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Historias de un matrimonio cornudo: Liberación (I)
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Tiempo de lectura: 16 minutos

Resumen para que no lean los otros relatos, jeje: hace 6 años me vinieron las primeras fantasías de ser cornudo, al fin me animé a contarle mi fantasía a mi esposa después de un año de auto aceptarme e investigar cómo decirle, fue mejor de lo esperado y al mes ya presumía mis primeros cuernos, con la suerte de que el cabrón que me hizo el favor de ponérmelos le dio la mejor cogida de su vida a mi esposa hasta ese día, y fue su amante por casi 3 meses en donde hizo con él cosas que conmigo nunca pudimos (por ejemplo, entregarle su virginidad anal), pero terminó por celos por parte de él (en los relatos I, II, III y IV se narra con lujo de detalles esta mini historia hasta el final), mientras estaba con Eder (el primer amante de mi mujer), mi esposa se empieza a mensajear con excompañeros de ella de la escuela y sextea mientras le hago sexo oral, me cuenta sus primeras experiencias y fantasías (relato V) y finalmente se queda de ver con esos excompañeros, que son 2 (primero con uno y después con otro), el primero la decepciona, pero el segundo le tiene una enorme sorpresa que la destroza (relato VI), después de esas experiencias me dice que al final se siente completamente liberada y por fin, después de que se sintió muy bien con esas experiencias, sin culpa y disfrutando a tope ser el centro de atención se plantea por fin hacer lo que quiera con su sexualidad, sin límites.

Sinceramente no pensé que esa declaración de mi esposa de liberarse completamente fuera a cambiar algo, pero desde la primera semana en que me lo dijo los cambios fueron radicales, cuando andaba con Eder usaba las putifaldas para que fuera más fácil para su amante cogérsela en donde fuera; pero después de terminar con él no las había vuelto a usar, ni siquiera para sus citas con sus excompañeros, pero el lunes mismo para ir a trabajar volvió a vestirse bien zorrita; y de regreso de su trabajo me contaba los coqueteos y hasta discretos sobeteos que se daba con algunos de sus compañeros, aunque lo verdaderamente excitante fue el viernes de esa semana, me escribió para que pasara por los niños y los cuidara, que algunos de sus compañeros (con los que me contaba que coqueteaba) la invitaron a tomarse unas cervezas, le dije que se divirtiera y que si se daba algo me contara, ella me contestó diciéndome que no me hiciera ilusiones, pero que iba con actitud de zorra.

Total que estuve esperando hasta las 3 de la mañana, estaba muy excitado, pero no recibí ningún mensaje, simplemente escuché un coche cerca de nuestra puerta, esperé pacientemente hasta que entró mi mujer, se veía algo tomada, muy limpia y peinada, en cuanto me vió me dijo: “cornudo pendejo, que bueno que me esperas despierto, necesito tu lengua milagrosa para aliviarme la cola”, de inmediato me di cuenta de que estaba tomada, arrastraba las palabras y estaba mucho más desinhibida de lo normal, subimos a la recámara y ahí ella se recuesta boca abajo, veo que no trae tanga y el culo lo trae muy rojo, solo que con un olor a limpio total, me quedo viendo eso y ella me dice con su voz aguardentosa, “órale pendejo, que esperas, dame lengua en mi colita que me duele”, yo estaba muy descolocado, creí que si se acostaba con otros traería lechita u olería a sexo, así que le pregunté ¿Te lo hicieron por el culito amor? Y ella me contestó: “pues claro pendejo, recuerda, cualquier hombre que quiera y pueda romperme la cola lo va a hacer, el único que lo tiene prohibido eres tú o quieres que te recuerde que tuviste ocho años para hacerme la cola y por pito chico nunca pudiste? Y habla menos y lame más, que mi amante de hoy se portó muy bruto con mi colita”, a pesar de que me hablara así yo estaba super excitado así que la obedecí, aunque casi de inmediato le dije, “amor, no me trajiste lechita, ni vienes oliendo a sexo” ya que eso hacía que se me bajara la excitación, a lo que ella se empezó a reír y me dijo: “hay amorcito, encima de cornudo y pendejo me saliste mariquita, a tu mujer no solo le acaban de usar sus tres agujeritos, sino que encima le destrozaron la cola y tu por lo que te enojas es porque no vengo bien rellena de leche de macho o apestando a vergota, pero que putito esposo tengo, en lugar de enojarse porque su mujer viene bien cogida, extraña el olor a huevos de hombre, ya no me reclames maricón y sigue con tu trabajo aliviando mi colita adolorida”, a pesar de que me sentí dolido por lo que me dijo no podía negar que estaba muy excitado, así que seguí con mi labor mientras ella gemía y gemía, tanto que cuando ella me ordenó continuar aliviandole la panochita logró terminar, después me besó muy apasionadamente y se quedó dormida.

Al siguiente día me contó todo lo que ocurrió. Marcos (si recuerdan el primer relato fue el otro profe con el que coqueteó, más bien se le ofreció, el primer día que me hizo el favor de ponerme cuernos) le preguntó si no iría a tomarse unas cervezas con ellos (me cuenta que son 3 amigos, Marcos, Luis y Ernesto), ella aceptó sin intención más allá de disfrutar de un buen rato con sus compañeros, fueron a una cantina cerca de la escuela y después de comer se quedaron muy entretenidos platicando y tomando, el ambiente era muy agradable, así fueron pasando las horas y cuando se dio cuenta mi esposa era realmente tarde y estaba muy mareada, al igual que sus compañeros, se reían de todo y decían muchas tonterías, en la cantina pusieron música para bailar y aunque a mi esposa en ese entonces no le gustaba bailar, me dijo que estaba tan a gusto con toda la atención que le ponían que se animó a bailar, y que no desaprovecharon la oportunidad.

Sus tres compañeros le metieron mano durante el baile, que fueron desde roces y arrimones aislados a que le agarraran las nalgas muy descaradamente por dentro de la putifalda y que ella solo se reía como pendeja y les decía que no fueran traviesos, pero obviamente no se detenían, en ese punto yo me calenté tanto que tuve que bajar de nuevo a comerle la panochita mientras me contaba, ella se excitó de inmediato y me siguió contando que cuando cerraron la cantina ella de plano le preguntó a Marcos que si terminaban lo que habían empezado en la reunión de fin de semestre a lo que el tal Marcos en lugar de contestar la besó en la boca de manera muy apasionada y se fueron a un motel en su coche, me dijo que empezó a besarla muy tiernamente y todo iba muy despacio a lo que mi esposa, gracias al alcohol, se desinhibió y le dijo que para tener sexo tierno y lindo tenía al pito chico de su marido en la casa, que venía a que la tratara como una puta, que la usara como quisiera y encima le escupió en la cara para enojarlo, lo cual funcionó, pues me contó que de inmediato empezó a darle de cachetadas y hacerlo mucho más agresivo.

Después de eso le arrancó la tanga, la desnudó a lo salvaje, se puso sus piernas en los hombros y se la clavó hasta los huevos, y se puso a penetrarla como si fuera un pistón, pero que no aguantó tanto, la cabrona me dijo que no duró tan poco como yo, pero que sí acabó rápido, antes de que ella lo hiciera, aunque lo que le gustó es que se recuperó muy rápido (de nuevo me comparó con él, diciendo que se recuperó como en menos de 5 minutos, no como el pendejo de su marido), y le dijo que por puta ofrecida se la iba a chupar y a hacer todo el trabajo, por lo que después de que se la mamara ella se dio de sentones de forma salvaje sobre él mientras mi esposa lo cacheteaba y él le golpeaba las tetas y las nalgas, que fue igual de apasionado, que si ella no se movía frenéticamente él empujaba su pelvis en contra de ella, por fin ella llegó a su orgasmo, aunque casi de inmediato también Marcos le volvió a vaciar los huevos dentro de su panochita.

Terminaron cansados y agitados, aunque muy satisfechos, y cuando mi esposa creyó que ya se había terminado la fiesta, su amante le dijo que si se bañaban juntos, ella se lo pensó porque quería traerme mi lechita, pero él cabrón le dijo que aún quería más, así que ella aceptó, se bañaron, él estuvo titubeando entre ser tierno o salvaje, y ella lo mordió mientras lo besaba en la boca para dejarle claro cómo quería, así que él la tomó del cuello por la espalda, la puso pegada a la pared y la enculó sin miramientos, me contó que no estaba lo suficientemente lubricada, y aunque no la tenía tan grande (obvio, tuvo que aclarar que era bastante más grande que la mía) sí la lastimó, aunque le encantó, y Marcos solo le decía, así te gusta putita, así quieres que te trate, como la piruja barata ofrecida que eres, y ella solo decía que sí, que le diera más, que no fuera maricón y volvió a darle muy rápido y duro, tanto que ella logró llegar a su orgasmo vía anal casi al mismo tiempo que él. Se terminaron de bañar, descansaron un rato y le dijo que la traía a casa, ella quiso agradecerle a su modo haciéndole la tradicional mamada en el coche, pero él se rehusó diciéndole que ya hasta estaba un poco adolorido por lo salvaje de la sesión.

Yo le pregunté si le había gustado y ella me contestó que mucho, entonces me sinceré y sin dejar de lamerle la conchita (aún no llegaba a su orgasmo) le dije que la verdad me había decepcionado de que no regresara bien llenita, que pensaba que siempre que saldría a coger ella vendría con los símbolos de la sesión, entonces mi esposa me dijo: “hay putito, no demuestres tu mariconería y disfruta lo que te cuento”, entonces me molesté y le dije que no quería que me dijera así; ella me notó molesto, me dijo de manera muy amable que habláramos, pensé que nos pelearíamos (pues yo estaba molesto), pero ella empezó a acariciarme del cabello y me dijo que quería dejar claro que me amaba más que a nada en el mundo, que ella no podría ser como era, sino era gracias a mí, que me consideraba la mejor persona del mundo, el mejor esposo y su compañero de vida, pero entonces me dijo que así como ella se había liberado la última vez con Armando, entendiendo que disfrutaría completamente de este estilo de vida y que no le importaría no solo comportarse como una verdadera zorra, sino que tampoco le importaría lo que pensaran de eso, que por eso decidió pararse a bailar y dejarse manosear delante de toda la cantina y encima terminó ofreciéndose a Marcos, y que así como ella por fin había aceptado ese estilo de vida, porque en realidad era lo que le gustaba, sentirse deseada y ser el centro de atención de muchos, yo debía aceptar al fin mi naturaleza, que ella cuando me decía putito o maricón, no se refería a que me gustaran los hombres, o que no me gustaran las mujeres, pero que tenía que aceptar mi sexualidad completamente, entonces me dijo que fuera completamente sincero, que me preguntaría cosas y que por favor, no la tratara de engañar a ella y mucho menos a mí mismo, entonces se dio mas o menos la siguiente conversación:

– A ver amor mío ¿Qué prefieres, cogerme tú o que me cojan otros y te cuente como lo hicieron? Fue la primer pregunta de mi esposa.

– Híjole, la verdad prefiero que me cuentes como te lo hicieron. Contesté después de un rato de pensar y aceptar lo que realmente deseaba.

– Que bueno que eres sincero amor. Me besa en la boca tiernamente para pasar a la siguiente pregunta ¿Te gusta más que regrese bien rellenita de lechita de macho o apestando a verga y huevos de otro hombre o prefieres penetrarme tu?

– Hay amor, me preguntas cosas muy difíciles, pero pensándolo bien, prefiero limpiarte, es más, casi siempre termino mientras te estoy limpiando. Volví a tardarme en contestar, porque realmente era difícil aceptar una realidad así.

– Si amor, lo sé, me doy cuenta y me encanta que aún cuando tu ya terminaste me sigas limpiando como un buen cornudo. Pero sigamos, cuando tengamos la oportunidad de que puedas estar presente mientras te hacen el favor de cogerme ¿Preferirías penetrarme junto con el macho o preferirías ver y ayudar en algunas cosas como preparar mi vagina o mi colita para la penetración y después limpiarme?

– Amor, otra pregunta súper difícil, pero la verdad creo que me quedaría congelado, y me excitaría mucho más siendo espectador de algo tan delicioso y por supuesto apoyarte, también me encantaría abrirte las piernas o detenerlas mientras te penetran. Contesté ahora más rápido.

– Mira amor, respecto al sexo anal, se completamente sincero ¿Preferirías penetrarme por mi colita o limpiar la lechita que otro me deje en ese mismo huequito? Preguntó con una sonrisa en la boca.

-En esta pregunta estuve a punto de contestar que preferiría penetrarla, pero de solo imaginarme su culito desbordándose de leche de macho, me super excité y así se lo hice saber.- Prefiero limpiarte el culito bien rotito por otro wey amor.

– Bueno amor. Volvió a decir mi esposa. Ahora te voy a resumir lo que acabas de decir. En todas las situaciones preferirías usar la boca, la lengua y los ojos, en lugar de tu pene. Acotó mi mujer y esperó a que respondiera algo.

– No me había dado cuenta de eso amor. Le contesté aunque en realidad estaba muy excitado. Pero tienes razón, aunque no entiendo cómo todo esto, que veo como las fantasías de un cornudo, se relaciona con la forma en la que me hablas. La cuestioné.

– Hay amor, te lo voy a explicar, y quiero que al final me digas sinceramente qué opinas de todo esto. Pero mira, prefieres el olor a verga y a huevos de hombres que prefieres creer que están más dotados que tu, sea cierto o no; además de que adoras el sabor a leche de macho, tan es así que hoy todavía estás enojado porque ayer llegué muy limpiecita, y lo prefieres antes que meter tu pitito dentro de mí ¿Miento en algo? Preguntó mi esposa con una sonrisa.

-Verdaderamente me quedé congelado, no esperaba algo tan directo, pero al fin contesté-. Tienes razón amor, por cómo lo dices, sí prefiero eso. La iba a volver a cuestionar sobre la relación de todo esto con los insultos que me dedicaba, cuando ella de inmediato me interrumpe.

– Bueno amorcito, ahora te voy a aclarar, yo ya me acepté por fin como una zorrita, como una putita completa, y lo que más deseo es ver, sentir, palpar, oler y saborear la verga, los huevos y la leche de un macho, además de su cuerpo, por lo que entiendo perfectamente tus deseos, y se que no deseas a los hombres, que no te gustan, que no te excitan, pero por supuesto que deseas todo lo demás, y la verdad es que no te culpo, es embriagante y para alguien con tus deseos respecto a tu esposa es natural, y la verdad esos son deseos de putito, de maricón, solo acéptate amor, no eres gay, pero sí tienes deseos de oler, saborear y ver una buena vergota con unos huevos tremendos, y se que los deseas dentro de mí, pero los deseas, además, jajaja, no estoy segura de qué vayas a desear cuando al fin puedas ver como me penetran amor, pero debes aceptarte a ti mismo y que no busco ni herirte ni lastimarte diciéndote esto, solo la verdad, y por supuesto, solo busco que ambos disfrutemos a tope con todo esto.

Me quedé sin palabras, no sabía qué decirle, porque todo lo que decía mi mujer tenía sentido, pero no quería aceptarlo, me parecía tremendo y solo sentía como me sonrojaba rápidamente.

– Anda amor, ya acéptalo, recuerda que una de mis más locas fantasías es que esté con 6 hombres y antes te imaginaba como uno de los 6, pero ahora te imagino de rodillas a mi lado esperando a que terminen conmigo los machos y tú limpiando como un buen cornudo putito, dime que lo primero que te imaginas no es un río de lechita calientita y fresca de un buen machote cayendo por mis piernas y tu pegado lamiendo y saboreando cada gota de esa pegajosa miel, tu no quieres ser uno de los 6, quieres ser el cornudo humillado limpiando a tu mujer de que machos más hombres que tú, me usen a su placer. Además amor, me encanta ser sometida por mis amantes, pero sería muy aburrida mi vida si solo fuera eso, así que me encanta tu predisposición a humillarte.

– Tienes razón amor, con esto de tu fantasía me abriste los ojos, prefiero estar de rodillas a tu lado preparándote y limpiándote que penetrándote, así que con mucha pena debo aceptar que, tienes razón amor. Al fin le dije.

– Eso amor, y que esperas pinche puto, no terminaste con tu trabajo, no he llegado a mi orgasmo, así que a lamer. Terminó la conversación mientras me bajaba a comerla entera, solo que ahora mucho más feliz y convencido que antes.

Al siguiente día de lo que acabo de contar se fue de nuevo con Armando (su excompañero vergón de la uni), ya vestida mucho más sexy y volvieron a coger brutalmente (sobre todo por el culo de mi mujer), pero lo verdaderamente importante de esta cita se dio al final, en la cama mientras charlaban después de que se acostaron; Armando empezó a contarle de todas sus aventuras en la Universidad, confirmándole a mi mujer todos los rumores de putero que tenía, pero al final le dijo que lo mejor que había experimentado había sido un trío que hizo varias veces con su mejor amigo y una compañera del salón de mi esposa, le contó maravillas sobre los tríos y que lamentablemente no había vuelto a tener la oportunidad de hacer otro, por lo que le propuso a mi mujer que hicieran uno, que no se arrepentiría, mi esposa aún tenía reparos y le dijo que lo pensaría, así que él le dijo que tenía que salir de la ciudad más o menos por un mes, que a su regreso le dijera la respuesta.

Todo esto me lo contó mi mujer mientras yo le limpiaba la lechita que le había dejado Armando en su culito, leche muy espesita y amarga, pero deliciosa, ella todavía tenía muchas dudas acerca del trío, pero yo la animaba diciéndole que era parte de ser una zorra completa, toda una putita, veía como con la excitación de mis lamidas a su adolorido trasero y las ideas que le planteaba ella se convencía cada vez más de la idea del trío; el domingo empezó a fantasear con el trío mientras yo seguía lamiendo su panochita y culito, ahí se me ocurrió la idea de al fin comprar un dildo para que ella fuera practicando conmigo, porque ya seriamente me decía que lo único que le preocupaba era el tremendo tamaño de su excompañero, así que compré un tremendo dildo muy parecido a una verga venosa de casi 25 cm de largo.

En cuánto lo vio mi esposa se empezó a reír y me dijo que debía admirar mucho a Armando, porque era más pequeña, aunque no mucho, por lo que me dijo, creo que mediría entre 21 y 22 cm aún así era tremendo aparato, sin embargo, no lo pudimos usar porque le bajó la regla, por lo que el viernes solo salió a tomar, besuquearse y manosearse con sus compañeros, pero no se fue con ninguno a coger, ella es muy penosa en esos días, sin embargo, el domingo ya pudimos probar el dildo, y me sorprendió porque la recibió completa y sin quejarse, y vaya que lo disfrutó, aunque no me dejó que la penetrara al mismo tiempo, ella se quedó con la fantasía de que la veía coger con un macho super vergón, por lo que me puso a prepararle la panochita y el culito antes de la penetración, me puso a penetrarla por casi 40 minutos con el dildo y al final me ordenó que acabara en sus nalgas para que la limpiara como si fuera la leche del macho, debo aceptar que fue super excitante para mí, tanto que prácticamente solo me la jalé dos veces para tirar mi leche y de inmediato me puse a limpiarlo. Esta fantasía en particular nos encantó porque toda la semana estuvimos fantaseando con eso.

El siguiente viernes volvió a salir con sus compañeros a tomar, bailar y divertirse (eran los mismos Marcos, Luis y Ernesto); durante el baile hubo manoseos y hurras ya que mi esposa volvía a vestirse muy zorrita con putifaldas muy cortas, al terminar la velada, fue Ernesto el que le dijo que le quería dar un aventón a la casa, mi esposa ya tomada y cachonda, se prendió aún más sabiendo que probaría otra verga diferente, Ernesto tenía una camioneta, y mi esposa de inmediato se puso manos a la obra a chuparle la verga mientras manejaba, su nuevo amante es el mayor de los 3 amigos, por lo que conoce perfectamente la zona en donde vivimos y llevó a mi mujer a un mirador que está cerca de nuestra casa, mi esposa pensó que la llevaría a un motel a chingársela, pero estaba tan caliente que no le importó a pesar de que había otros dos coches en el lugar, además de que era otra cosa que nunca había hecho, coger en un coche; por lo que Ernesto ya con experiencia echó el asiento hacia atrás, tomó a mi esposa por su cintura y aprovechando que la falda de mi mujer era muy corta ella solita se hizo la tanga a un lado y empezó a darse de sentones en su compañero, me contó que estaban muy calientes, ella haciendo todo el trabajo moviéndose de un lado para otro y él masajeándole las nalgas y diciéndole muchas cosas muy fuertes, me dijo que le decía que iba a ser la perra de la escuela, que era una puta caliente, que era la mujer mas fácil que había conocido, que iba a conocer todas las vergas de la escuela, y mi esposa contestando que sí a todo, gimiendo y hasta gritando; me dijo que duró muchísimo, y eso lo supo porque le dolieron las piernas y al final el cabrón de Ernesto solo le dijo, me vengo zorra, me vengo puta y ella le contestó que si, que la rellenara completamente, en cuanto terminaron, su compañero la llevó a la casa y estaban lo suficientemente cerca como para que a mi esposa no le diera tiempo de hacerle un trabajo oral; todo esto me lo contó en cuanto llegó toda despeinada, aún agitada y borracha mientras yo le limpiaba la gran cantidad de lechita que le había vaciado su compañero de trabajo.

En esa semana yo le pregunté a mi mujer si no se sentía incómoda conviviendo con sus compañeros que ya se habían acostado con ella, y ella me dijo que para nada, que si había coqueteo y hasta manoseos, pero que en realidad no era nada raro o incómodo; nosotros como pareja seguíamos jugando con el dildo que le compré, pero a mi esposa le encantaba la fantasía en donde yo le lamía mientras ella era brutalmente penetrada, y cuando al fin terminaba me ordenaba jalarmela y echarle la leche en las tetas o el culo para que se la limpiara, también a mí me gustaba mucho.

Sin embargo el viernes volvió a salir con sus 3 compañeros vestida con otra falda muy corta y ya era obvio que iba a volver a coger con alguno de ellos, aunque realmente no llegó tan tarde, como a las 2 de la mañana ya estaba regresando, esos si, estaba muy despeinada, de nuevo tomada y apestaba muy fuerte a sexo, naturalmente y como ya era costumbre ahí mismo en la sala ella se abrió de piernas, le quité la tanga que estaba empapada de fluidos, pero lo que me sorprendió fue que ambos agujeritos estaban escurriendo lechita, obviamente como becerro empecé a limpiarla mientras ella me preguntaba que si me gustaba, yo le dije que me encantaba, ella me dijo, disfruta las lechitas pendejo, porque ahora te traje de dos machos y empezó a reírse, yo empecé a excitarme y le pregunté, uf, a poco son leches de dos distintos, y ella siguió diciendo, claro amor, ya te contaré como fue, pero ahora has tu chamba como cornudo maricón, limpia hasta que acabe, yo no pude aguantar, casi de inmediato, después de que me contó que se había entregado a dos distintos terminé, mi esposa lo notó y me dijo, me da gusto que te encante que sea tan puta, fue delicioso amor; en cuanto terminó mi esposa con mi lengua en ambos agujeritos me dijo que subiéramos porque se quería dormir, le pregunté si me iba a contar y me dijo que al siguiente día, que estaba cansada y borrachita, que mejor en la mañana ya con la cabeza más aclarada.

Después de dormir tranquilamente, al siguiente día (sábado) y antes de que nuestros hijos nos molestaran mi esposa me contó que ahora sí se había graduado como zorrita, le pregunté porque y ella me indicó que me bajara a comerle la panochita mientras me contaba, yo encantado lo empecé a hacer y ella me contó que este viernes habían estado muy bromista, que fue la primera vez que pidieron una botella porque les saldría más barato que por copa por lo que tomaron más desde más temprano, así que cuando empezaron a bailar estaban aún más entonados que las otras veces y naturalmente eso provocó que fueran mas descarados con mi esposa, por lo que prácticamente ella durante los bailes traía las nalgas de fuera y solo se reía y se bajaba la mini, pero lo que los volvió loquitos completamente fue que a ella se le antojó después de una pieza sentarse en las piernas de su pareja de baile, obviamente de inmediato Marcos la abrazó de las nalgas y ella entre broma y broma le restregaba las nalgas y me dijo que le encantaba sentir como se le iba parando, entonces los demás no se quedaron atrás y la sacaron a bailar pero solo para sentarla en sus piernas, me contó que eso de sentarse fue poniéndose cada vez mas caliente, pues ellos siempre le subían la mini a la cintura, le acariciaban y pellizcaban las nalgas las piernas y le daban besos en la boca, ella en cuanto se levantaba se bajaba la mini, pero no les decía nada de sus “travesuras”.

Le pregunté si en la cantina no dijeron nada, porque si se estaba comportando muy, pero muy zorra, entonces ella me dijo que estaban en una esquina y todos estaban muy ebrios, pero que sí fue un mesero, pero Ernesto habló con él y no pasó a mayores. Después de un buen rato haciendo esas puterías mientras bailaba mi esposa estaba super caliente, pero Marcos tuvo que irse porque le llamaron de su casa, así que se tuvo que retirar, pero mi esposa siguió zorreando tanto con Luis como con Erenesto, ya muy tarde (cuando quedaban solo ellos y otra mesa en la cantina) mi mujer tuvo ganas de ir al baño así, que fue; en cuanto terminó y salió del tocador se encontró con Luis (el único que faltaba por tirarse a mi esposa) y me contó que estaba todo colorado y le dijo, hay Claudita, ahora si te pasaste de puta, estoy bien caliente.

Mi esposa solo se empezó a reír y él la tomó del cuello y le dijo, ahora sí pendeja te voy a dar lo que te mereces por calienta vergas; y así se la llevó al baño de hombres y la metió a una de las cabinas con retrete, la sentó, se sacó la verga (me dijo que la tenía muy venosa, morena y gorda, aunque no tan grande, pero que ella estaba tan caliente que solo quería que se la metiera, y el cabrón de Luis así se la clavó en la boca y que no tuvo ninguna consideración, que la tomó de la nuca y se la metía hasta los huevos, que literalmente se la cogió por la boca mientras solo gemía y le decía “así puta, así puta”; cuando se cansó de darle por la boca, la levantó del cabello, la empinó, le subió la mini, le hizo la tanga a un lado, le escupió en el ano y le dijo, “creías que podías calentarnos por horas y te ibas a ir así, no pendeja? Pues te voy a romper ese culote que presumes.

Al fin que Marcos nos contó que la aguantas muy bien por detrás” y que le costó trabajo penetrarla por el ano, sobre todo porque estaba algo tomado, pero al fin se la clavó después de varios intentos y la estuvo enculando sin piedad mientras ella empezó a gemir, y estuvo bombeándola por varios minutos hasta que empezó a gruñir mientras terminaba en el interior de su ano, ya que acabó el cabrón de Luis se quedó un buen rato pegado a mi esposa mientras le vaciaba los huevos con la verga hasta dentro, después solo le dijo que le había gustado mucho, que la esperaba en la mesa.

Mi esposa me dijo que terminó mientras era brutalmente sodomizada por Luis, la experiencia le gustó pues nunca lo había hecho en un lugar tan público y tan de repente, además de que el hecho de que su compañero la dominara de tal forma fue increíble para ella.

Al regresar a la mesa Luis se estaba despidiendo (mi esposa pensó, claro ya con los huevos vaciados el cabrón se va), así que descaradamente Ernesto le pregunta a mi mujer si quería ir de nuevo al mirador de la otra vez, mi mujer no lo pensó dos veces, le calentó que en menos de media hora iba a tener otra verga dentro de ella, así que se fueron al mirador y prácticamente repitieron lo de la semana anterior, solo que ahora después de que Ernesto se deslechara dentro de la panochita de mi esposa platicaron un poco sobre esto, su compañero le confesó que los tres amigos habían platicado de las experiencias con mi esposa, que Luis estaba super urgido de tirársela pues era el que faltaba y que como Marcos les había contado que a mi mujer le gustaba rudo, por eso se animó a ir a buscarla al baño y que no se había equivocado, que salió con una sonrisota y le contó todo lo que hicieron a su amigo.

Entonces Ernesto le preguntó que si no le decían nada en su casa, porque tenía entendido que era casada, y ella con toda naturalidad le platicó sobre nuestra relación y hasta le contó que seguramente cuando la regresara a la casa su marido (o sea yo) le limpiaría sus dos agujeritos llenos de lechita, que ese era uno de mis principales fetiches como cornudo, empezaron a bromear sobre eso, su compañero le decía que por el cuerpo y el carácter que tenía, no tendría problemas en llevarme a probar la leche de todos los cabrones de la escuela, ambos se rieron y mi esposa, cómo no, terminó dándole la mamada de despedida a su compañero mientras él le acariciaba el cabello y le decía que qué buena zorra era.

Continuará.

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