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Historias de un matrimonio cornudo: Macho (1)
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Tiempo de lectura: 12 minutos

En cuanto mi esposa regresó de la pandemia a su escuela se dio cuenta que su director no lo hizo, pues falleció a causa del COVID; por lo que llegó un nuevo director mucho más joven (tenía 45 años) llamado Fernando que tenía fama de exigente; pero eso no le importó a mi mujer para ponerse al “corriente” con sus compañeros; por lo que desde el inicio se fue vestida muy sexy con minivestidos, pantalones muy apretados, transparencias y ropa muy sugerente, prácticamente a diario se iba con alguno de sus compañeros para coger y los viernes volvieron a salir en grupo; yo le comenté que fuera un poco más discreta.

Pero ella me dijo de plano que después de la pandemia de lo que estaba segura es que disfrutaría de este estilo de vida a tope; también empezó a salir con sus excompañeros de la escuela sobre todo los sábados (Armando y Alejandro) para seguir sus aventuras como esposa puta.

Dos meses después el jefe de mi esposa la mandó llamar dándose el siguiente diálogo:

-Estimada profesora B no tenía el gusto de conocerla, los alumnos están encantados con usted y sus compañeros también. Empezó diciéndole él.

-Muchas gracias, señor, a nosotros nos han comentado que usted es un director muy capaz y exigente. Contestó mi esposa en el mismo tono, aún no sabía qué esperar del nuevo director.

-Me habían comentado que usted es una maestra muy brillante, pero por lo que me he estado enterando en estos primeros meses no muestra el menor atisbo de inteligencia. Dijo con una mordacidad bastante fuerte.

-No entiendo a qué se refiere señor. Contestó mi esposa muy desconcertada y con un hilo de voz, ya que no esperaba esa agresividad.

-Pues mire, para empezar, sé que usted no tiene más que 15 horas en propiedad en la escuela y algunas veces le asignan entre 3 y 5 horas para que al menos llegue a medio tiempo, por lo que entonces creo que no le interesa tener tiempo completo, ¿verdad? Le preguntó muy seriamente.

-Claro que me interesa, pero el director anterior solo les daba horas a sus allegados, ya sabe cómo es esto. Le contesta mi mujer tratando de mostrarse madura e inteligente.

-Pero por lo que he visto y me cuentan, usted tiene las herramientas y la disposición de ganarse más horas. Le sonrió socarronamente.

-¿Cómo? No entiendo. Respondió mi mujer.

-A ver maestra, no nos hagamos pendejos, aquí todos saben que anda de putita nalgas prontas con varios de sus colegas. Le espetó y se levantó para recargarse en su escritorio frente a ella.

-Pe, pe, pe. Intentó contestar mi esposa.

-Mire, no hace falta negarlo, lo sé de una fuente muy confiable; y realmente a mí me interesa muy poco lo que haga con su culo, lo que me sorprende es que usted siendo tan guapa y tan inteligente, no se dé cuenta que anda de ofrecida con los pendejos equivocados, si eligiera mejor a sus amantes podría mejorar su situación laboral. Le explicó el director de manera calmada.

-¿Y usted piensa que es la persona indicada para mejorar mi situación laboral? Preguntó mi esposa, ya muy excitada por la situación.

-Veo que no es tan pendeja, le aseguro que si elige bien, en menos de un semestre tendría no solo tiempo completo, sino ventajas laborales. Dijo de manera firme pero tranquila, aunque sin dejar de sonreír.

La verdad amor, solo con esa muestra de prepotencia y cabronería de don Fernando me mojé como nunca, estaba super excitada, recuerda que esa es una de mis más profundas fantasías, que un superior me someta completamente. Acotó mi mujer.

Inmediatamente mi esposa se puso de rodillas pues sabía lo que quería el director y estaba no solo de acuerdo, sino que ella también lo ansiaba, se acercó mirando a los ojos a don Fernando mientras le abría el pantalón.

Al bajarlo se dio cuenta de la tremenda erección que se adivinaba debajo de sus boxers, le bajó éstos últimos y se enfrentó con tremenda herramienta, me dijo que era la verga más varonil que había visto, gruesa y grande, pensativa, me dijo que no creía que fuera tan grande como la de Armando, pero casi, además de que era más gorda y venosa, que olía muy limpia aunque varonil al mismo tiempo, le encantó que además tuviera unos huevos acordes al tamaño de semejante animal, grandes, gordos y muy peludos, justo como le encanta a mi mujer.

No perdió el tiempo, de inmediato se puso a lamer y besar la punta mientras le acariciaba las pelotas, y con sorpresa se dio cuenta que don Fernando era muy vocal, pues mientras ella le hacía tremenda mamada, él no paraba de decirle que no le habían mentido, que era tan puta y complaciente como le habían dicho, que con tremendos dotes podría llegar lejos en su carrera académica, además de darle instrucciones, le ordenaba cuando chupar, cuando lamer y cuando besarle los huevos, ella estaba súper mojada y excitada, sobre todo cuando el director la tomó de la nuca y empezó a cogérsela por la boca.

Me decía que cada vez la penetraba más duro, ella estaba dando arcadas, pues nadie con una vergota tan grande había sido tan agresivo con ella mientras le cogía la boca y le decía, que ya iba a terminar que se tragara toda la crema como buena puta barata, hasta que empezó a vaciarle los huevos profundamente en su garganta, que aunque le costó trabajo, logró tragar absolutamente toda la venida y que no le soltó la cabeza hasta que estuvo completamente complacido, pero en cuanto la soltó le dijo que aún no terminaba, que no podría trabajar así, que debía limpiarle la verga, mi esposa encantada le lamió todo hasta que él estuvo satisfecho.

Ella pensó que después se la tiraría, pero el cabrón se subió el bóxer y el pantalón, se fue a sentar y la mandó a su clase, no sin recordarle que debía regresar a las 3 para checar la salida.

Bastante después de las 3 mi esposa fue a la oficina del director a “checar” su salida (me comentó que no quería encontrarse con nadie mientras iba a la oficina), el cabrón le dijo que pensó que no iría, que se había asustado, pero que le complacía que fuera fiel a su palabra, pero que las cosas no podían quedarse así, que las putas debían ser obedientes, le ordenó que se pusiera de rodillas, él mismo se desabrochó el pantalón, se sacó la vega y empezó a darle de vergazos en la cara, ella hacía el intento por atraparla con la boca pero no podía.

Porque don Fernando lo hacía bastante fuerte y rápido mientras la increpaba, diciéndole que si iba a ganarse su plaza con el sudor de sus nalgas, debía hacer todo lo que él le dijera, sin cuestionamientos, que iba a ser su puta nalgas prontas y que no podía quejarse de nada, al fin, él dejó que ella le empezara a mamar la verga, me contaba que estaba super caliente, que no esperaba que su fantasía se cumpliría tan al pie de la letra teniendo un jefe que prometía someterla completamente, que hasta llegó a venirse en cuanto el director empezó a vaciarle los huevos en la garganta de nuevo.

Que cuando terminó de venirse y después de que ella tragó toda su leche él empezó a darle de cachetadas a mi esposa mientras le decía que quería ver como se había tragado todos sus mecos, ella abrió la boca y el cabrón le escupió, de inmediato el director se subió el pantalón, se fue a su sillón y le dijo que la esperaba mañana a las 7 de la mañana, a lo que mi esposa, extrañada le informó que le tocaba entrar hasta las 10 de la mañana, a lo que él visiblemente molesto, le contestó que aunque su tiempo completo se tardaría en llegar más o menos un mes, debía ganarse esa plaza.

Que a partir del día siguiente debía comportarse como una profesora de tiempo completo, con el horario de 7 a 3 y que si alguien le preguntaba algo, ella respondiera que el director la había comisionado y socarronamente le dijo que ya había decidido comprar a una putita con esa plaza que ahora no se echara para atrás, a lo que mi esposa de manera totalmente sumisa le contestó que para nada, que haría todo lo necesario por la plaza.

Después de contarme todo eso mi esposa estaba visiblemente excitada, y como no, si después de dar dos mamadas de campeonato y de que su director la usó como ella quería no tuvo ningún tipo de gratificación, por lo que yo solito me bajé a hacerle sexo oral, mi esposa de manera muy cruel empezó a burlarse preguntándome si su cornudo pendejo estaba feliz de que ella hubiera encontrado un macho de verdad que supiera como tratarla, yo ocupado en tratar de arrancarle un orgasmo con mi lengua lo más rápido posible solo gemía y asentía con mi cabeza, ella estaba super mojada, ahí notaba que eso le encantaba.

No tardé mucho en hacerla venir, en cuanto termino ella me apresura con que no era suficiente, que le trajera el strapon, porque quería mostrarme como su macho se la iba a chingar al otro día, obedientemente lo hago, me desnudo, me empino y ella de forma super agresiva solo me escupe en el culo y me viola de manera brutal, nunca me había cogido así, diciéndome que ojalá y así la tomara don Fernando, que me acostumbrara a la cogida que me estaba dando porque con alguien tendría que desquitarse después de que su macho la utilizara como la puta que era, uf.

Con todo eso yo también me excité muy pero muy fuerte, y hasta acabamos casi al mismo tiempo, fue una experiencia muy erótica.

Al siguiente día ella se despertó igual que yo para ir a trabajar, se vistió y me preguntó como la veía, llevaba un pantalón jean muy pegadito a la cadera, realmente se veía sabrosa pero no espectacular, me animé a decirle la verdad, que a lo mejor iba a ser la primera vez que don Fernando se la iba a chingar y que debía ir lo suficientemente arreglada, que debía verse no sólo sabrosa, sino ofrecida, muy sexy, en una palabra tenía que ir putona, ella con una sonrisa pícara me dijo, por eso eres mi marido pendejo, haces lo mejor para tus cuernos.

Así que me dio manga ancha para elegir el vestuario, le escogí un putivestido rosa de tirantes ligerito y con una franja ancha en la cintura de color rojo, le dije que la ropa interior era muy importante y ya que el vestido a pesar de ser muy sexy y decir que estaba completamente disponible era muy tierno por el color, entonces el interior debía ser mucho más sugerente, así que le escogí una tanga de hilo dental muy fino con solo un pequeño triangulito por el frente completamente roja, con un discreto pero coqueto moñito en la parte de atrás y encima del triangulito una transparencia, el bra era a juego, rojo, de encaje y de media copa, en donde la mitad de sus aureolas se veían.

Entusiasmado le entregué unos tacones también rosas, mi esposa se veía espectacular, muy putona, pero al ser rosa el outfit parecía más tierna e inocente de lo que en realidad era.

Ella encantada me besó en la boca y me dijo que era el marido perfecto, solo yo escogería tan bien un atuendo para que ella se le ofreciera a un macho de verdad.

No supe nada hasta que nos vimos por la tarde, ella estaba muy pero muy feliz, en cuanto m vió me abrazó y besó muy profundamente, me dijo que estaba hecho, que al fin tenía macho principal, ya en la noche con los niños dormidos me contó más o menos lo siguiente:

“Amor, estaba super caliente desde que me fui de aquí, por lo que llegué 15 minutos antes de las 7 y para mi sorpresa no solo la escuela estaba abierta, sino que quien había abierto era don Fernando, en cuanto entré a su oficina sonrió ampliamente y me dijo que así le gustaba, que se notaba que quería ganarme ese tiempo completo, me acerqué a su silla y de inmediato me empezó manosear las nalgas por debajo del vestidito, sin siquiera levantarse, algo que me encanta es que es muy vocal, se la pasa diciéndome de cosas, me decía que estaba bien buenota, que tenía unas nalgotas, que como deseaba usarme por el culo.

Yo solo le acariciaba tremendo rabo por encima del pantalón, después de tremenda manoseada me toma de la nuca y me dijo que era hora de checar, así que me arrodillé y se la chupé mientras don Fernando seguía diciéndome de cosas, que era una gran mamadora, que se notaba que tenía experiencia como chupa pitos, y cosas aún más sucias. Solo que ahora no acabó dentro de mi boca, me tomó de la barbilla, me levantó y me dijo que era hora de seguir ganándome el tiempo completo, me levantó el mini vestido y sonriéndome dijo, veo que vienes lista y preparada para entregarme las nalgas.

Me tomó de la cintura por delante y me hizo empinarme en el escritorio, me subió el minivestido, me hizo a un lado la tanga y empezó a meterme los dedos, se sentía extrañamente agresivo pero muy rico, como si fuera de su propiedad, mientras lo hacía me decía que me traía un montón de ganas, que le andaba por culearme, no pude aguantar más y le pedí que ya me penetrara, que me hiciera su puta, él me dijo que esperara a que sacara el condón, le dije que no, que a pelo, que no había riesgo de embarazo ni de enfermedad, que estaba sanita.

Por lo que de inmediato sentí su tremenda vergota en mi panochita y de un solo empujón la metió hasta dentro, solo sentí sus manazas y sus huevotes en mis nalgas, estaba tan excitada y tan mojada que entró como si nada, como mantequilla, estaba delicioso, pero traté de no gemir ni gritar, no quería que se dieran cuenta de lo que pasaba en la oficina, pero don Fernando me daba cada vez más duro y sin bajar la voz me decía puta, perra, nalgas fáciles, que no se había imaginado tirarse a una culona como yo, que estaba deliciosa y que le encantaba que fuera tan obediente, me decía que me iba a reventar y que iba a terminar pidiendo más, a pesar de que ya había tenido, el menos un orgasmo.

Seguía solo suspirando y gimiendo lo más discretamente posible, pero cada vez era más difícil pues aumentaba sin parar el ritmo al que me estaba cogiendo, lo máximo fue cuando me la sacó, me escupió en la colita y así sin avisar me la metió durísimo por ahí, casi me derrito, me dijo que me sentía muy apretadita, que no podía creer que una puta tan usada aún se sintiera como si fuera virgen, me dijo que usaría mi culito tanto como quisiera, lo bueno del ritmo endemoniado que traía es que no aguantó tanto, pero de repente (y yo ya iba por mi tercer orgasmo) me dijo que nunca había tenido la oportunidad de venirse en la cara de la puta que se estaba parchando.

Así que de inmediato me puse de rodillas mientras él se masturbaba frenéticamente, traté de hacer la cara más de puta que pude y sacar mi lengüita al mismo tiempo, él estaba sudando y bufando y cuando al fin terminó me dijo, así puta de mierda así, recibe la crema caliente de un verdadero hombre y vaya que terminó pues a pesar de haberse venido tres veces en menos de 24 horas me manchó hasta el cabello, aunque la mayoría de la lechada cayó en mis mejillas y frente, fue increíble, aún sucia de leche le limpié la verga.

Cuando terminamos él se subió el bóxer y el pantalón y se fue a sentar a su lugar, mientras me alcanzaba unas toallitas húmedas que guardaba en un cajón, a lo que empecé a limpiarme lo mejor que pude con una enorme sonrisa en el rostro.

Mientras me limpiaba se dio la siguiente conversación:

-Maestra, estuvo deliciosa la cogida que le acomodé, me sorprende que aún con la famita de puta que se carga apriete tan rico de todos sus orificios, lo único que me decepcionó es que me habían dicho que era muy escandalosa, pero parece que no es así. Dijo mientras se peinaba y arreglaba la corbata.

-Maestro, me costó mucho trabajo aguantarme los gritos y gemidos de placer, sobre todo por tremendo vergón tan delicioso que se carga, pero no quiero dar de que hablar, imagínese que van llegando las secretarias y escuchan gritos y gemidos de placer y después me ven saliendo de la oficina. Contesto de manera pícara mientras me limpiaba los restos de leche de mi cara.

-Jajaja, no sea pendeja maestra, usted ya debe saber que una escuela es pueblo chico, infierno grande; todos terminan sabiendo todo de todos, por lo que en menos de un mes hasta el personal de intendencia se va a enterar que usted es mi puta personal. Se carcajeó el director.

-Usted debe saber mucho de eso ¿no? Lleva casi 12 años de director y antes fue subdirector, sugiero de manera no muy sutil.

-No se equivoque maestra, nunca había hecho algo así, pero cuando fui subdirector sí aprendí mucho del que era mi director, pero lo verdaderamente importante de lo que me di cuenta fue que siendo el director eres amo y señor de la escuela, pues aunque no tengas la libertad de correr a quien quieras, sí puedes hacerle la vida de cuadritos a quien se lo merezca y como mi plaza es permanente pues es más fácil que renuncien o pidan su cambio, por lo que nadie, absolutamente nadie va a decir nada sin importar que tan enterados estén de como le meto la verga en la oficina y tampoco se preocupe, no creo que le digan nada tampoco a usted, porque se arriesgarían a molestarme.

Contestó de manera muy calmada don Fernando. Pero también quería preguntarle algo maestra, también me informaron que usted está casada, y no me molesta comerme a la vieja de otro cabrón, pero no quisiera que su marido viniera a alborotar el gallinero cuando llegue toda adolorida y no pueda ni quiera atender al pendejo. Dijo sarcásticamente el director.

-Uy profesor, veo que sus fuentes aún no son tan confiables y no lo enteraron bien de todo el chisme, mi marido no solo está enterado de todas mis aventuras, sino que es por él que hago todo esto, su fantasía es que le ponga los cuernos, entre más lo haga, él más se excita, y más me anima a hacerlo. Le aclaré de manera muy divertida.

-¿En serio su marido es quien la anima a que sea una putita nalgas prontas maestra? Pregunta incrédulo don Fernando, con una cara de sorpresa que es una delicia.

-Jajaja, si maestro, en serio, es más ¿Usted quién cree que eligió este outfit para venir a ofrecerme como su putita? Pregunté de la manera más sexy posible.

-Entonces el pendejo de su marido no sólo la anima, sino que encima le ayuda a que venga arreglada a dar las nalgas, bueno, no conozco hombre más pendejo. Pero ¿Él qué gana con todo esto? ¿Cómo obtiene placer de que usted ande de facilota? Se interesa mucho el director.

-Pues mire maestro, él se excita muchísimo cada que le cuento como me usa un macho de verdad mientras me hace sexo oral ya sea en mi panochita o en mi colita, se pone como loquito, imagínese, ha llegado a terminar sin siquiera tocarlo, solo de contarle lo rico que me lo hacen. Le explico lo más detalladamente posible.

-Entonces su marido es un pito corto o un impotente o ambos, ¿no? Ya que usted menciona a “machos de verdad”, su marido entonces no es uno de ellos, es un macho menos, ¿no? Jajaja. Se burla ya más abiertamente don Fernando.

-Pues realmente como amante es muy bueno dándome sexo oral, pero ciertamente él prefiere que lo dominen a dominar y pues la verdad a mí me gusta más un tipo de sexo mucho más agresivo, pero creo que estamos en perfecto equilibrio, porque al dar rienda suelta a mis gustos con otros hombres, necesito como un lugar en donde me sienta querida, cuidada y amada, y él me da todo eso, por eso es que creo que puedo dejarme llevar con otros hombres. Trato de ser lo más explícita posible, me gustaba mucho que alguien fuera de nosotros se interesara tanto por nuestro estilo de vida y relación, sobre todo y por lo que estaba viendo en estos encuentros, la relación va a ser de largo alcance.

-Entonces no habrá problemas con su marido, ¿también podrá salir a coger cuando sea? Siguió preguntando don Fernando.

-Mire, en realidad lo único que va a ocasionar es hacer mucho más feliz a mi marido cada que me coja, y la verdad y para ser completamente sincera también a mí. Respondí con un exceso de sinceridad.

-A ver, a ver, eso último no lo entiendo ¿Por qué usted va a ser más feliz? Siguió el interrogatorio.

-Pues porque siempre fue mi fantasía que un superior en el trabajo o en la universidad me dominara, me sometiera sexualmente. Sentí que me ruboricé con esta última confesión.

-Jajaja, pues habérmelo dicho antes, creo que nuestro trato será muy fructífero y pleno, porque a mí me encantaría someterla completamente, que sea mi putita personal, ya estuve casado y me di cuenta que no es para mí; por lo que no está de más probar algo así, no crea que tengo mucha experiencia, solo con relaciones casuales, pero normalmente se asustan cuando se dan cuenta que puedo llegar a ser un cabrón de cuidado, sobre todo las zorras casadas, ya que no había conocido a ninguna con permiso. Acotó mi jefe.

-Don Fernando, no dude en hacerlo, por eso me sintió tan mojada hoy, nunca pensé encontrar un verdadero macho, tal y como lo había buscado en usted, haré lo que pida, y naturalmente mi marido también. Le aclaré ya totalmente entregada.

-Perfecto maestra, ahora le voy a comentar cuál va a ser la dinámica, pues aunque toda la escuela se va a enterar que usted es la funda de mi verga no puedo justificar un tiempo completo con eso, así que la pondré como encargada del laboratorio de cómputo, no tenemos a nadie y es la forma perfecta de justificar una plaza nueva; por otro lado, ya no quiero que ande de zorra fácil con los maestros, solo yo le voy a dar rabo en la escuela, eso sí, si me asegura que se cuida entonces por mí no hay problema en que ande de nalgas prontas con otros cabrones, pero fuera de la escuela ¿entendió?

-Claro maestro como diga. Respondí completamente en mi papel; solo con eso me estaba mojando de nuevo.

-Entonces ya puede irse al laboratorio, recuerde, cada que no tenga clase tendrá que estar allí; por otro lado, y para finalizar, dígale al pendejazo de su marido que mis putas me gustan completamente depiladas. Terminó el director. Hay amor, en este momento y con esas órdenes casi me vengo de la emoción.

-Si maestro, mañana arreglamos ese detalle. Respondo y salgo de la oficina.

Continuará.

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1 COMENTARIO

  1. Los relatos de infidelidad me gustan y este está muy bueno. Lo que no me gusta es tanta negociación para joder. No me parece lógica. sobra más de la mitad.

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