamos a tomar las botellas para echarlas a un bote grande de basura que Hugo al ver lo que hacíamos nos acercó. Cuando la mesa estuvo despejada Betty prendió un cigarro y me lo paso, prendió otro y se lo dio a Hugo. Seguíamos en silencio con el humo de los cigarros subiendo como raíces al aire. Miradas nada más, Hugo mirando a Lis, Betty a ambos, yo a los 3 y después cambiábamos, Lis viéndome, Betty viéndome, Hugo viendo a Betty y aún ni un solo ruido.

Lis me quito el cigarro de la boca, le fumo y dijo: -Necesito tomar algo- Le puso el cigarro en la boca a Betty, mire a mi carnal y los dos asentimos a la vez el juego aun continuaba. Tomó de la mano a Lis y la llevo al refrigerador al otro lado de la cocina para buscar alcohol. Me aproxime a Betty, la tome del brazo y la hice quedar de espadas a ellos, le pase las manos por la cintura, mordí su lóbulo y le dije en voz baja -¿Que tan lejos quieres llegar?- le metí la mano por debajo del pantalón para sentir su caliente y mojado coño ¡Estaba empapada!, saco mi mano, se giró para dirigir mis dedos a mi boca, en cuanto los chupé, metió su mano en mi pantalón me apretó las bolas y después el pene, mojando sus dedos en liquido pre seminal que goteaba de él, sacó la mano, separó los dedos para ver mejor la hebra del espeso liquido transparente y los chupó.

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