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Historias de un matrimonio cornudo (IV)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

No quiero repetirme con lo narrado anteriormente, por lo que ahora iré contando todo de manera mucho más ágil, solo me detendré en las situaciones más calientes o nuevas que nos han sucedido; verán que este capítulo es más de transición, digamos que este será el último capítulo del inicio de mis cuernos y del emputecimiento de mi esposa. Por lo que para entender a plenitud este relato se necesitan leer los 3 anteriores, supongo que para los relatos que seguirán no sería tan necesario, aunque siempre se hará referencia a situaciones y personas pasadas.

Bueno, pues esas vacaciones de mi esposa iniciaron con todo, tuve mis primeros cuernos a manos de un profesor compañero de mi mujer, no solo eso, en su segunda cita (que fue 3 días después de la primera) mi esposa le dio su virginidad anal, además de que el sexo con él, con las propias palabras de mi mujer era “el mejor de su vida”.

Durante las tres semanas que duraron las vacaciones de mi esposa ella tuvo sexo con Eder, su nuevo amigo, muy seguido; se vieron lunes, martes y miércoles de cada semana, y en cada uno de esos días él usó los tres agujeros de mi mujer, y le encantaba vaciarle los huevos en su culito, lo rico de eso es que en esas 3 semanas la limpié casi todos los días (excepto dos días que el cabrón acabó en su boca); y como a ambos les encantaba el sexo duro, y entre más agresivo mejor, mi mujer siempre regresó adolorida, así que en esas tres semanas no me dejó penetrarla por ningún motivo.

Regresando de vacaciones ya a laborar fue aún más excitante, pues ahora mi esposa veía diario a su amante, y claro que el wey no desaprovechó la oportunidad; lo que no me esperaba es que mi mujer aceptara tan fácil darle las nalgas en la escuela o en lugares públicos, recuerdo que siempre que yo lo intentaba (aún de noche y en nuestro coche de novios) ella nunca aceptó que porque le incomodaba mucho que otros la pudieran descubrir, pero parecía que darle el mejor sexo de su vida por tres semanas tenía sus ventajas, desde el primer día ella me contó (mientras yo le hacía sexo oral, porque adivinen, sí, ella llegó adolorida del trabajo) que Eder la fue a buscar y a seducir a la sala de maestros, a su salón y ella se resistía, sobre todo por el miedo a que los fueran a cachar, me contó que su amante le dijo que no se hiciera del rogar, que al fin ya tenían contrato de base, que aunque los cacharan, pues solo serían puras habladurías, total que mi mujer me dijo que fue tan insistente (que la besaba en el cuello, le daba masaje en los hombros, la piropeaba) que ella empezaba a mojarse, aunque la convenció cuando Eder la tomó del cuello y le ordenó que le aflojara las nalgas; era un poco después de la hora de la salida y estaban en el laboratorio de cómputo, mi esposa ya no se pudo resistir, le dijo que al menos cerrara el laboratorio y empezó la fiesta, que se la chupó, ella sentada en su silla y él de pie junto a ella; después la desnudó (no llevó falda, que eso era lo que más le daba reparo a mi esposa), la acostó en el escritorio, se puso las piernas de mi mujer en sus hombros y así empezó a penetrarla duro, tal y como le gusta a mi esposa; finalmente ella estaba tan excitada (me dijo que el hecho de que los atraparan la prendió aún más) que solita le pidió que le diera por el culo, a lo que Eder no dudó en hacerlo, la empinó en el mismo escritorio y la estuvo enculando hasta que le acabó en el ano. Terminaron encantados, aunque se tuvieron que vestir rápidamente, por los nervios.

Naturalmente después de ese primer día tan “atareado”, me encargué de que mi esposa siempre tuviera ropa “adecuada” para su nueva vida, le compré varias minifaldas (tipo A, lápiz, acampanada, midi), y tangas de hilo dental; anteriormente mi esposa ni de broma hubiera aceptado ponerse prácticamente a diario minifaldas, sobre todo tan cortas, y menos combinándolas con tangas de hilo, pero la actitud de Eder la convenció, pues no sabía que día (y al menos le daba verga 3 días por semana) él iría a cogérsela; y aceptaba que llevar minis tan cortas y tangas de hilo ayudaba mucho a darle las nalgas a su amante sin necesidad de quitarse prácticamente nada.

El cabrón de Eder no solo se tiró a mi mujer en el laboratorio, también en varios salones y en la sala de maestros y casi a diario la traía a casa y ella seguía chupándosela, aunque no era ni siquiera de noche; sinceramente yo estaba encantado, diario veía a mi esposa vestirse muy sexy, rayando en lo puta; después de dos meses de haber entrado de nuevo a trabajar mi esposa seguía con ese ritmo endiablado con Eder, y aunque ya las cogidas casi nunca eran en su departamento, si la atendía en la escuela y su coche. Empecé a preocuparme, más que porque llevaba casi 3 meses (2 de trabajo y prácticamente uno de vacaciones) sin penetrarla (solo me daba permiso de bajarme a aliviarle y limpiarle su panochita y culito bien usados), porque me daba miedo que se encariñara de su amante; pero en cuanto empecé a pensar eso, ella me dio una gran alegría al contarme que contactó con un excompañero de ella de la uni (Armando) y otro de la prepa (Darío) vía Face y que ahora charlaba con ellos por wasaps, eso me lo dijo un sábado por la noche en el que, para variar estaba comiéndole la panochita y el culito, le pregunté que por qué los había contactado, ella me dijo que siempre les había tenido ganas, y sentía que había tensión con ellos, pero que nunca se había dado algo; le pregunté por qué, y ella me contestó que porque eran los típicos guapos que andaban con todas y que tenían fama de cabrones, y entonces ella de buena familia y todo, no se podía dar el lujo de andar con tipos así de patanes; entonces le dije, y ahora que ya eres toda una putita pues les puedes hablar y coquetear, ella me dio una cachetada de inicio y me dijo, no seas pendejo, pero después se quedó pensando y me dijo, la verdad es que sí, ahora me siento liberada de hablarles, me mostró las conversaciones y no eran muy entretenidas, hasta el final con Darío que ya le pedía fotos más sexys de lo que veía en Facebook.

Ese mismo día le dije que se escribiera con ellos mientras seguía con mi trabajo oral, al principio ella no quería, pero terminó aceptando, fue una tremenda experiencia, sobre todo para ella, me confesó después que fantaseaba con ellos mientras yo la atendía y claro que se encendieron las conversaciones; esta nueva práctica se volvió habitual (sobre todo los fines de semana que no veía a Eder), empezaba a calentar a sus nuevos amigos mientras yo le daba sexo oral, la fui animando a que fuera aún más coqueta y que quedara de verse con ellos, pero sinceramente mientras estuvo con Eder, no se animó a quedar formalmente, ya después me confesaría que sentía que para ella ahí estaba la barrera entre ser toda una puta: que se quedara de ver con más de uno para coger.

Mientras mi esposa empezaba sus escarceos con sus excompañeros de la escuela las cosas se fueron enfriando con Eder, sobre todo porque me decía que él ya no le echaba las mismas ganas, que ya no era tan agresivo, que ya no la tomaba del cabello mientras se la metía por a la boca, o mientras la cabalgaba por el culo, es más, me dijo que ya la ponía a ella durante más tiempo a que se diera de sentones, cosa que a ella le gustaba, pero si había interacción agresiva (que le mordiera las tetas o se las pellizcara, o le diera de cachetadas o de nalgadas); además de eso su amante cambió, se volvió más celoso y posesivo, le empezó a reclamar porque ella le hablaba a otros profes (yo lo entendía perfectamente, porque ya como iba vestida para “facilitar” el trabajo de Eder, pues me imagino como la verían los demás profes) y le decía que era su putita (eso a ella le empezó gustando, pero cuando le dio el tono posesivo a eso, mi esposa lo rechazó), por lo que al mes de haber empezado los coqueteos con sus excompañeros y de empezar a tener un sexo no tan bueno con Eder, y sus arranques de celos (que del único que no era celoso era de mí, la verdad es que nunca supe por qué), pues lo mandó al diablo; de plano le dijo un día después de coger en su coche y que él empezara a reclamarle por enésima vez por un comportamiento según él inapropiado, mi esposa de plano le dijo que ni el que la mantenía (o sea yo), le reclamaba nada, menos él, que se fuera mucho a la chingada con sus celos y sus escenas posesivas, entonces se salió de su coche, entró a un café y me llamó para que fuera por ella; obviamente Eder la siguió para tratar de detenerla, pero ella le dijo que ya me había llamado y eso hizo que él se fuera.

Ella bloqueó a su examen de todas sus redes y whatsapp y ya no le dio entrada para nada en la escuela, ella trataba siempre de estar acompañada con amigas y eso; y como en teoría ella era casada y me era infiel, Eder no se atrevió a encararla directamente, poco a poco la cosa se fue enfriando completamente.

Unos días después de haber terminado con Eder, al fin me dejó penetrarla, claro que primero le comí la panochita y el culito, por si me daba permiso de entrar por detrás, ella me empezó a preguntar que si quería que ella me hiciera el favor de hacerme crecer los cuernos con sus excompañeros, le dije que sí; ella me preguntó que con cuál, le dije que con los dos, y al mismo tiempo, ella solo se empezó a reír, y me dijo que qué lástima que no se conocieran; cuando al final la penetré (de misionero), traté de controlar mi respiración, ya con la experiencia de cuánto duraba con Eder me sentía comprometido a mejorar como amante, ella se empezó a dar cuenta de que ya no eran los típicos 2 minutos, cuando en eso acerca su boca a mi oído y me dice, amor, ya ves porque tengo que encontrar a machos de verdad, ya no siento tu pitito; uf, en lugar de molestarme, me super prendió, tanto que naturalmente no pude controlarme y terminé de inmediato, mi esposa en cuanto dejé de gemir y de empujar, me tomó de la cabeza y me bajó a limpiarla, mientras gemía y me decía, así cornudo, así pinche pendejo, aprende cual es tu lugar, limpiando la leche que me dejan hombres de verdad, con vergas de verdad, no putitos como tu.

Uf, seguía mega encendido; pero en cuanto ella terminó en un escandaloso orgasmo (tuvo que taparse la boca para que sus gritos no despertaran a los niños); ya más tranquilos y en frío le pregunté que si en verdad pensaba lo que me había dicho (la verdad estaba muy preocupado); ella se empezó a reír, me abrazó y me dijo, tontito, claro que si te sentía, no como a Eder que me daba más duro, pero la verdad es que tenía muchas ganas de decirte algo así, en los relatos que leí siempre le dicen cosas así al cornudo y le gusta, y por tu reacción creo que a ti también y empezó a acariciarme el pecho; diciéndome que nunca me dejaría, que era el amor de su vida, pero que debía entender que ahora era su cornudo, y que le gustaba ser la puta de otros y la trataran así, pero le encantaba tener alguien con quien fuera ella da dominante y que en verdad nunca le había dado tanto placer como cuando le limpiaba leche de macho y que aún le hacía mucho mejor el sexo oral cuando me humillaba diciéndome eso o cuando en realidad limpiaba lechita.

Lo bueno es que esto abrió la puerta a muchas nuevas experiencias que iré contando poco a poco.

Continuará.

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