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Iniciando a mi esposa (3)
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Hola a todo (as) que han leído las historias de mi esposa.

Este tercer episodio voy a saltar un poco para que ya haya más acción. Les vuelvo a recordar todas estas son vivencias 100% reales. Trataré de ser lo más explícito posible.

Como todos(as) ustedes saben la protagonista de estas vivencias es mi esposa P, que por si hay alguien que no ha leído los otros relatos, la describiré rápido.

Ella es bajita 1.59 muy delgadita pesa apenas los 42 Kg. Tiene tetitas de niña, pezoncitos chiquitos y rosas, un culo redondo de miedo y una pepa espectacular pelona y con labios chiquitos y rositas, siempre huele bien. Le gusta vestir muy provocativa y cuando usa licras nunca usa tanga, por ende siempre trae un camel toe muy marcado.

Esta historia fue hace ya 12 años en el 2012. Tuvimos que ir a CDMX por nuestras visas. Estando ahí cuando acudimos a nuestra cita, por alguna razón la nuestra se había cancelado. Pero para nosotros eso no era permisible, ya que vivimos en el extranjero y la necesitábamos de verdad. Con la insistencia de mi esposa no dieron otra cita al día siguiente y nos tuvimos que quedar otro día o dos más no lo recuerdo. Eso no es importante, lo importante es que tuvimos nuestra cita y nos aprobaron nuestra visa de inversión, estábamos muy contentos.

Ya con el cometido logrado nos pusimos a pistear e invitamos al cuñado de P. Él tiene su trabajo en CDMX.

Él tiene conociendo a P desde hace muchos años el se casó mucho tiempo antes que nosotros y fue el único novio de mi cuñada, la hermana de P.

Estuvimos primero tomando P y yo y ya para la cena llego mi concuño. La cena muy bien en la Condesa, comida, tragos, risas, vivencias, recuerdos.

Como la noche era larga nos fuimos de antro a un cantabar en Polanco. Desde ahí me empezó a decir P que mi concuño le estaba pidiendo un beso, a lo que yo no le decía nada, paso el tiempo y como eso de las 3 am. Decidimos irnos el taxi llevo primero a el a su departamento, para mi sorpresa cuando se baja el del coche, ella se baja con el charlan un poco y se suben de vuelta los dos me dice P mi cuñado se viene al hotel con nosotros.

Llegamos al hotel Camino Real de Polanco y la caminata esta larga, yo tenía que llegar al cuarto porque necesitaba ir al baño. Todo el camino ellos venían atrás de mi y ella me gritaba para que los esperara y cuando lo hacía me decía que su cuñado la quería besar. Llegué al cuarto me metí al baño y todavía me volvió a decir lo mismo P, que la quería besar. Como ya traíamos copas de más todo se repita en más de una ocasión. Cuando la tercera vez que me comentó lo mismo, le dije… Agarratelo a los besos ya no me estés molestando, a lo que me respondió de inmediato; de plano, pero es el esposo de mi hermana. Entonces le contesté; mándalo a la chingada entonces.

Salgo del baño y ahí estaban los 2, solo faltaba que nos acomodáramos en la cama. P le dijo a su cuñado que el en medio a lo que el se negó… jajaja. El le pedía a mi esposa que le ayudara a quitarse el pantalón y ella no quería, hasta que le dije quítaselo y encuérate y métete a la cama, a lo que me contestó pero me quito la tanga también, le dije que si. Yo ya estaba desnudo dentro de la cama. Ella se metió se sacó su pequeña tanga y la saco por arriba, al ver esto cuñado, se metió a la cama lo más rápido que pudo.

No pasaron ni dos minutos y ella ya tenía manos por todos lados. Yo por buen pedo y dar ese par de minutos. El ya la estaba besando, con una mano le agarraba una de sus tetitas y la otra me la topé ya dentro de la pepita pelona cerradita y hermosa de mi putita. Total no podía hacer nada, este cabrón la tenía toda ocupada. Boca, besándola bestialmente, tetas me dejo una y panocha la estaba dedeando a placer.

No me quedo mas que esperar mi turno, que llegó justo despues de que el la montó así de misionero se la clavo todititita mientras la seguía besando, yo solo me conformaba con ver ese espectáculo. Ella siendo cogida por un miembro de la familia. La traía paradísima. En el momento que mi concuño terminó se salió y se quedó dormido a un lado.

Yo no desaproveché ahora si ni un minuto y la puse en cuatro, la verga le entró como pan en mantequilla, seguía llena de mecos. La cogí hasta que me vine.

Cuando nos levantamos como a las 8:30, mi concuño ya no estaba, pero le avente otro cogidon mañanero recordando su primera vez cogiendo con un familiar

Continuará…

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