Ella estaba deseosa de otra noche alocada y apasionada, no sabía que le esperaba, solo asumía que iba a ser algo de sexo anal, algo que llevaba poco tiempo de practicar aunque emocionada por repetir.
Así que viendo su cara de deseo, me emocioné por la sorpresa que le tenía preparada. Comencé besarla y tocarla, acariciar la piel que se iba descubriendo poco a poco al quitarle su ropa: sus brazos (al quitarle du blusa), sus piernas (al bajar su pantalón), su abdomen, muslos, nalgas, luego sus senos (adiós brasier), luego su vagina (adiós bragas) que no dudé en pasar a besar y luego lamer completo su clítoris.
A medida que lo hacía, introducía mis dedos en su vagina, sintiendo como se humedecían a cada momento que la penetraba. Estando bien húmeda, le dije que se diera la vuelta, ella me dijo que estaba preparada (siempre se hace su lavado antes del momento, a veces la ayudo), así que sin más preámbulos, saqué el lubricante de la maleta y la bolsa con la sorpresa que le tenía.
Ella, deseosa por saber, solo decidió acomodarse, poner una almohada debajo de su abdomen y dejar su ano y vagina descubiertos y levantados hacia mí.
Comencé a lubricar su ano y mis dedos con los fluidos de su vagina, para una primera penetración, luego ponía lubricante a medida que introducía uno o dos dedos en su ano.
Cuando vi que estaba dilatando bien, decidí sacar una canica de la bolsa y comencé a introducirla en su ano, ella apenas se tensó un poco al sentir ese objeto para ella, aunque no preguntaba…
Continué con la siguiente, la lubricaba y seguía con la otra, cada vez iban siendo más grandes, unas cuantas más para terminar y comencé a introducir mis dedos en su ano, sintiendo esas esferas dentro de ella.
Ella pensaba que había comprado bolas chinas o algo similar, mientras tanto le dije que se diera la vuelta y así comenzar a lamer su clítoris, y luego penetrar su vagina con mi pene.
No tardó mucho en venirse, estaba muy excitada aunque quería continuar, así que comencé a introducir mi pene en su ano… Que sensación tan extraña pero deliciosa, un montón de esferas rodeando mi pene y a su vez sus entrañas calientes y suaves, muy excitante. Cuando comencé con la penetración constante, ella volvió a preguntar qué es lo que tenía dentro, y sin dudarlo le describí lo que ahora se aloja dentro de su ano.
No hizo reclamos y comencé a frotar su clítoris a medida que mi pene se movía constantemente dentro de ella.
Cambiamos de posición, me acuesto y ella se sube sobre mí, no deja salir nada e introduce mi pene nuevamente en su ano, a lo que empieza a frotar su clítoris, sus jadeos son intensos y se mueve continuamente permitiendo que esté profundamente en ella, mientras tanto agarro sus senos, pongo mis dedos en su boca y frotó sus pezones.
Sigue intensamente sus movimientos y comienza a tensionar su cuerpo, su respiración se corta, frota más intensamente su clítoris y arranca a gemir cómo nunca, un orgasmo la hace detenerse, con mi pene profundo en ella, esas convulsiones dentro de ella hacen que la agarre de la cintura y la mueva para sentir esa sensación más intensamente a lo que me comienzo a venir dentro de ella, bombeando su ano de semen.
Me detengo, ella se detiene… Nuestros cuerpos vibran y sienten cada segundo de placer. Ahora, la ayudo a levantarse lentamente, sacando mi pene de su ano y al sacarlo se escapan un par de canicas, le da un poco de pena aunque le pido que las dejé salir, así que se queda acurrucada, separa sus nalgas y dilata su ano, permitiendo salir cada una de las esferas que entraron en ella, algunas salen con fuerza, otras solo caen, junto con el semen que dejé dentro de ella.
Al terminar, se acuesta sobre mí y nos besamos, empieza a susurrarme algún par de ideas para la próxima…