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Historias de un matrimonio cornudo. Reencuentros
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Breve resumen (quien siga los relatos normales no tendría que leer el primer párrafo): Mientras mi esposa me ponía los cuernos con Eder, un profesor compañero de ella en la escuela donde da clases y que fue el primer cabrón que me hizo el favor de ponerme cuernos y que incluso desvirgó analmente a mi esposa con tan buenos resultados que a ella le encantaba que la penetraran por su agujerito trasero (bueno, a mí no me dio permiso de hacerlo por “pendejo”), ella tenía chats eróticos con dos excompañeros de cuando era estudiante, uno de la preparatoria y otro de la universidad (Darío y Armando respectivamente), un juego que nos encantaba que ella hiciera mientras yo le hacía un fantástico sexo oral. Sin embargo, el tonto de Eder al no saber jugar como macho corneador empezó a celar a mi mujer y tres meses después de que tuvieran sexo al menos 3 veces por semana mi esposa terminó con él, y después de dos semanas de este “rompimiento” (lo pongo entre comillado porque realmente no eran novios ni nada por el estilo) se quedó de ver a comer al fin con Darío.

Dos semanas después de haber “roto” con Eder, mi esposa al fin quedó para una cita con Darío, ella me contó respecto a su historia personal en la preparatoria (se conocieron cuando tenían 16 años) que ella fue su noviecita de manita sudada, él era actor en un grupo de teatro independiente, sin embargo, nunca fueron más allá de fajes y manoseos ocasionales, aunque me contó que solo una vez le dio una mamada después de que lo viera actuar en un festival cultural, pero eran muy jóvenes, ambos venían de familias conservadoras y ella me mencionó que como era un buen actor atraía demasiado a las chicas y terminó por no confiar en él; lo que ocasionó que se separaran un año después de iniciada la relación; también me dijo (y lo vi con sus fotos, jeje) que aunque era feo, era de esos feos atractivos, muy varoniles, cabello largo y todo; terminó dedicándose al teatro y el cine pero en el plano técnico, a ella le seguía atrayendo y me dijo que al fin podría quitarse las ganas de acostarse con él, naturalmente yo la animé a que lo hiciera y que disfrutara completamente la experiencia.

Darío invitó a comer a mi esposa para “conectarse” de nuevo, pensé que iría vestida muy sexy, con todas las intenciones de mostrar que tan “abierta” era; desde sus pláticas ella le mencionó que estaba casada, aunque parecía que a él no le importaba demasiado. Para la cita ella fue vestida con un pantalón de mezclilla muy pegadito y blusa de tirantes que aunque escotada no era para nada espectacular, también llevaba unas botas cafés de ante, eso sí, llevaba una tanga de hilo negra y solo unos cubrepezones, según ella para que no se le vieran los tirantes del bra.

Yo fui el encargado de llevarla al restaurante donde se habían quedado de ver, ella me comentó que estuviera atento para ver si tendría que ir por ella o a donde. Naturalmente no supe nada de ella hasta pasadas las 12 de la noche en donde me mandó un mensaje diciéndome que ya iba rumbo a casa; el mensaje no tenía la excitación o la premura de las veces con Eder, era muy serio; ya cuando llegó si la vi completamente desarreglada, ella me volvió a decir que me bajara a comerle la panochita porque venía muy caliente, noté un sabor extraño como a plástico, además de que se sentía como muy lisa su panochita; lo que me contó no fue tan excitante.

Darío resultó que no era tan buen amante como su historia personal y trabajo hicieron creer; mi esposa me contó que la comida fue muy caliente, parecía que a él no le molestaba que estuviera casada en un sentido de que no le molestaba que ella hablara de mí y los niños, que es más se mostraba interesado y empático, mi mujer estuvo muy divertida porque él seguía siendo muy ocurrente y gracioso; que después de un rato de estar platicando y pedir una botella de vino ella le contó sobre nuestro tipo de relación y le sorprendió que supiera bastante sobre esto, le mencionó que en el mundo del espectáculo existen varias parejas con distintos fetiches sexuales y que conocía algunos y hasta había sido invitado a fiestas sexuales donde se veían otros.

Total que todo parecía muy sencillo, en el mismo restaurante y después de las bebidas se empezaron a poner cachondos, se dieron unos besos y unos fajes, su amigo se emocionó y la invitó de una a un hotel cercano, ella aceptó de inmediato y se fueron metiendo mano en su coche durante todo el camino, me contó que el sexo desde el inicio no fue lo espectacular que ella había imaginado, él era demasiado tierno y pausado, ella se bajó a chuparlo y él fue recíproco (en ese momento me alabó la forma en que yo lo hacía), después lo hicieron de misionero, ella le dio una cachetada para ver si reaccionaba como Eder y él en lugar de responderla se cohibió, pero lo peor fue cuando él intentó darle en cuatro, que porque quería ver sus nalgas mientras la penetraba, pero que el cabrón se emocionó tanto que terminó sin siquiera penetrarla de esa forma, y para colmo terminó en el condón; en resumen, ella tuvo una cita casi perfecta de no ser por el sexo al final.

Para terminar con esta experiencia les contaré que a pesar del pésimo amante que resultó ser Darío se volvió gran amigo primero de mi esposa y después mío, es común que ellos aún se intercambien memes cachondos y palabras muy subidas de tono; en estos cinco años se han visto muy pocas veces para tener relaciones sexuales, mi esposa me cuenta que demasiado normales y hasta tiernas, él justificó ese día con el comentario de que le tenía demasiadas ganas a mi esposa y se “emocionó” de más.

Pensé que después de la decepción a nivel sexual que tuvo mi mujer con Darío se calmaría un poco, pero el siguiente sábado tenía cita ahora con Armando, su excompañero de la Universidad, ella me contó que él era el típico chico malo y mujeriego en la escuela, alto, muy fuerte (jugaba fútbol americano), con mucha confianza y con el cual solo en una fiesta hubo unos besos, que él la buscó bastante como un mes después de esa fecha, pero ella se resistió debido a la reputación de él a pesar de que le gustaba bastante, además de que se había regado el rumor de que era un pervertido total (y solo porque en otra fiesta tres parejas se habían metido a un cuarto teniendo juegos sexuales, ya saben, otra época y otra moralidad).

El tipo no había terminado la universidad y ahora se dedicaba a las ventas, siendo alguien muy talentoso y con algo de dinero, también la invitó a comer, solo que a un muy buen restaurante y también la tuve que dejar en él, con la diferencia de que a las 2 de la mañana ella me llamó y me dijo que pasara por ella a un hotel muy lujoso del centro de la ciudad, le pregunté que cómo le había ido y de plano me dijo, apúrate cornudito que no voy a poder retener tu regalo por mucho tiempo, eso me prendió muchísimo y fui por ella.

Al llegar al hotel le mandé un mensaje y ella se tardó bastante en bajar, caminaba muy despacio, venía completamente despeinada y muy desarreglada pues venía sin los tirantes de su vestido (para ese día ella no cambió mucho su estilo respecto de la cita con Darío, realmente iba de manera sobria, un vestido, aunque no tan corto, amarillo de tirantes y amplio, tanga de hilo azul y otra vez cubrepezones, diciéndome que le encantaba usarlos), se tardó bastante en entrar, se notaba que le costaba moverse y se sentó de ladito, yo todo extrañado le pregunté por su rara actitud, ella se empezó a carcajear de mí y me dijo, vaya que eres un cornudo pitochico, lo que pasa es que el bueno de Armandito calza enorme, por lo que me dejó toda adolorida, así que apúrate a llegar a casa porque necesito tu lengua milagrosa en mi culito, además de que me ha de haber dejado tan abierta que me está costando mucho trabajo mantener tu postre dentro; naturalmente eso me puso muy, pero muy caliente, por lo que hice tiempo récord a la casa.

En cuanto llegamos subimos a nuestro cuarto (yo la ayudé a subir), y de inmediato se recostó boca abajo, se levantó el vestidito y noté que la tanga estaba empapada y el culo se le veía muy rojo y bastante abierto, con razón no podía caminar ni sentarse bien, pobre de mi esposa le tocó un wey bastante vergón que la maltrató bastante, además de que se le salió casi toda la lechita porque solo estaba húmeda, yo me estaba recreando con su culito cuando ella me reconvino, me dijo órale pendejo que esperas, que me arde mucho el culito, en cuanto empecé a lamerlo ella se estremeció, me dijo que le dolía, pero se empezó a calmar y a gemir, me estuvo diciendo que al fin se había encontrado con una vergota de verdad, que ahora entendía por qué Armando era un cabrón en la universidad, que tenía una vergota descomunal, me preguntaba si me había gustado que tremendo pitote destruyera los agujeritos de mi esposa, que no sentiría mi pitito en un buen rato, que era un muy buen cornudo porque aliviaba a la puta de mi mujer después de venir muy bien cogida por un machote.

Después de mucho rato aliviándole el culito a mi esposa, me ordenó que me pusiera a aliviarle tambien la panochita, porque su amigo también la había destrozado por ahí, en cuanto me lo dijo le comenté que se sentiría mejor si le untaba lubricante en su culito destrozado, ella me contestó que al fin no era tan pendejo como creía y que lo hiciera, a ella le encantó, se puso boca arriba, se abrió las piernas y uf, también tenía la panochita destrozada, muy muy roja, muy abierta, con los labios completamente de fuera y adolorida, me dijo que le pusiera de nuevo lubricante, pero que le trabajara el clítoris porque se quería venir para el putito de su marido, uf, casi de inmediato me vine y ella también; después de eso mi esposa quedó exhausta, pero cuando le ayudé a cambiarse de ropa me di cuenta que no traía marcas como lo hacía con Eder, su cuerpo venía impoluto, salvo un pequeño chupetón en una teta.

Al otro día ya mucho más tranquilos me puso a ponerle lubricante de nuevo en sus agujeritos que ya estaban mucho más cerraditos, mientras lo hacía me contó que la comida fue Armando presumiendo su vida y obra, pues aunque no tenía la universidad, era medianamente exitoso, me dijo que venía muy bien arreglado y la piropeó de inmediato, y que también luego empezó a meterle mano, primero le acarició las piernas y que siguió subiendo la mano hasta llegar a su panochita, que ella en lugar de impedírselo abrió las piernas para que tuviera libre acceso, que iba deseosa de sexo y quería probar a su excompañero y ver si toda su fama en la escuela era justificada, me comentó que no salió en absoluto el tema de que estuviera casada, sobre todo porque sin terminar de comer y mientras se contaban lo que había sido de ellos y sus compañeros sobre todo a nivel laboral mi esposa era manoseada descaradamente por Armando mientras le decía que se le hacía raro que ahora no se hiciera la apretada no como en la universidad.

Me contó que les faltó tiempo para irse a un hotel (un muy buen hotel que para nada se usa como uno de paso, pero Armando se nota que quería impresionar a mi mujer), que de inmediato mi esposa lo tiró en la cama y se pusieron a besarse y acariciarse, que su amigo le decía que había esperado demasiado tiempo por ese momento y mi esposa le contestó bajando a quitarle su pantalón, que ahí fue cuando se quedó petrificada, en cuanto la sintió por encima del calzoncillo se veía tremenda, le llegaba al muslo, que hasta con desesperación le quitó los boxers, y Armando la debió de ver completamente sorprendida porque se empezó a reír y le dijo, si reina, todo eso te vas a comer, todo eso desperdiciaste cuando eras mi compañera, mi mujer estaba sorprendidísima, que no podía creer que hubiera algo tan grande y gordo (y que además como lo fue trabajando empezó a estar venoso), que se notaba que Armando venía listo para la guerra porque estaba muy pulcro, se había recortado los pelitos.

Le gustó el detalle a mi esposa, aunque me dijo que las prefería peludas; que al empezar a chupárselo no le cabía ni la mitad en la boca, y además sentía que se ahogaba con tremendo trozo de rabo, que Armando le decía que podía hacerlo mejor, que chupaba muy bien pero que quería ver desaparecer su tremenda tranca en la boca de mi esposa, que de plano la tomó de la nuca y empezó a marcarle el paso, aunque muy despacio y poco a poco podía meter cada vez más a su boca, se sentía completamente superada por tremendo palote, que tenía los ojos llorosos y hasta babeaba, de plano prefirió pasar a lamerle, besarle y chuparle los huevos, que también eran unos monumentos fantásticos, dignos compañeros de tremendo trozo de carne.

La cabrona de mi mujer me dijo de plano que en uno de los huevotes de Armando cabrían mis dos pelotitas, después de tremenda mamadota que dio, Armando la puso en cuatro directamente la tocó de la panochita y le dijo, veo que ya está hambrienta de verga y de una se la metió, que no entró toda y mi esposa sintió que la partía, le dolió, aunque fue un dolor muy rico, muy placentero que de inmediato se transformó en un placer muy intenso, mi mujer le decía que era un hijo de puta vergón, que la partiera, que le diera más., que nunca había sentido una así, me contó que le dio pocas nalgadas y que respondía muy poco, que estaba concentrado en penetrar a mi mujer y que lo hacía con muy buena cadencia, le pregunté que como logró recibir todo ese animalote por su culo.

Ella me contestó que fue ella la que se lo pidió, al notar que no terminaba y empezar a sentir ligero rozamiento, le dijo que lo intentara por el culito, ahí el propio Armando le dijo que no todas aguantaban y mi esposa le dijo que si le dolía mucho le diría y lo intentarían otro día, pero no quería dejar pasar la oportunidad de probar semejante rabo por detrás, él se empezó a reír y le dijo que era una putita, que le encantaba y mi esposa le pidió que fuera a su bolsa por el lubricante, me dijo mi mi mujer que Armando no fue tierno, pero si cuidadoso, mientras le embarrada su agujerito trasero y su tremenda tranca con lubricante le decía a mi mujer que no se imaginaba que en la primera cita no solo se la tiraría, sino que la encularía.

Mi esposa recostó la cara en la cama, pues quería tener el ano lo más abierto posible, así que su excompañero empezó a penetrarla, al principio no sintió demasiado dolor, pero en cuanto pasó la cabeza ahí sintió como si la rompiera, tuvo un dolor muy intenso pero soportable, solo tuvo que cerrar los ojos y concentrarse en no apretar para seguir recibiendo por ahí, como Armando no notó queja por parte de mi esposa entonces el cabrón se la dejó ir toda, y ahí fue donde realmente destrozó a mi mujer, me dijo que le dolía mucho, le ardía como si la quemaran por dentro, solo sentía los huevos de Armando pegando en sus nalgas, le pregunté que por qué no le pidió que se detuviera y me contestó que en realidad no fue tanto tiempo y quería ver cuanto podía aguantar así.

Le pregunté si le terminó gustando y me contestó que mucho, pero hasta que el wey terminó dentro de su culo pues su leche se sentía como refrescante, que era una sensación muy rara, él quería salirse de inmediato y ella le dijo que no fuera bruto, que esperara hasta que se saliera solo, le hizo caso; el problema fue que al salirse empezó a sentirse adolorida, sobre todo cuando intentaba sentarse y caminar, Armando se reía al verla caminar tan despacio, él le comentó que con todo gusto la llevaba a su casa.

Ella tomó esa oportunidad para decirle que estaba casada, y el cabrón cínicamente le dijo que perfecto, que entonces le llamara a su maridito para que viniera por ella a ver que le parecía al pendejo venir por su mujer adolorida de tremenda verguiza que le acababa de acomodar, ella se empezó a reír y le dijo que seguro estaría encantado, que a mí me gustaba que ella se acostara con otros, y el otro no le creyó, tan es así que prácticamente la dejó ahí; le pregunté que qué pensaba y ella me comentó que seguramente él era tan ególatra que se sintió herido al enterarse que la chica con quien tan bien se había entendido sobre todo a nivel sexual (me comentó que al final de la enculada le dijo que casi ninguna lograba recibir toda su enormidad en la primera cita y por el ano) no solo tenía pareja, sino que estaba casada, pero que lo conocía, y si no había cambiado mucho, lo contentaría después, me gustó que ella tomara las cosas tan a la ligera.

Ese mismo domingo me permitió volverle a hacer sexo oral (comerle la panochita y el culito) sin hacer uso del lubricante, y en lo máximo del placer, ella me dijo que se sentía putísima, que jamás había estado con tres personas distintas en tan poco tiempo (me contaba a mí, que bien me sentía), yo le dije que me encantaba, que entre más puta fuera, más la iba a amar, que no me importaría que diario se la cogiera alguien distinto, mientras me contara y la limpiara al final yo sería muy feliz.

Después de su escandaloso orgasmo empezó a hablar en serio conmigo, y me preguntó si era verdad eso de que yo estaría más feliz entre más puta fuera, o que lo que le decía era producto solo de la excitación del momento, le volví a repetir que su placer era mi felicidad y que si quería acostarse con puro vergón como Armando yo estaría encantado, ella se empezó a reír y me dijo que aunque no le creyera, en realidad le gustaba más el sexo con Eder, que la encendía mucho más que fueran muy, pero muy rudos con ella, que la sometieran, que prefería eso a tener enfrente un trozo de carne gigantesco, que obviamente no negaría que se sentía muy bien, se sentía completamente llena con semejante cacho de carne, pero que lo psicológico era lo más importante.

Le volví a insistir que entonces agarrara puros machos cabrones como Eder, pero que si quería coger diario por mí mejor; entonces completamente seria, me preguntó si estaba seguro de eso, le volví a contestar que sí y lo reforcé con un beso apasionado en sus hermosos labios, entonces ella me comentó que se había sentido demasiado bien de poder estar sin tapujos ni problemas con dos hombres distintos y que no se sentía culpable, ni sucia, ni nada, simplemente disfrutaba de la atención y el sexo con otros, y que si yo no solo no tenía problemas con eso, sino que encima la animaba, entonces trataría de quitarse todas esas telarañas mentales y se acostaría con quien quisiera, como quisiera y en donde quisiera, por mi parte le festejé totalmente sus palabras y su nueva actitud, que esa era la verdadera cara de una hotwife completa y nos dormimos.

Continuará…

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