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Infiel otra vez en la oficina
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Como les conté en mi primera historia, me gustan que los hombres se fijen en mí, no sólo por mis curvas, sino sobre todo que me compren regalos, desde que estaba con Juan me hizo sentir una verdadera princesa, me invitaba a comer a muy buenos lugares, me regalaba muy buenas carteras y me invitaba de vacaciones a destinos increíbles. Juan era un novio muy preocupado por mí, tanto en la oficina como en la casa, era mi jefe como les conté en mi otro relato.

Me sentía enamorada de él, pero como soy una chica muy interesada siempre quería lo mejor para mí, su verga no era de mi total agrado y menos aún su apariencia física que era un viejo gordo. Gracias a Juan, que me promovió a ser jefa fui creciendo en mi carrera profesional. Sin embargo, llegó el momento de hablar de tener hijos y esas cosas que hacen soñar tener una vida como familia. Ya me acercaba a los 30 años y quería tener un bebé, por supuesto que Juan también quería lo mismo. Sabía que teníamos que tener relaciones más seguidas en los días fértiles. Justo esos días iban a caer en la semana laboral, donde ambos trabajamos arduamente.

Me puse creativa y pensé que mejor que tener relaciones en la oficina, me arreglé y me maquillé, también me vestí para ese día con ropa interior muy sexy, encajes y medias muy seductoras, me puse un hilo dental muy picante y diminuto de color negro, un vestido ajustado a mi cuerpo que realzaba mi figura, además de unos tacones ajugas que me encanta, ya que hace notar mi estupendo trasero.

Estando ya en mi oficina personal, a mediados de mañana y yo muy cachonda, decidí ir a donde Juan, cuya oficina estaba entremedio de una sala de reuniones, a pasos de mi oficina; pero antes quise darle una sorpresa mejor, decidí sacarme el vestido e ir velozmente a su oficina para que nadie me viese semidesnuda o, sino que pensarían de mi jejeje.

Entré a la oficina de Juan, sin previo aviso, grave error, él no estaba sólo sino con nuestro gran jefe Daniel, quién es parte de la familia dueña de la empresa, al parecer estaban revisando los números del negocio. Yo muy ingenua, entré sin preguntar, moviendo mis caderas y con mis tetas al aire sólo cubierta con un sujetador que tapaba algo mis pezones, y lo más vergonzoso es que alcancé a decir a viva voz: “¿Dónde está el guapetón de mi jefe y el más lindo de la oficina?”

Miré a Juan como se le salían los ojos y se quería esconder de lo bochornoso de la situación, estaba completamente congelado sin decir ninguna palabra, cuando giro con mi vista y visualizo a Daniel que queda espantado, veo como sus ojos de lobo hambriento se sobresalen, me tritura con su mirada de arriba abajo y abajo arriba una y otra vez.

Daniel balbucea -“¿Quién es esta putita que está acá Juan?”-

Juan responde – “Es la jefa del equipo de gestión.”

Es entonces que me asusto y por cuidar mi trabajo, tomo la iniciativa muy espontáneamente y me muevo hacia donde estaba Daniel, sentado en su silla, lo saludo con un beso muy cariñoso y tratando que mis tetas toquen la cara de él, me presento: “Soy Ignacia, veo que están viendo los reportes financieros”, cuando digo esto último giro y me acerco a la mesa, mientras que me agacho a propósito para mirar las gráficas y así mostrar mi trasero, literalmente en la cara de Daniel.

En dicho instante, es cuando Daniel exclama: “¡Qué culo más rico y grandote tienes!” Es cuando siento que sus manos me agarran mis nalgas y me da unas nalgadas bastantes fuertes. Daniel, sentencia: “Estos blancos cachetes necesitan un poco de color al parecer”, es ahí que me siento sobre su regazo y siento como su verga está excitada debajo de sus pantalones, se sentía que era como salchichón de lo grande que la tenía y que sólo quería salir. Obviamente, ya estaba muy excitada y mi conchita estaba muy mojadita.

Después de unos segundos, que parecían minutos, el sobajeo que estábamos realizando al frente de Juan se intensificó, muevo mi cola con movimientos de arriba abajo. Daniel mueve sus manos a mis tetas y me las manosea fuerte y, descaradamente, como si Juan no existiese. Yo me mordía el labio de lo bien que gozaba y miraba a Juan que estaba al frente mío, quién ya estaba medio triste por el acto que estaba viendo.

Juan levanta la voz y nos dice: “¡Basta ya, Daniel por favor detente, no sabes que Ignacia tiene pareja!”

Daniel responde: “¿Qué pareja va a tener esta zorra?” -continúa aseverando- “Esta tetona hay que puro darle en cuatro para reventarle ese poto, no ves que eso es lo que está pidiendo”.

Yo, sin querer, balbuceo tímidamente: “¡Ay si… por favor!” Juan sentencia, ya con los ojos llorosos: “Pero Daniel, tú tienes novia, me lo dijiste hace un rato y que además te vas a casar”.

Daniel exclama: “Ahora qué lo dices, esta culona se parece a mi novia, que también tiene un culo grande y duro”, continuó – “Eso si esta mamacita tiene unas tetas que hay que comérselas ahora mismo, están a punto de explotar de lo grande que están.”

Daniel me toma raudamente de las manos y me lleva a la sala de reunión que estaba al lado de mi oficina, dejamos a Juan atrás en la suya, me mete adentro y de una saca su verga de su pantalón, luego me baja de una mi colaless y me la mete en mi vagina que ya estaba húmeda y mojada, justo esto es lo que estaba pidiendo hace un buen rato. Le imploro que no termine adentro y que por favor lo haga en mis tetas.

Él muy necio y excitado por follar, siguió con el movimiento de penetración cada vez más fuerte, yo sólo atiné a agarrarme da la puerta como pude con mi única mano libre, ya que la otra me la sujetaba él firmemente sobre mis nalgas, mientras que el martilleo que me daba era cada vez más fuerte, yo respingaba mi trasero lo que más podía para que no me doliera tanto, pero el sonido de mis nalgas contra su verga era estruendoso, levanto un poco mi cabeza y veo a través de los vidrios como Juan contemplaba el acto por fuera, y yo sólo pensaba en mi cabeza en gozar y disfrutar el momento.

Siento que Daniel ya va a acabar y le ruego una vez más, que por favor por último que termine en mi boca me la trago toda si es posible, pero él por su carácter hizo caso omiso y continuó el acto hasta que soltó la última gota de su semen en mi vagina. (Ahora con el tiempo reconozco que me arrepiento de que haya ocurrido eso durante mis días fértiles de aquella vez).

Luego, se pronuncia y me dice finalmente:” Te tengo un par de trabajos que tienes que realizar la próxima semana con unos clientes para que así aumentemos las ventas y tú, por supuesto, como buena zorra te ganes unos bonos extras, ¿Qué te parece Ignacia?”, yo sólo asiento con mi cabeza, mientras que Daniel toma su celular del bolsillo de su pantalón que estaba en el suelo para responder unos mensajes. Alcanzo a ver que en su fondo de pantalla había una foto de él con una de mis hermanas, más aún confirmo que era ella la persona que le estaba enviando los mensajes.

Ojalá que les haya gustado mi relato, me escriben para saber si les gustó o no, y así ver si escribo algún otro más. ¡Besitos!

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3 COMENTARIOS

  1. Me encanta como una mujer describe la manera tan sensualidad en que se viste para ir a coger, como describe sus prendas, me imagino las medias ,los tacones, las tangas de hilo diminutas metidas en esa cola, es tan delicioso eso, te dejo mi correo ppr si deseas mandarme una foto de como te vestiste ese día, me gustaría vaciar mi leche viendo tu foto

  2. Hola! Precioso relato! Te veo a breve plazo, tal como lo hago yo, lucrando con el sexo, regalos etc.
    Creo que tienes todo el potencial requerido, y que ya te hayan acabado adentro y pudiendo salirte, solamente protestaste, demuestra que te gusta!
    Adelante con mas relatos, te lo pido por favor! Si gustas, yo también he publicado.
    Besitos.

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