Mi esposa Rudy y su amiga Naty cada vez buscando nuevas experiencias. Esta vez y por motivo de mi cumpleaños, mi esposita invitó a su amiga para una cena en nuestro departamento.
Era viernes, mi cumpleaños había sido el miércoles pero mi mujer quería celebrármelo de una manera diferente. Llegué de la oficina cerca de las 6 pm y pude percatarme que mis hijos no estaban… acudí al dormitorio para preguntar a mi esposa que sucedía, en donde le veo a ella que había salido de la ducha.
Mientras hablábamos se colocaba un conjunto con ligueros y encajes. Sólo viéndole se me empinó mis 18 cm de chorizo y enseguida fui por sus nalgas, a lo que respondió que la noche era larga.
Me duché y me puse ropa cómoda y luego tocaron el timbre; acudo a la puerta y le veo a su amiguita Naty acompañado de su marido. Yo lo conocí alguna vez pero apenas intercambiamos palabras. Pasaron a la sala y se sintieron cómodos. Cenamos y platicamos amenamente hasta que las chicas se levantaron y dijeron que regresaban con el postre. Tardaron un poco pero cuando vinieron pude notar que este cumpleaños iba a ser inolvidable; pude notar que mi mujer venía en ropo interior; su amiga Naty estaba con un traje rojo y claramente se le veían sus enormes tetas.
Pasamos a la sala y cada uno empezó a bailar con su mujer. Yo empecé abrazando y besando a mi mujer que estaba deliciosa. Apretaba sus nalgas y le sobaba el ano por encima mientras ella me abrazaba y sentía mi paquete erecto. Naty por su parte estaba de espaldas a su marido y este le magreaba las tetas mientras ella sentía el miembro erecto de su marido. Pasó un momento y nuestras mujercitas empezaron a sacarnos la ropa hasta que con el baile, el manoseo y las caricias quedamos desnudos…
Ambas zorras se hincaron y empezaron su faena. Pude ver una tremenda erección del esposo de Naty, quién tenía una verga grande calculo de unos 18 cm. Tenía el prepucio entero y cubría su glande, a lo que Naty cada vez que lo mamaba, destapaba la piel con sus labios, dejando ver una cabeza roja llena de fluidos de su marido. A diferencia de mi, yo soy circuncidado y por ello cuando mi pene entra en contacto con los labios de una putita, se me hincha la cabeza como si fuera un hongo.
Nos mamaron a cada uno por cerca de 10 minutos, Rudy me escupía y luego lamia las bolas y el pene, succionando mi uretra y provocando espasmos en mi próstata… Realmente delicioso. Naty le dio la vuelta a su marido y le lamía el niece o zona entre las bolas y el ano. El cabrón jadeaba de tanto placer que le daba. De verdad ya no soportábamos más… incorporamos a nuestras mujercitas y era hora de culear. Le hice a un lado el hilo empapado de mi mujer y le puse en cuatro patas sobre el sofá. Le escupí en la vagina y empecé a meterle mi miembro una y otra vez. Mientras tanto el marido de Naty se acostó con su verga empinada a nuestro lado, y Naty se subió y empezó a cabalgar; sus tetas se movían de arriba hacia abajo y podía ver cómo le entraba la verga complemente de su marido.
Mi esposa que se encontraba de a perrito se acercó al marido de Naty y se dieron un beso, y el cabron empezó a tocarle las tetas a mi mujer… es decir, le mamaba las tetas a Naty y luego besaba a mi mujer cogiendo sus pezones y apretándolos. Al cabo de un rato, Naty se levanta y se dirige a mi besándome y apartándome de mi esposa. Su marido se levanta y va por las nalgas de mi mujer. Naty se pone en cuatro al igual que Rudy pero esta vez cada una con diferente verga. Le puse saliva en el ojete a Naty y empecé a dilatar su ano con mis dedos… le pasaba mi verga por la raya del culo mientras le daba dedo en su ano. Al cabo de unos instantes me cogí del pene y empecé a mandarlo lentamente por su ojete delicioso. El bombeo era suave hasta que entre todo mi chorizo y una vez adentro empezamos a coger duro analmente.
En estas me percato que mi esposa tenía el ano totalmente dilatado y el cabron se había puesto en una posición que frenéticamente le metía solo la cabeza del pene en el ojete de mi mujer una y otra vez, provocando un placer bien cochino en ella. Era bien cabron ver la cabeza del pene roja e hinchada abriendo el culo de Rudy y eso me excitaba más. Cogimos duro analmente a estas dos guarras por unos minutos hasta que era hora del sándwich.
Saque mi pene del culo de Naty y me acosté en el sofá. Naty se acercó y cabalgó su chepa en mi verga y luego de unos cuantos bombeos mientras succionaba sus tetas, veo que se acerca su marido, se sitúa atrás de ella y mete su miembro en el ojete de su esposita; está doble penetración estuvo salvaje ya que el cabron le daba duro a su mujer, incluso tuve que parar mis movimientos para que el hdp se destape en el culo de Naty. Ella estaba hasta el límite de placer hasta que terminaba una y otra vez saliéndole leche de las tetas que yo aprovechaba y le succionaba. En un momento Naty no daba más y fuimos por mi mujer que esperaba a un lado su turno.
De pie le tomé a mi mujer de las piernas y le hice caer lentamente hacia mi pene penetrándola vaginalmente. Mientras el marido de Naty se acerca por atrás y le inserta su miembro el ojete. Mi mujer dio un grito de placer y empezamos la doble penetración de una manera brutal. Los tres éramos uno solo, culeando y tomando los jugos que nos ofrecía mi mujercita; en un momento sentí como el cabron empezó a terminar ya que su pene vibraba mucho y provocó que yo también terminara con todo. Allí estábamos dos machos dejando todo nuestro esperma en los agujeros de mi esposa mientras ella lanzaba chorros de líquidos a través de su vulva hinchada de tanto placer.
Nos separamos y descansamos en la sala durante un rato. El marido de Naty me dijo que podía coger con su mujer las veces que quería, siempre y cuando él pueda hacer lo mismo con Rudy. Acordamos esto y decidimos que cada uno dormiría esa noche con la mujer del otro, y así lo hicimos. Naty y yo pasamos culeando toda la noche, mientras escuchaba los gritos de placer que daba mi mujer en el otro cuarto.
Al día siguiente encontré a mi mujer en la cocina vestida con la camisa de su amante. Me acerqué y quise tocar su culo a lo que me respondió que por favor no porque lo tenía destrozado, sin duda el cabron le dio solo por allí. Desayunamos y tomaron sus cosas y se marcharon. Hasta una próxima oportunidad según vi el rostro sonriente del marido de Naty quién sació sus bajos instintos con mi mujercita.
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