Me acosté con una bruja
la noche de Halloween.
Me transportó a un hostal inn,
y por poco no me estruja:
tanto deseaba mi aguja.
Sus tetas las saboreé,
su coño lo traspasé.
Ella gritaba y gritaba,
más cuando yo más le daba.
Ella gozó y yo gocé.
A mi casa regresé,
y vino una vampiresa
que me la puso muy tiesa.
Su inmortal cuerpo deseé,
mas su boca penetré.
Maravillosa mamada,
en sus colmillos mi espada.
Y mi semen se tragó,
como sangre lo sorbió. .
Me raptó la condenada.